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En el East Village de Nueva York se encuentra Obscura, una tienda especializada en antigüedades y rarezas que hace las delicias de cualquier amante de lo oscuro, lo victoriano o lo extravagante y del bizarrismo en su máxima expresión (sí, me refiero a esa acepción que nunca tuvo este término en castellano). Su día a día, sus objetos imposibles y sus clientes tan extraños o más que las piezas que pueden encontrarse allí constituyen la materia prima del docurreality 'La tienda de los prodigios' (Oddities en el original, cómo nos va añadir contenido en las traducciones). Con este planteamiento, es difícil no incluir a éste en nuestro especial de 'Docurrealities que nos atrapan'. Siguiente parada: la tienda de los horrores...
'La tienda de los prodigios', ¿de qué va?
Este docurreality de Xplora (la casa de otros grandes e imprescindibles del género, como 'Cuerpos embarazosos') nos muestra la actividad diaria de Obscura, 'La tienda de los prodigios' y de sus dueños, Mike Zohn y Evan Michelson, que no sólo se dedican a vender; también son auténticos cazadores de leyendas y tesoros, salvo que lo que ellos entienden por "tesoro" dista mucho de nuestra idea del término. Para ellos, poder curiosear entre los trastos de una funeraria abandonada es el equivalente a Disneylandia para un niño de seis años. De modo que muchos clientes (entre ellos, rostros conocidos como Jonathan Davis de Korn, la actriz Chloë Sevigny o la mismísima Ex-Sra. de Marilyn Manson, Dita Von Teese) acuden a ellos en calidad de Indianas Jones de las rarezas y les hacen encargos que van desde una silla eléctrica hasta un avestruz disecado.
El regateo es fundamental en el juego. No llega a los niveles de un mercado en Marruecos, pero tanto compradores como vendedores tratan siempre de estirar su margen de beneficio. Algunos objetos que llegan a la tienda se descartan por su mal estado de conservación o porque realmente se trata de falsificaciones. Pero cuanto más grotesco, macabro y pintoresco sea el objeto en cuestión, más posibilidades tiene de encandilar a Evan y Mike: cabezas de jíbaros reducidas, instrumental quirúrgico digno del Dr. Frankenstein, cráneos, muñecos de ventríluoco con los que jamás compartirías habitación o piezas de taxidermia, tanto de animales reales como mitológicos (véase Jackalopes, híbridos entre conejos y antílopes). La norma fundamental: no se compran objetos de gran valor antes de tener un comprador para ellos.
¿Por qué nos atrapa?
Fácil. La posiblidad de descubrir todos estos "tesoros" unida a la rareza de los propios clientes de la tienda convierten a este docurreality en algo así como la puerta de entrada a otra dimensión o, cuanto menos, a un relato de Edgar Allan Poe. El programa en sí es un alimento para las mentes curiosas, siguiendo la filosofía y el criterio en cuanto a contenidos de Xplora. No sólo se descubren objetos: también la historia o las leyendas (según su nivel de ficcionalidad) que esconden. Lo insólito siempre nos atrapa, nos mantiene pegados a la pantalla mientras experimentamos esa mezcla de sorpresa y perplejidad.
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¿Posible versión española?
Dado que se trata de un programa de bajo presupuesto, siempre sería viable económicamente. Lo difícil sería dar con una tienda a la altura de Obscura, al menos que no sea una tienda de antigüedades al uso. El único referente que tengo en mente es la colección kitsch de Alaska y Mario... Puede que en esa vitrina se esconda alguna joya victoriana. Sin embargo, en USA deben abundar este tipo de comercios (y, en general, el amor a lo bizarre), puesto que 'Oddities' ya ha dado para dos versiones allí, 'Oddities: San Francisco', esta vez con los dueños y regentes de Love to Death y 'Odd Folks Home', basado en los clientes más célebres que han pasado por Obscura.
Tal vez lo tendrían más fácil si hicieran una adaptación en un local de compra-venta de objetos de segunda mano, en los pasillos de un comercio chino atiborrado de objetos imposibles o recorriendo los rastros y mercadillos de toda España. En cualquier caso, me encantaría descubrir que sí existe en algún rincón de nuestro país una tienda que provoque tanta fascinación.
Ficha Técnica: 'La tienda de los prodigios'
En el East Village de Nueva York se encuentra Obscura, una tienda especializada en antigüedades y rarezas que hace las delicias de cualquier amante de lo oscuro, lo victoriano o lo extravagante y del bizarrismo en su máxima expresión (sí, me refiero a esa acepción que nunca tuvo este término en castellano). Su día a día, sus objetos imposibles y sus clientes tan extraños o más que las piezas que pueden encontrarse allí constituyen la materia prima del docurreality 'La tienda de los prodigios' (Oddities en el original, cómo nos va añadir contenido en las traducciones). Con este planteamiento, es difícil no incluir a éste en nuestro especial de 'Docurrealities que nos atrapan'. Siguiente parada: la tienda de los horrores...
'La tienda de los prodigios', ¿de qué va?
Este docurreality de Xplora (la casa de otros grandes e imprescindibles del género, como 'Cuerpos embarazosos') nos muestra la actividad diaria de Obscura, 'La tienda de los prodigios' y de sus dueños, Mike Zohn y Evan Michelson, que no sólo se dedican a vender; también son auténticos cazadores de leyendas y tesoros, salvo que lo que ellos entienden por "tesoro" dista mucho de nuestra idea del término. Para ellos, poder curiosear entre los trastos de una funeraria abandonada es el equivalente a Disneylandia para un niño de seis años. De modo que muchos clientes (entre ellos, rostros conocidos como Jonathan Davis de Korn, la actriz Chloë Sevigny o la mismísima Ex-Sra. de Marilyn Manson, Dita Von Teese) acuden a ellos en calidad de Indianas Jones de las rarezas y les hacen encargos que van desde una silla eléctrica hasta un avestruz disecado.
El regateo es fundamental en el juego. No llega a los niveles de un mercado en Marruecos, pero tanto compradores como vendedores tratan siempre de estirar su margen de beneficio. Algunos objetos que llegan a la tienda se descartan por su mal estado de conservación o porque realmente se trata de falsificaciones. Pero cuanto más grotesco, macabro y pintoresco sea el objeto en cuestión, más posibilidades tiene de encandilar a Evan y Mike: cabezas de jíbaros reducidas, instrumental quirúrgico digno del Dr. Frankenstein, cráneos, muñecos de ventríluoco con los que jamás compartirías habitación o piezas de taxidermia, tanto de animales reales como mitológicos (véase Jackalopes, híbridos entre conejos y antílopes). La norma fundamental: no se compran objetos de gran valor antes de tener un comprador para ellos.
¿Por qué nos atrapa?
Fácil. La posiblidad de descubrir todos estos "tesoros" unida a la rareza de los propios clientes de la tienda convierten a este docurreality en algo así como la puerta de entrada a otra dimensión o, cuanto menos, a un relato de Edgar Allan Poe. El programa en sí es un alimento para las mentes curiosas, siguiendo la filosofía y el criterio en cuanto a contenidos de Xplora. No sólo se descubren objetos: también la historia o las leyendas (según su nivel de ficcionalidad) que esconden. Lo insólito siempre nos atrapa, nos mantiene pegados a la pantalla mientras experimentamos esa mezcla de sorpresa y perplejidad.
¿Posible versión española?
Dado que se trata de un programa de bajo presupuesto, siempre sería viable económicamente. Lo difícil sería dar con una tienda a la altura de Obscura, al menos que no sea una tienda de antigüedades al uso. El único referente que tengo en mente es la colección kitsch de Alaska y Mario... Puede que en esa vitrina se esconda alguna joya victoriana. Sin embargo, en USA deben abundar este tipo de comercios (y, en general, el amor a lo bizarre), puesto que 'Oddities' ya ha dado para dos versiones allí, 'Oddities: San Francisco', esta vez con los dueños y regentes de Love to Death y 'Odd Folks Home', basado en los clientes más célebres que han pasado por Obscura.
Tal vez lo tendrían más fácil si hicieran una adaptación en un local de compra-venta de objetos de segunda mano, en los pasillos de un comercio chino atiborrado de objetos imposibles o recorriendo los rastros y mercadillos de toda España. En cualquier caso, me encantaría descubrir que sí existe en algún rincón de nuestro país una tienda que provoque tanta fascinación.
'La tienda de los prodigios', ¿de qué va?
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