La tendencia del blockbuster actual es a la generalidad que no moleste, incluso aunque no deje realmente poso. Mundos de ciencia ficción que luego parecen muy limitados en imaginación, muy corrientes por la eliminación de estridencias, muy apagados en colores. Las extravagancias se tratan de quitar de la fórmula establecida para poder aparentar una seriedad que luego es artificial.
Hay miedo a la hora de intentar lanzarse hacia una propuesta atrevida y con elementos realmente distintivos, quizá por miedo a la mofa en clips de Twitter desprovistos de contexto que se vuelven virales, como si fuera un pecado tomar decisiones fuera de lo convencional. Por eso es de agradecer la osadía de algunos cineastas chiflados, incluso aunque terminen cayendo en un resultado irregular, para dar forma a propuestas como 'Valerian y la ciudad de los mil planetas'.
'El quinto elemento' era sólo el comienzo
Con críticas divididas y una taquilla no terrible pero sí insuficiente, la película de Luc Besson se topó con cierta incomprensión con su estreno en 2017. Ya no era 1997, cuando el director se pudo salir con la suya haciendo una extravagancia como 'El quinto elemento'. El francés hizo una película que resaltaba por poco convencional, y ese atrevimiento es el mejor argumento para verla en Netflix antes de que abandone la plataforma el sábado 21 de mayo.
'Valerian y la ciudad de los mil planetas' nos introduce a dos agentes espaciales, interpretados por Dane DeHaan y Cara Delevingne, que son asignados a la impresionante y expansiva metrópolis llamada Alpha, donde convergen en armonía y cooperación especies de todo el universo. Una misteriosa fuerza oscura conspira para alterar esta conseguida paz, y estos agentes deberán contrarrestarla para salvar la ciudad y todo el universo.
Todos los elementos para una borrachera de space-opera que no se corta en dar forma a estructuras y criaturas impactantes, casi imposibles más allá de los elásticos límites de la imaginación. Tomando de base la seminal novela gráfica de Jean-Claude Mézières, Besson muestra en pantalla un universo tan colorido, estrafalario y singular que hasta la presencia de Rihanna resulta sólo un elemento más de este increíble puzzle de mil piezas.
'Valerian y la ciudad de los mil planetas': ciencia ficción sin límites
Hay una secuencia que tiene lugar en una fastuosa playa llena de perlas y criaturas singulares que muestra toda la ambición de Besson en esta película, tanto en efectos como en espectáculo. Sólo un desarrollo algo irregular de lo largo de sus dos horas y pico de metraje la separa de ser un blockbuster tan festivo y majestuoso como brillante, quizá capaz de mirar a los ojos a otros notables despliegues como 'Avatar'.
Con todo, sigue siendo una pieza de ciencia ficción fascinante, que no tiene miedo a arriesgar y proponer atrevimientos que desafíen la zona de confort del espectador medio. No estuvo tan lejos de resultar exitoso en la tarea, pero la percepción de fracaso impidió su continuidad. Por fortuna, podemos seguir disfrutando de ella a través de las plataformas, aunque sea durante tiempo limitado.
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