mage: {"alt":"transportes imposibles","src":"c3cb4b\/650_1000_sw-banner_es","extension":"jpg","layout":"normal","height":203,"width":650}]]¿Por qué nos haces esto, TDT? ¿Por qué nos haces quedarnos enganchados a un programa sobre gente que lleva cosas de un sitio a otro? ¿Puede haber algo más sencillo y tonto? Probablemente no, pero yo lo he elegido como el siguiente programa en esta colección de artículos sobre los docurealities que los editores no podemos evitar mirar si nos topamos con ellos en televisión.
Porque ese es el truco de los docurealities, zapeas y te encuentras en Energy con un tipo borde de pelo largo que intenta meter una maqueta enorme de un AT-AT en un camión y claro, pica la curiosidad. O incluso atacan con un poco de ese terrorismo emocional que tante les gusta potenciar en este tipo de programas, con niños huérfanos a punto de quedarse sin su mini-atracción de Buzz Lightyear.
¿De qué va?
uShip es un servicio online que pone en contacto a empresas de transporte o transportistas autónomos con potenciales clientes. uShip saca a subasta las demandas de los clientes para que los transportistas hagan sus ofertas. El programa sigue a seis de ellos, de tal forma que primero vemos cómo se pelean por ganar un trabajo concreto, tratando de ofrecer el precio más competitivo, el más bajo, vamos.
Cada episodio tipo de ‘Transportes imposibles’ sigue dos de estos trabajos de forma paralela: la preparación, el viaje, la entrega y todos los obstáculos, problemas y encargos adicionales (para amortizar más sus desplazamientos) que surgen durante el trabajo. Hay transportes de costa a costa de EEUU y otros que son apenas unos kilómetros, pero que cuentan con hándicaps de dificultad por tiempo o por volumen. Vamos, que no son simples camiones de mudanza.
¿Por qué nos atrapa?
Además del montaje, que siempre es brillante en este tipo de programas que en el fondo serían La Nada de no ser por el dinamismo de la edición, lo realmente molón de ‘Transportes imposibles’ son sus protagonistas. Encontramos al novato, a la “chica dura”, a una parejita joven, a una de veteranos o al manitas. Aunque cada episodio sólo siga a dos de ellos en sus respectivos encargos, la media hora del programa está aderezada con comentarios jocosos del resto de transportistas sobre lo que va sucediendo.
Yo tengo mi favorito, claro. Roy, el borde manitas del pelo largo blanco que viaja siempre junto a su gato. Me encanta porque es un tipo rudo, que se cree mejor que nadie y a veces debería replantearse su carácter, pero realmente es un gran profesional, es el que siempre acaba mejor las tareas, el que sabe resolver cualquier problema y además es un buen tipo, que ya he visto dos episodios en los que dejaba a un lado sus ganancias por hacer una buena obra. Que diréis son las cámaras. Si, las cámaras, pero el resto mucho le alaba por su integridad pero bien que se niega a hacer trabajos que ni les cubren los gastos. [[image: {"alt":"roy transportes imposib\u00f1es","src":"405ddb\/650_1000_6a013485fb9931970c017743bd8d26970d-800wi","extension":"jpg","layout":"normal","height":339,"width":650}]]‘Transportes imposibles’ atrapa porque por muy simplón que sea, engancha el ver el tipo de objetos a los que se tienen que enfrentar, los errores habituales de unos y otros o algo tan simple como el momento de la subasta, en el que algunos simplemente bajan el precio para fastidiar al resto, especialmente al novato, que con frecuencia sale perdiendo tras sus trabajos. Engancha por ver como la chica está a punto de matar a su cargamento de pavos reales por errores muy tontos. Engancha por ver cómo Roy siempre acaba echando a un lado a los ayudantes que contrata, por inútiles. Engancha, qué queréis que os diga.
¿Versión española?
Yo digo sí. Con lo dados que somos los españoles a las chapuzas, sería divertido ver cómo los transportistas intentan sacar la mayor tajada posible evitando permisos (un obstáculo habitual en ‘Transportes imposibles’) y evadiendo gastos como sea. Es también una forma de visitar nuestra geografía, de conocer gente al paso de los camiones… Seguro que acabarían saliendo muchas anécdotas divertidas de un ‘Shipping Wars: Spain Edition’.
Ficha Técnica: 'Transportes imposibles'
¿Por qué nos haces esto, TDT? ¿Por qué nos haces quedarnos enganchados a un programa sobre gente que lleva cosas de un sitio a otro? ¿Puede haber algo más sencillo y tonto? Probablemente no, pero yo lo he elegido como el siguiente programa en esta colección de artículos sobre los docurealities que los editores no podemos evitar mirar si nos topamos con ellos en televisión.Porque ese es el truco de los docurealities, zapeas y te encuentras en Energy con un tipo borde de pelo largo que intenta meter una maqueta enorme de un AT-AT en un camión y claro, pica la curiosidad. O incluso atacan con un poco de ese terrorismo emocional que tante les gusta potenciar en este tipo de programas, con niños huérfanos a punto de quedarse sin su mini-atracción de Buzz Lightyear.
¿De qué va?
uShip es un servicio online que pone en contacto a empresas de transporte o transportistas autónomos con potenciales clientes. uShip saca a subasta las demandas de los clientes para que los transportistas hagan sus ofertas. El programa sigue a seis de ellos, de tal forma que primero vemos cómo se pelean por ganar un trabajo concreto, tratando de ofrecer el precio más competitivo, el más bajo, vamos.
Cada episodio tipo de ‘Transportes imposibles’ sigue dos de estos trabajos de forma paralela: la preparación, el viaje, la entrega y todos los obstáculos, problemas y encargos adicionales (para amortizar más sus desplazamientos) que surgen durante el trabajo. Hay transportes de costa a costa de EEUU y otros que son apenas unos kilómetros, pero que cuentan con hándicaps de dificultad por tiempo o por volumen. Vamos, que no son simples camiones de mudanza.
¿Por qué nos atrapa?
Además del montaje, que siempre es brillante en este tipo de programas que en el fondo serían La Nada de no ser por el dinamismo de la edición, lo realmente molón de ‘Transportes imposibles’ son sus protagonistas. Encontramos al novato, a la “chica dura”, a una parejita joven, a una de veteranos o al manitas. Aunque cada episodio sólo siga a dos de ellos en sus respectivos encargos, la media hora del programa está aderezada con comentarios jocosos del resto de transportistas sobre lo que va sucediendo.
Yo tengo mi favorito, claro. Roy, el borde manitas del pelo largo blanco que viaja siempre junto a su gato. Me encanta porque es un tipo rudo, que se cree mejor que nadie y a veces debería replantearse su carácter, pero realmente es un gran profesional, es el que siempre acaba mejor las tareas, el que sabe resolver cualquier problema y además es un buen tipo, que ya he visto dos episodios en los que dejaba a un lado sus ganancias por hacer una buena obra. Que diréis son las cámaras. Si, las cámaras, pero el resto mucho le alaba por su integridad pero bien que se niega a hacer trabajos que ni les cubren los gastos.
¿Versión española?
Yo digo sí. Con lo dados que somos los españoles a las chapuzas, sería divertido ver cómo los transportistas intentan sacar la mayor tajada posible evitando permisos (un obstáculo habitual en ‘Transportes imposibles’) y evadiendo gastos como sea. Es también una forma de visitar nuestra geografía, de conocer gente al paso de los camiones… Seguro que acabarían saliendo muchas anécdotas divertidas de un ‘Shipping Wars: Spain Edition’.
¿De qué va?
[[image: {"alt":"transportes imposibles","src":"c3cb4b\/650_1000_sw-banner_es","extension":"jpg","layout":"normal","height":203,"width":650}]]¿Por qué nos haces esto, TDT? ¿Por qué nos haces quedarnos enganchados a un programa sobre gente que lleva cosas de un sitio a otro? ¿Puede haber algo más sencillo y tonto? Probablemente no, pero yo lo he elegido como el siguiente programa en esta colección de artículos sobre los docurealities que los editores no podemos evitar mirar si nos topamos con ellos en televisión.
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