Este viernes se estrena '30 Días de Oscuridad', una película en cierto modo bastante esperada por muchos aficionados al subgénero de los vampiros. Así que hoy es un buen día como cualquier otro para hacer una de esas listas sin las que no podéis vivir. Ya sabéis como va el tema: diez títulos (aunque procuro de vez en cuando citar alguno más) sin orden alguno. Señoras y señores de cuello suculento, a continuación esas películas con vampiro dentro que a un servidor le han gustado más. Ojo (o ajo), SPOILERS.
La de Tod Browning, por supuesto, que a pesar de cierto carácter teatral (no en vano se basó tanto en la inmortal obra de Bram Stoker como en el libreto de Hamilton Deane y John L. Bladerston), sigue erigiéndose como la mejor versión oficial de tan carismático, tenebroso y romántico (como la mayoría de los vampiros) personaje, el cual hizo inmortal a Bela Lugosi. Por supuesto, tengo que citar versiones posteriores: 'Drácula' de Terence Fisher para la Hammer, inmortalizando a Christopher Lee y Peter Cushing. 'Drácula', de John Badham, título injustamente olvidado, con una impresionante banda sonora de John Williams. Y por supuesto, 'Drácula', de Coppola, la más romántica de todas ellas, un film muy personal que se convirtió en un blockbuster.
Probablemente el mejor trabajo de la excelente Kathryn Bigelow, un original film sobre vampiros que viajan en una caravana. No hay colmillos pero sí mucha sangre, y Lance Henriksen y Bill Paxton están impagables. Además, los ecos de 'Centauros del Desierto' terminan de redondear un producto no perfecto, pero increíblemente fascinante.
Realmente se trata de una versión de la novela de Stoker, pero como no cedían los derechos, a F.W. Murnau no se le ocurrió otra cosa que cambiar nombres y hala, plagio que te crió. El resultado: una obra maestra imperecedera, que aún a día de hoy me sigue acojonando (pido disculpas por la palabra, pero no encontraba otra más apropiada), algo que le debo a la impactante recreación de Max Shreck.
Mucho antes de que Kiefer Sutherland nos lo hiciese pasar pipa con su Jack Bauer, yo ya sentía admiración por el hijo de Donald Sutherland, quien aquí comandaba a un grupo de jóvenes vampiros enfrentados a Corey Haim, Jason Patric y un excelente Corey Feldman (actor infravalorado donde los haya). De lo mejorcito filmado por el irregular Joel Schumacher. Actualmente se está terminando una secuela que va directa al dvd.
Repetimos director, Tod Browning, y actor, Bela Lugosi, unido irremediablemente a su personaje más famoso, aunque aquí se hace llamar Conde Mora. Se trata de un remake de 'London After Midnight', un título ya perdido que sólo puede verse en un montaje de fotos fijas. Una especie de broma macabra en la que nada es lo que parece, y los pocos momentos de inquietud que hay no se olvidan. Una de ésas que aún no se han dignado a editar en dvd por estos lares, claro que en el otro lado del charco se encuentra fácilmente.
Tom Holland sorprendió a todos con esta revisitación del mito vampírico, en la que están todos los elementos clásicos del subgénero. Chris Sarandon está irresistible como vampiro chulesco y ligón (la escena de la discoteca es antológica), y los detalles de humor muy bien insertados, gracias a la interpretación de un magnífico Roddy McDowall con su personaje de matavampiros Peter Vincent (la unión de los nombres de dos leyendas del género, Peter Cushing y Vincent Price). Dios, qué bien me lo paso con esta película.
Si tuviera que elegir los dos o tres títulos que más miedo me han dado, sin lugar a dudas esta película dirigida por Carl Theodor Dreyer estaría entre ellos (¿verdad, Jeremy?) Sumergirse en la historia del pobre hombre que se refugia en una posada y sospecha que está rodeado de vampiros, es una de las más gratas experiencias y recompensas por acercarse al cine de Dreyer. Y otro olvido más en dvd.
Por supuesto no me podía faltar la parodia por excelencia del mito vampírico, y al mismo tiempo una de las mejores películas de Roman Polanski, quien se reserva uno de los papeles protagonistas. Desternillante en algunos momentos, como el baile de vampiros pasando por delante de una gran espejo en el que sólo se reflejan los personajes "vivos", o la resolución final, en la que gracias al protagonista el vampirismo se extiende por todo el mundo.
Uno de los títulos más atacados del maestro John Carpenter, algo injusto, mirado desde cualquier punto de vista. Perfectamente narrada es una sabia unión de dos universos, el del western y el de los vampiros (algo que también consigue el film de Bigelow). El hoy televisivo Thomas Ian Griffith da vida a un impresionante Valek, jefe de los vampiros, al que quieren dar caza unos cazarecompensas, encabezados por un irónico James Woods.
Tenía que volver a citar a la Hammer, y a su máximo representante (y el mejor): Terence Fisher. A pesar de su título, el famoso Conde no hace acto de presencia en toda la película, siendo sustituido por un rubiales con cara de niño, el Baron Meinster. Peter Cushing recupera su personaje de Van Helshing, y el film explota con cierto descaro connotaciones sexuales de todo tipo. Otra de esas películas no editadas en dvd por aquí, como la mayoría de títulos salidos de la Hammer, ¿a qué están esperando?
Bueno, y ahora es vuestro turno, afilen sus colmillos y vayan directos a la yugular. Yo me retiro a mis aposentos, que dentro de nada les hablaré sobre el veterano de Vietnam más famoso del celuloide, en cuya última película hay más sangre que en todas las que he nombrado juntas.
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