'Succession' y 'Oppenheimer' se coronan en los Globos de Oro de 2024 durante una gala sin sobresaltos ni emociones, propia de unos premios que tratan de reencontrar su razón de ser

'Succession' y 'Oppenheimer' se coronan en los Globos de Oro de 2024 durante una gala sin sobresaltos ni emociones, propia de unos premios que tratan de reencontrar su razón de ser

'Succession', 'The bear', 'Bronca' y 'Oppenheimer' se llevaron todos los premios tal y como se esperaba, con la única gran sorpresa de 'Pobres criaturas' como mejor comedia

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Golden 2

En la propia alfombra roja de los Globos de Oro, los presentadores se preguntaban por qué habían nominado más películas a mejor comedia teniendo 'Barbie'.

Poco esperaban llevarse un chasco en una gala que se reservaba la victoria de 'Pobres criaturas' como única sorpresa, con un devenir de premios que podríamos haber adivinado sin mucho sudar y un presentador que no ha vivido a la altura de la transgresión que cabría esperar de la versión "gamberra" de los Óscar y los Emmy. Los Globos han vuelto, sí, pero con tantísimo cuidado al pisar que han pasado inadvertidos.

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Too much Koy, zero joy

Han pasado un par de años desde que los Globos de Oro estuvieron, por así decirlo, cancelados, y han intentado escenificar este retorno a primera línea obviando hacer ningún tipo de comentario al respecto. Jo Koy, el presentador por sorpresa de la gala, fue anunciado oficialmente el 21 de diciembre (señal de que absolutamente nadie con nombre quería hacerlo), justo antes de las fiestas.

Vamos, que ha tenido el tiempo justo para aprenderse lo que tenía que decir ("Me dieron el bolo hace diez días, ¿queríais un monólogo perfecto?", comentaba en su único momento brillante de la gala). El monólogo ha sido uno de esos tan insulsos e inofensivos que no pueden acabar con una carrera, sí, pero tampoco resaltarla.

Entre chistes sobre lo larga que es 'Oppenheimer' (que no hicieron ninguna gracia a Christopher Nolan, por cierto, que asistía al espectáculo con cara de preferir estar un domingo en el Ikea) y pequeños innuendos raciales que no eran ni muy reivindicativos ni muy faltosos -me hizo echar de menos brutalmente a Ricky Gervais-, hubo lugar para comentarios jocosos sobre que la nariz de Bradley Cooper en 'Maestro' parece un falo sacado de 'Saltburn' o chistecitos sobre Taylor Swift que no hicieron mucha gracia a la susodicha.

Jo Koy

De hecho, fue abucheado por el público en una imagen que le perseguirá toda la vida. Al final, lo único que nos dejó este decepcionante inicio fue la imagen de Meryl Streep haciendo el símbolo de Wakanda, el Gif que el presentador estaba buscando, y las ganas de ver la ceremonia de una vez para quitarnos la tirita cuanto antes.

Y cuando empezó, todos los espectadores comprobamos con estupor que, sin mayores tonterías, se iba dando un premio tras otro. Pero la rapidez con la que se daban los premios estaba provocada por un tiempo máximo a la hora de dar el discurso que lastró muchos de los grandes momentos. Bueno para irnos a dormir pronto, pero definitivamente malo para darnos buena televisión.

Lo principal es lo secundario

La gala la iniciaron Angela Bassett y Jared Leto con un típico sketch tan graciosete como forzado, creado exclusivamente para ver si alguien lo sube a TikTok dentro de medio año y se viraliza por casualidad. En él, Leto ha hecho como si fuera, guiño guiño, un actor de esos que se flipa ("Llamadme por el nombre de mi personaje", comenta; "¿Jared Leto?", le responde Bassett). Este va a ser un poco el nivel de las próximas tres horas. Preparad vuestras bebidas energéticas, porque la cosa no va para arriba.

Dvine

Los premios a interpretaciones secundarias en cine quedaron, eso sí, bien repartiditos: la estupenda D'vine Joy Randolph por 'Los que se quedan', que subió con dos papelitos con el discurso apuntado (como debe ser) y Robert Downey Jr por 'Oppenheimer', que aportó el carisma que le faltaba a la gala mientras casi podíamos escuchar de fondo morir las aspiraciones de Charles Melton a ganar en los Óscar.

Por su parte, en actuación en miniserie se lo llevó todo 'Bronca': Ali Wong y Steven Yeun subieron al escenario entre los vítores del público y de una Netflix que, al menos, ha conseguido rascar algo. Yeun comparó su situación (con guiño a su hija y la noche de películas en familia incluido) con 'Frozen' en un chiste que no terminó de funcionar, pero su victoria dejó cara una cosa: estos premios estaban tratando de borrar el estigma de años anteriores. A la desesperada.

Wong

Por su parte, en cuanto a interpretaciones de secundarios en series, Elizabeth Debicki se lo llevó a casa por 'The Crown', dejando a Meryl Streep sin otro Globo de Oro más para sujetar esa mesa que tiene coja, y Matthew McFadyen empezó el reinado esperable de 'Succession'. Spoiler: no paramos de escuchar el nombre de la serie una y otra vez sin parar.

Diciendo la verdad

Aunque la gala fue mucho más hierática y poco sorpresiva de lo esperado, aún hubo algún que otro chiste que cayó en gracia, como el diálogo sincero entre Keri Russell y Ray Romano, cuestionando la calidad de los productos de este último y llegando a la conclusión de que la verdad, en Hollywood, es estúpida, Kevin Costner repitiendo un diálogo de 'Barbie' para la sorpresa de America Ferrera o la muestra de lo que sería una gala sin guionistas y escrita por ChatGPT.Buenos momentos que no aguantaban una comparación con el guion pobre que le dejaban al mejorable Jo Koy ("Han querido honrar mi cultura y han servido sushi. Soy filipino, cocinamos nuestro pescado").

Triet

Los premios, llegados a este punto, fueron llegando uno tras otro como un trolebús: el mejor guion fue para Justine Triet y 'Anatomía de una caída', que recordó cómo, al escribir su película, creyó que nadie querría verla porque era muy larga y hablaban todo el rato. Una vez más, hay que recordar que Francia ha decidido llevar 'A fuego lento' a competir a la categoría de mejor película de habla no inglesa en los Óscar y nadie entiende por qué.Ahí, por cierto, también se lo llevó 'Anatomía de una caída', que ha sido una auténtica sensación en Hollywood superando a nuestra 'La sociedad de la nieve' (algo que, francamente, se veía venir).

Doblete también para 'The bear' en actores de comedia, para Jeremy Allen White, que tuvo aplausos incluso antes de la lectura de las nominaciones (y que no nombró a Rosalía, adiós a la representación española en la gala), y Ayo Edebiri, terriblemente nerviosa, que acabó agradeciendo el premio a "su familia, la gente de 'The Bear'" y, poco después, a "su verdadera familia". Entre dirigir un restaurante y recibir un premio, creo que Edebiri se queda con lo primero.

Ayo

No soy un pedófilo

Entre la vorágine de premios gordos, Jim Gaffigan salió al escenario a demostrar que él podría haber sido, quizá, el presentador, con unos chistes mucho más sociales, afirmando "No sé qué pinto en el mundo del entretenimiento, soy de un pequeño pueblo de Indiana, no soy un pedófilo...".

Esta era la primera vez que se daba un premio a mejor presentador de stand-up y, para sorpresa de nadie, se lo acabó llevando Ricky Gervais, la persona que ayudó a poner los Globos de Oro en el mapa. Paradójicamente, no estaba entre el público, así que nos quedamos sin ese momentazo que, sin duda, estaban buscando al darle el galardón. Seguro que era más gracioso que todo 'Armageddon'.

Por su parte, no hubo sorpresas ni en cuanto a actor de drama televisivo, que se llevó Kieran Culkin por 'Succession' (el Culkin que triunfó cuando tocaba y que ya estuvo nominado hace veinte años) ni mejor director de cine, un Christopher Nolan al que ya le tocaba ganar después de ¡seis! nominaciones a lo largo de los años y que se ha resarcido en un discurso en el que le han permitido un poquito de tiempo extra.

Más sorprendente fue uno de los premios más competidos de la noche, mejor película de animación, en la que 'El chico y la garza', el anime de Hayao Miyazaki, se ventiló a Disney, poniendo un clavo más en ese ataúd crítico para la empresa que ha sido 2023.

El chico y la garza

Por su parte, no hubo sorpresas en cuanto a mejor actriz de comedia: aunque parecía que Margot Robbie podía superar la mejor actuación del año, Emma Stone cumplió con las quinielas llevándose el premio a casa gracias a 'Pobres criaturas', que ella, dice, ve como una comedia romántica. Tampoco en cuanto a mejor actor de drama: ¿Alguien dudaba que Cillian Murphy iba a llevarse el gato al agua gracias a 'Oppenheimer'? Eso sí que nos habría despertado.

El valle de la gala

En toda gala de los Globos de Oro llega el momento del bajón en el que poder relajarnos un poco, ir al baño y, quizá, echar una siestecita. Entre catorce -¡catorce!- premios a mejores actuaciones y ocho a mejores películas y series en su conjunto, de alguna manera se cuela uno a mejor banda sonora (solo de cine, claro. ¿Qué somos? ¿Los Emmy?), que se sumó al contador de 'Oppenheimer', como no podía ser de otra manera.

Eilish

Por su parte, el premio mejor canción, presentado por una Andra Jay que leyó fatal el cue e hizo una brutal pareja con Jon Batiste, fue para Billie Eilish por 'Barbie', como desoyendo por completo los gritos de todo el público mundial cantando durante un año entero 'I'm just Ken'. El disco de versiones grabado por Ryan Gosling hecho exclusivamente para ver si los premios picaban puede caer en el vacío estelar.

"La única gala de premios con barra libre". Así justificó Mark Hamill la existencia de esta ceremonia para presentar uno de esos galardones que nadie termina de entender, el de mejor película más taquillera, pensado para enfrentar directamente a 'Oppenheimer' y 'Barbie' contra Taylor Swift. En este primer gran enfrentamiento (de, creedme, muchísimos), 'Barbie' se hizo con la estatuílla, que Margot Robbie dedicó a todo el que se vistió de rosa para ir al cine. Nunca me habían dedicado un premio, la verdad, muchísimas gracias, Margot.

Margot

Y poco a poco fue llegando el momento de los premios gordos, que transcurrieron casi sin sorpresas de ningún tipo. 'Bronca' fue un triunfo de Netflix en mejor serie limitada (cuyo creador agradeció al conductor en el que se inspiró en la vida real) y 'The bear' hizo lo propio para Hulu (en España Disney+) en comedia ante la sorpresa de absolutamente nadie. Todo el mundo se llevó algo a casa, todos fueron ganadores. Sí, HBO también. Todos intuíamos lo que iba a venir después.

Al fin llegó el final de la función por esta noche

Dua Lipa y Elizabeth Banks presentaron el premio a mejor actriz de drama, que se llevó Sarah Snook, completando el repóker de 'Succession' y dejando sin ninguna emoción el siguiente premio. Ojo a la sorpresa, que os va a dejar de pasta de boniato: 'Succession' se convirtió en la gran ganadora televisiva de la noche con cuatro premios. No sé cómo mi corazón ha podido aguantar esta cascada de sorpresas.

Y con la televisión finiquitada, la gala ha pasado a los premios finales de cine, con el retorno tras una década de unos Will Ferrell y Kristen Wiig chisposísimos salvando la parte final de la gala ante la ausencia considerable de Jo Koy al mando. "¡Los Globos de Oro no han cambiado!", acababa quejándose Ferrell entre risas. El problema es que sí lo han hecho.

Ahora son terriblemente predecibles. Paul Giamatti se llevó el premio a actor de comedia por 'Los que se quedan' y, por su parte, Yorgos Lanthimos se hizo con el de película de comedia con 'Pobres criaturas', una de las pocas sorpresas que nos deparaba la sucesión de premios continuos. En el discurso, Lanthimos se dedicó, sobre todo, a saludar a Bruce Springsteen: fue lo más Globos de Oro de toda la gala.

Poor Things

Al final, Lily Gladstone se llevó el único premio de la noche para 'Los asesinos de la luna' y abrazó a un Leonardo DiCaprio extrañadísimo de tocar a una mujer mayor de 21 años. Finalmente, y tras cuatro galardones, 'Oppenheimer' se llevó el más codiciado, mejor película de drama, coronando a Christopher Nolan como el rival a batir de este año. Claro, es que son tres horas de una película con muchísimo diálogo sobre el creador de la bomba atómica pensada exclusivamente para adultos. Estaba cantado que algo así triunfaría en taquilla y en premios.

Oppie

Ironías aparte, la gala ha bordado (¡solo con cinco minutos extra!) las tres horas de duración, permitiéndonos a los que la cubrimos dormir unas pocas horas. ¿Ha sido divertida? Desde luego que no. ¿Ha sido sorprendente? Todo lo contrario. Ha sido funcional. Es lo que estaban buscando, al fin y al cabo.

Muchos premios, muchos famosos, darle al público lo que pide y ver si esa es la clave para volver a la fama de antaño... Olvidándose de que lo mejor de los Globos siempre fueron los sobresaltos, las locuras y las taquicardias. Como mintiéndose a sí mismo y al despedir la gala, Koy ha dicho: "¡Hollywood ha vuelto!". Mira, al contrario que él el año que viene.

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