Dos pesos pesados del cine europeo unen sus fuerzas de nuevo. Muchos no lo recordarán, pero Jorge Semprún —histórico dirigente comunista y ex ministro de Cultura— tuvo dos nominaciones al Oscar en la categoría de mejor guión por ‘La guerra ha terminado’, de Alain Resnais, y ‘Z’, de Costa-Gavras. En ambos casos, se trataba de películas estructuralmente complejas, ambiciosas, y de una profunda reflexión política en absoluto panfletaria (especialmente la desencantada película de Resnais).
Costa-Gavras, por su parte, aún tiene mucho gran cine por ofrecer. Si ‘Amén’ me pareció una película fallida por larga y reiterativa, sí que demostró poseer una gran capacidad para provocar el debate. La que no me pareció fallida, desde luego, fue la espléndida ‘Arcadia’ ('Le Couperet'), donde un José García en estado de gracia daba un crudo repaso a los valores de la sociedad actual en una historia que era todo menos tópica y maniquea.
De momento, el proyecto aún estaría tomando forma. "No quiero hacer una película política, sino muy personal: su memoria (de Costa-Gavras) de joven griego en la época de la guerra civil en Grecia y de la resistencia", declaró a Europa Press Jorge Semprún. Ésta sería la cuarta colaboración con Costa-Gavras, tras 'Z' (1969), 'La confesión' (1970) y 'Section spéciale' (1975).
Paralelamente a esta noticia, Constantin Costa-Gavras presentó en el reciente Festival Internacional de Cine en Guadalajara, México, la reedición del libro ‘De traidores y Héroes’, que el crítico Esteve Riambau elaboró sobre su obra. Dicha reedición incluye como novedad material sobre la reciente ‘Arcadia’, cuyas virtudes nunca me cansaré de aplaudir.
Según Esteve Riambau, el libro "entró en el laberinto de Costa-Gavras desde la perspectiva de que sus películas forman parte de la vida" de su generación.
"Nosotros crecimos, nos formamos, tomamos conciencia política a partir del trabajo de este cineasta completamente desde el contexto español, en una forma muy peculiar, pues bajo la dictadura de Franco, ‘Zeta’ y ‘Estado de sitio’ estuvieron prohibidas por la censura", dijo. Sin embargo, recordó que ‘Confesión’ fue proyectada ‘pero con algunos cortes de censura por parte del franquismo". Entonces, dijo, el cine de Costa-Gavras era una guía y un referente y ‘Zeta’, por ejemplo, es reconocida como una de las obras maestras de la cinematografía mundial de lo años 60 del siglo pasado. "Posteriormente, ‘Missing’ (‘Desaparecido’), nos hizo recordar a todos la tragedia de Chile", mientras que otras creaciones del greco-francés, "aparentemente pequeñas y políticas", como ‘Le Couperet’, son excelentes películas porque hablan "de las nuevas crisis de la sociedad contemporánea", consideró. Costa-Gavras aceptó que se escribiera el libro porque se centraba en su trabajo cinematográfico y no en él como hombre. "Hablamos de la película, pero no de la vida, porque hablar la vida personal no me gusta tanto; es un secreto, es un jardín personal que hay que guardarlo siempre", precisó. Parece ser que, en breve, de la mano de Semprún y del propio Costa-Gavras podremos adentrarnos en un fascinante jardín.
Volviendo a Jorge Semprún y a su participación como ministro, la verdad es que a una le dan añoranza aquellos tiempos en los que pesos pesados se sentaban en un ministerio de Cultura (que no incluían, en pie de igualdad, lo de “y deporte”) hasta que se consideró que ese ministerio era un adorno donde daba igual decir “Sara Mago” o no saber quién había rodado la película más taquillera.
Fuente: Siglo XXI (entre otras).
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