¿Qué pasa cuando un personaje te hace famoso y te fagocita como actor? Lo comenta hoy Elvira Lindo en el suplemento del domingo de El País en su artículo 'Toro salvaje II'. La caída en desgracia de Michael Richards, el Kramer de esa maravillosa serie que era Seinfeld. Y todo por culpa de las nuevas tecnologías.
Resulta que a todos los actores de la serie Seinfeld, salvo al propio Seinfield, luego no han conseguido salir del papel que les dio la fama. Seinfeld era mucha serie, y los espectadores querían recordarles siempre en esos papeles.
Pues resulta, y en parte es culpable Internet y el poder de distribuir las imágenes tan rápido por cualquier persona con un móvil en la mano, que Michael Richards (Kramer), actor que no ha podido superar a su fantástico personaje, estaba habiendo un monólogo (vídeo en You Tube), y un grupo de personas no paraban de hablar y molestarle, según su punto de vista. Dado que el haber acabado haciendo monólogos no era algo de su agrado, y a que en el vídeo se le ve muy excitado, a ese grupo de gente, personas de color, terminó diciéndoles negros, en tono despectivo, además de algún que otro comentario racista.
El revuelo que se ha montado con el vídeo y la escena, y todo lo que conlleva los insultos racistas en una sociedad tan purita como la americana, obligó al propio Jerry Seinfeld a intervenir, logrando que el propio David Letterman cediera, en su programa, para que apareciese Kramer reconociendo su error y pidiendo perdón.
La sensación es que no lo lograra, que ya está sentenciado, y como le increpan en el vídeo, nunca volverá a hacer reír, y nunca volverá a recordar a lo que fue en Seinfeld. Duras palabras, y seguramente ciertas. Quizás es el problema de interpretar a un personaje tan grande en una serie que marcó una época. Los problemas de la fama y del encasillamiento, supongo. Pero un triste final para Michael Richards.