'Operación Palace' fue un experimento televisivo orquestado por Jordi Évole que dio mucho que hablar antes, durante y después de su emisión. El revuelo fue tan grande que incluso llegó al Congreso de los Diputados y sigue aún coleando ya que hoy hemos conocido la noticia de que la Asociación de Usuarios de Comunicación ha denunciado a Atresmedia y a Évole ante la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (Fape) debido a la emisión del falso documental.
Las razones que la AUC pone encima de la mesa para sustentar la denuncia son, según sus palabras, la llegada de numerosas quejas de espectadores respecto a la emisión de 'Operación Palace' y la vulneración por parte de Évole y su emisión, según su juicio, de cinco principios del código sobre la praxis periodística. Para el que no lo sepa, el código de praxis periodística son un conjunto de normas que, en la mayoría de situaciones, se consideran de práctica obligatoria dentro del mundo del periodismo. Y ahora es cuando yo me pregunto: ¿Estamos locos o qué?.
'Operación Palace' no es periodismo
Puedo decir sin temor a equivocarme que repetí la frase que encabeza este párrafo unas cien veces después de la emisión del programa de Jordi Évole. 'Operación Palace' no fue periodismo. No se quiso que lo fuera ni tan siquiera dentro del engaño. El falso documental de Atresmedia fue un ejercicio de ficción muy trabajado y documentado que quiso dar una visión alternativa de lo que podría haber ocurrido si la historia fuera diferente.
Las protestas de engaño, falta a a la verdad o simplemente burla son insostenibles. Si se practicó el visionado de todo el falso documental se veía a la perfección que era todo una historia muy bien contada pero era eso, una historia más falsa que las monedas de tres pesetas. Podíamos estar muy absortos en el tema y no darnos cuenta pero el documental en su final explicaba que todo era una ficción, que nada de lo contado allí era verdad ya que el hecho histórico está bastante documentado. Eso sí, dejaban una puerta abierta a modo de guiño a los conspiranoicos, lo que a mí personalmente me pareció bastante interesante e, incluso, divertido.
Los espectadores españoles necesitan madurar
Con esta denuncia se demuestra una vez más que el espectador español no es lo suficientemente maduro. Lo vemos claramente en esta absurda denuncia y lo vemos día tras día en lo que podemos ver en nuestra parrilla. ¿Por qué no se denuncia a tertulianos de ciertas cadenas que insinúan cosas peores? ¿O por qué no se pone la voz en el cielo por el morbo que se vende actualmente en televisión? Quizás es porque no interesa al espectador, o porque los que ven ciertos contenidos no están acostumbrados a protestar e indignarse tanto como lo han hecho los que lo hicieron con el programa de Atresmedia.
La reclamación es tan absurda y falta de sentido que si lo hacen, espero con ansias que alguien denuncie a Matías Prats por haberse prestado a dar noticias falsas en varios programas en el pasado. Al fin y al cabo él es también un periodista y está faltando tanto a la verdad en televisión como lo hizo Évole. Este hecho podría resultar tremendamente cómico pero está al mismo nivel que lo que denuncia la Asociación de Usuarios de Comunicación, la cual está claro que no se sostiene por ningún lado.
El estado de la denuncia ante la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (Fape) es la de estar admitida a trámite. En las próximas semanas conoceremos la decisión de este organismo, el cual me temo que va a sentar un precedente acerca del tipo de contenidos que se pueden emitir en nuestra televisión. Esperemos que por el bien de todos nosotros, los espectadores, que la resolución sea contraria a la denuncia de la ACU, porque esto significará que en nuestra televisión se puede seguir mirando hacia adelante haciendo contenidos novedosos e interesantes.
Vía | El Mundo En ¡Vaya Tele! | ¿Se ha equivocado Jordi Évole con su 'Operación Palace'?
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