¿Por qué nadie debería perderse 'Forbrydelsen III'?

¿Por qué nadie debería perderse 'Forbrydelsen III'?
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‘Forbrydelsen’ es esa serie cuya presentación es un tanto pesada, más que nada porque es la serie original en la que se basaba la producción americana ‘The Killing’, muy inferior. Pero finjamos que no es así, que se trata de algo completamente opuesto y aquellos que digan “pero si ya he visto la versión estadounidense” que no tengan en cuenta este prejuicio. ‘The Killing’ y ‘Forbrydelsen’ siguieron caminos muy distintos a partir de la segunda temporada y encima esta tercera, la que recomiendo hoy, se puede ver por independiente (como se podía hacer con la anterior).

Es más, esta última debe verse. Es prácticamente una obligación moral para aquella gente que dice amar la televisión de calidad, también para aquellos que adoran las series de crímenes y para los que quieran entender la pasión por las series escandinavas. Si el Clint Eastwood de ‘Sin Perdón’ y ‘Mystic River’ se parase a verla, seguro que acabaría aplaudiéndola. He aquí las razones (no tanto para Eastwood como para cualquier espectador inquieto).

III es un número romano

Sé que ya lo he dicho pero quiero recalcarlo: se puede ver de forma independiente de las demás. Evidentemente cada caso marcó a la detective Sarah Lund de alguna forma, pero lo que la define sigue muy presente. Es una investigadora incansable, desconfiada e implacable que se equivoca, tropieza pero siempre sigue adelante en su afán por descubrir la verdad. En este caso sobre un asesino que mata a tres marineros y secuestra a una niña, algo que podría ser mucho más complicado de lo que parece a simple vista. Y lo único que continúa de las anteriores temporadas es su mala relación con su hijo, algo que los espectadores tampoco vimos por algo muy básico: siempre ha pasado de él, hasta prefirió no vivir con él y ahora está pagando las consecuencias de ser una madre horrible.

La carne en el asador

La mentalidad de Soren Sveistrup es la de un creador liberado. ¿Que me dispongo a escribir la última temporada de mi serie más conocida porque en el equipo hemos decidido que no habrá más? ¡Pues a por todas! Si ‘Forbrydelsen’ siempre utiliza una esquema triangular, enfocando la narración desde tres puntos (los investigadores, las víctimas y las repercusiones políticas de un caso con potencial mediático), esta vez aplica el cuento a las variables más potentes posibles. Sarah Lund investiga la desaparición de la hija del magnate más importante del país (una especie de Amancio Ortega danés o quizá mejor de Florentino Pérez) y el político al que perjudica la investigación es el Primer Ministro, cuya reelección podría depender del caso. Vamos, que no se andan con tonterías.

Emily Zeuthen.

Se busca a Emily Zeuthen.

Una dirección sobria

Será por la solemnidad de encontrarnos ante la última investigación de Sarah pero la dirección es más potente que nunca. La fotografía, los paisajes, el retrato de la climatología, lo visceral de algunos instantes... todas las escenas de ‘Forbrydelsen III’ son un placer para la vista. No existe el concepto de “escena sobrante”, algo que sí ocurría en la primera temporada, mucho más televisiva y menos cinematográfica que esta. Los paisajes rezuman frío y elegancia con una sofisticación novedosa, algo que probablemente aprendió de 'Bron/Broen'. Y todo es relevante, todo es interesante y no les tiembla el pulso cuando la trama lo requiere. Me refiero al décimo y último episodio, donde se toman las decisiones correctas para que sea un final contundente. Sus fieles siempre lo recordaremos, uno de los episodios más electrizantes del último año y de la televisión en general.

El factor humano, otra vez

Lo que llamó la atención de la primera temporada, cuando Sarah buscaba al asesino de Nanna Birk Larsen, era el tratamiento del duelo de los padres de la víctima. Era descorazonador y le dio un toque especial a la serie. Este factor extra, sin embargo, se perdió en la segunda temporada. Había unas personas afectadas por el caso pero no era una implicación tan directa. Aquí, en cambio, volvemos a la figura de unos padres sufridores desde otro punto de vista. Los padres de Emily Zeuthen están separados y las distintas fases de su relación son estimulantes. Desde la obsesión por culpabilizarse a la necesidad de compartir momentos a pesar de detestarse (porque nadie entiende mejor esa situación). Y, como encima la niña está desaparecida y no muerta, la tensión es muy distinta a la de los pobres Larsen.

Un cierre magistral

No existe nada más satisfactorio que ver una serie sobre la resolución de un crimen y que todas las piezas encajen. Esto ocurre en ‘Forbrydelsen III’. Pero aquí se exceden y, no solamente está todo muy bien planificado y todos los giros y revelaciones ocurren en el momento oportuno, encima cuentan algo más. Es una radiografía del ser humano, de los instintos más bajos, del sentido de justicia, de la pérdida, de la moral. No digo más para que no me lluevan piedras, pero espero que también tengáis ganas de quitaros el sombrero cuando terminéis la temporada. No creo que tengáis otra opción cuando veáis los últimos minutos, de los mejores que ha dado la televisión en estos últimos años.

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