La gente acude a 'First Dates' buscando una media naranja, pero a veces viene más de una el pack. Miguel Ángel sabía que vivir con su madre podría ser un inconveniente para tener una relación, y se encontró con la esperable reticencia por parte de Mar.
Amor de madre
Miguel Ángel es madrileño, 63 años, figurante y músico en la tuna. Le suelen decir mucho que se parece a Revilla: "Me haría ilusión conocerle, aunque como él habla tanto y yo también, no sé cómo acabaríamos". Tras una relación de 23 años y otras de 7 años, ha estado una temporada de dique seco. Actualmente, vive con su madre de 92 años.
Mar también es de Madrid, tiene 60 y trabaja como dependienta: "Soy una mandona y siempre creo que tengo razón". A primera vista, a él le pareció muy guapa, pero ella no sintió la conexión que esperaba: "A mí me gustan más los chicos jóvenes de la tuna".
Miguel Ángel le contó que le despidieron con 54 años, que llevaba desde entonces haciendo un poco de todo, y que era muy duro trabajar en la tuna porque no siempre le pagaban por ello: "Lo que me faltaba es tener que cargar con un señor que trabaja en la tuna. Pobre". Al menos, coincidieron en que les encantaba la música folclórica.
Desde que él le reveló que no pensaba abandonar a su madre, el gesto de Mar se fue agriando durante la noche, porque además Miguel Ángel no paraba de insistir en que no le gustaba estar solo: "Necesito alguien que no necesite a otra persona constantemente a su lado" reflexionó ella.
"Hemos tenido una cita aburrida hasta decir basta, solo me hablaba de su madre y de su exmujer" se quejó ella en las entrevistas. Así que, cuando Miguel Ángel se mostró entusiasmado ante la idea de una segunda cita con ella, Mar lo rechazó argumentando que buscaba "otro tipo de relación".
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