Si puedes soñarlo puedes hacerlo, recuerda que todo esto comenzó con un ratón. Walt Disney
Hablar de historia del séptimo arte es hacerlo indefectiblemente de cine de animación. Y cualquier estudio que se acerque a éste último pasa, sí o sí, por adentrarse en el fascinante universo que los estudios Disney llevan legándonos desde que en 1934 su fundador, ese visionario llamado Walt Disney, decidiera que tras la fama que ya habían cosechado sus cortos y ese icono que es Mickey Mouse, necesitaba medio millón de dólares de los fondos de su compañía para poner en pie el largometraje que lo cambio todo.
Con el estreno de 'Blancanieves y los 7 enanitos' ('Snowhite and the Seven Dwarfs', David Hand, 1937) arrancaba una singladura sin par que, durante las ocho décadas que han transcurrido desde entonces, ha supuesto el alumbramiento de 53 producciones. 53 películas que de un modo u otro, con mayor o menor intensidad —incluso con inexistente, como veremos en su momento—, han sido pilares fundamentales en el desarrollo del mundo de la animación en la gran pantalla y ochenta años —76 si queremos ser exactos— en los que ha habido lugar para todo, desde los magistrales clásicos hasta la progresiva recuperación de formas que han demostrado sus últimas apuestas pasando por ese oscuro período que supusieron los setenta y los ochenta y el radical cambio que sobrevino gracias a una sirena llamada Ariel.
Por su importancia, por aquello de que resulta imposible entender el séptimo arte sin acercarse a muchos de sus títulos, y por otros muchos —incontables me atrevería a decir— motivos que iremos explorando y desgranando pacientemente, es que a partir del próximo domingo comenzaremos un repaso por las cinco decenas de "clásicos" con los que Disney ha ido forjando la imaginación de generación tras generación. Un viaje que se antoja apasionante y con el que, como casi siempre pasa con el visionado de sus cintas, podremos volver a ser niños una vez más.
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