Pedro Gallego
EditorComo un huracán repentino, ‘Adolescencia’ ha arrasado en el panorama televisivo de una manera sorprendente. El extraño caso donde se junta el fenómeno en audiencias de Netflix con una aclamación extraordinaria, colocándose prácticamente al instante en la conversación para ser una de las mejores series del año.
Es difícil decir que no se lo merezca. Su manera de abordar el drama profundo y la problemática social con una dirección exuberante consigue elevar la ya de por sí notable factura de la televisión británica. Este triunfo se siente un clímax para sus responsables, que llevan tiempo asentando una sólida reputación a través de otras series como ‘Boiling Point’.
El ambiente caldeado
Creada también por el actor Stephen Graham y por el director Philip Barantini a partir de su tenso thriller culinario en plano secuencia de mismo título (al menos en su versión original), esta serie de 4 episodios es también un viaje alucinante para aquellos que disfrutasen de ‘Adolescencia’. Drama a contrarreloj y contra más presiones que engancha y que se puede ver en streaming a través de Movistar+.
Carly consigue montar al fin su propio restaurante, intentando sobreponerse a la debacle que tuvo en su anterior trabajo como jefa de cocina para un Andy que se encuentra intentando buscar su nuevo rumbo en la vida. A pesar de acumular prestigio, el Point North se encuentra cada noche en riesgo de sufrir el mismo destino por las tensiones diarias entre el equipo y la acumulación de deudas.
Otra serie culinaria que, como ‘The Bear’, examina la presión paradójica de la hostelería de lujo, donde se acumula prestigio y aparente lujo pero está constantemente asfixiado por la presión económica además de la búsqueda de la excelencia artística. ‘Boiling Point’ opta, eso sí, por mantener un toque más terrenal y por llevar los dramas de los personajes a un terreno más thriller, de manera similar a lo que ya hacía la película.
‘Boiling Point’: más allá de la cocina
Volvemos a encontrar esa dirección tan musculosa y llena de brío de Barantini, que aquí comparte también las labores con Mounia Akl, aunque también hay ánimo de expandir el lenguaje narrativo de la serie al igual que expande las ambiciones de la original. A un portentoso inicio con ese toque ininterrumpido ya marca de la casa le sigue un uso del montaje inteligente y efectivo que permite salir de las dimensiones de la cocina con más fluidez.
Por supuesto, la serie ejerce como continuación directa de la película, así que es casi necesario verla también (pero durando hora y media la experiencia completa no va a llevar más de una tarde completa). Pero ‘Boiling Point’ consigue adquirir su propia textura y consistencia, siendo una experiencia fabulosa que hace de puente con la serie del momento.
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Lucho Portuano
Y no se tardo mucho en sacarle el PERO a la serie de wokeflix que convenientemente hizo whitewashing del protagonista