Con respecto a la entrada de la reacción de Kevin Smith frente a la actitud tomada por el crítico de cine, enlazaba un post de Alt 1040 (con un título mal escogido, aunque entiendo que es más problema de no entender una de las palabras) en el que Eduardo Arcos comentaba lo siguiente:
Kevin Smith se caga sobre Joel Siegel y no podría estar más contento. Los críticos de cine me parecen una raza que debería extinguirse, especialmente ahora que cualquiera con una computadora y una conexión a internet puede opinar y calificar las películas que miran.
Mira que Alt 1040 me parece unos de los mejores blogs en castellano que existen, pero no puedo estar más en desacuerdo con ese comentario. Si decidiésemos que los críticos se convierten en una raza en extinción, llegaríamos a una situación como la que trataba de describir en este post, Sin críticas, sería como la lotería, haciendo referencia a unas palabras de Woody Allen.
Me refrendo en lo que allí comentaba, y es que, por mucho que pese, los críticos, de cine o de música o de lo que sea, son necesarios porque, mal que les pese a algunos, alguien tiene que poner un listón. Y es que en caso contrario, ¿cómo se podría valorar el cine clásico? Ese tan menospreciado hoy en día por los dueños del dinero, y al que se recurre con tanta frecuencia. Si nos tuviésemos que guiar por lo que ahora nos obsequian determinados directores, apañados estamos.
Es cierto que ahora cualquiera, gracias a Internet, puede opinar y calificar las películas que ven, pero no es más cierto, que para tener una opinión, que se pueda tener en cuenta, hace falta ver bastante cine. Curiosamente, terminanos recurriendo a esos críticos para valorar si merece la pena ver determinada película. Aunque los/nos llamen puristas. Y es que, sinceramente, no todos los que tenemos conexión a Internet podemos escribir algo como esta opinión de Iván Sáinz Pardo sobre Azul Oscuro Casi Negro. Y vaya, resulta que él sí tiene mucho cine a sus espaldas.
¿Especie a extinguir? Yo digo que no.