Mariona y Adrián estallan al descubrir los cuernos que se han puesto el uno al otro en 'La Isla de las Tentaciones'. "Yo también lo he hecho, pero no es lo mismo"

El reality de Telecinco es un perfecto ejemplo de seguir a rajatabla la filosofía de la "posverdad"

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Un episodio en 'La isla de las tentaciones' seguro que convalida como un mes entero de gimnasio, porque la de acrobacias mentales que tienen que hacer los concursantes para hacer aquello de ver la paja en el ojo ajeno (literal, además), pero no la viga en el propio parece realmente agotador. Solo hay que echar un vistazo a las hogueras de Mariona y Adrián, que estallaron por ver las infidelidades de su pareja... después de hacer ellos lo mismo.

"Pues sí que hay pasionalidad"

Previamente en el reality, Adrián se había liado un par de veces con Mónica para acabar lloriqueando por las esquinas. Mientras tanto, Mariona solo había dormido un par de veces con Julen pero anoche cedió y le dio más de un beso al soltero.

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El "haced lo que digo, no lo que hago" les pasó factura a ambos en las hogueras: en la de Mariona, la chica se puso hecha una furia oyendo a su novio hablar de "su vínculo especial" con Mónica y aún más cuando, después de dos horas enganchados en la hamaca, finalmente Adrián besó a la soltera.

"¿Qué hace?" dijo entre hipidos. "Me siento mal porque yo también lo he hecho, pero es que no es lo mismo. Me dijeron que me iba a dar la hostia, y me la he dado. Yo simplemente he fluido, estoy super cómoda con Julen y le he dado un beso, pero es que no es lo mismo. No es normal".

Un pelín más de coherencia tuvo Adrián al principio de su hoguera, donde vio el primer pico entre su novia y Julen por una apuesta. "Sabían que querían darse el beso. Me ha molestado pero no te puedo ser hipócrita, porque lo mío ha sido con pasionalidad".

Sin embargo, cuando llegó el beso largo que se dieron, ahí ya sí que le pudo la desesperación: "Pues sí que hay pasionalidad, sí". Como colofón, Adrián les vio irse juntos a dormir y la cosa parecía ir a más pero cortaron en mitad de su grito desesperado: "¡Qué puta vergüenza! ¡No, no, nooooo!".

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