"Hola, me llamo Christy y soy alchólica. He estado sobria 118 días... ¡No aplaudan por eso! Han sido los peores 118 días de mi vida".
De entre la amalgama de títulos que se estrenan en otoño y de los cuales apenas tengo referencias, dos series me llamaron la atención sobre el resto: una, 'Dads', por la presencia de Seth McFarlane y Alec Sulkin ('Family Guy') en el proyecto. La abandoné justo después de un piloto que no me convenció (tampoco a la crítica en general: récord de vapuleo en Metacritic). También me decidí a ver qué me podía ofrecer 'Mom' (CBS), sólo porque Chuck Lorre ('Dos hombres y medio', 'The Big Bang Theory') la firma. En este caso ha funcionado, pero tras la experiencia con 'Dads' ya me he convencido de que no siempre un nombre es garantía de algo.
Padres vs Madres. A priori, las dos series tienen argumentos muy similares. Choques generacionales. Los claroscuros de la familia. Las dificultades de ser hijo cuando uno llega a la edad adulta. Y, sin embargo, abordados con resultados tan distintos. Si me preguntáis: "¿A quién quieres más, a papá o a mamá?", la respuesta está clara: 'Mom' se deja querer con mucha más facilidad. En mi caso sólo han necesitado un capítulo para demostrar que hay materia prima. Y dos para querer que la adoptara como una más de mis criaturas, a pesar de que casi no doy abasto. Pero veréis, no puedo vivir sin ver actuar a Allison Janney ('El ala oeste de la Casa Blanca'). Soberbia.
¿Quién dijo que era fácil ser madre?
Menos aún cuando tu modelo de maternidad "lamía las migajas de cocaína de la alfombra" o cocinaba metanfetamina, a lo Heisenberg. Y claro, acabas repitiendo el patrón y convirtiéndote en madre adolescente primero, alcohólica después. Dando un penoso ejemplo a tu hija, corriendo el peligro de que acabe siendo como tú. Con este plantel disfuncional, Chuck Lorre plantea una comedia arriesgada, dándole la vuelta al concepto sitcom y al modelo de happy family. Y, sobre todo, desterrando la imagen de madre perfecta.
Christy (Anna Faris) es camarera en un restaurante de postín, de esos a los que acuden los "nazis de la comida petulante" a comer "una bola de arroz pegajoso" que en la carta se vende como Risotto de 60 dólares. Allí vierte toda su frustración por vivir una vida que no quería para si misma: no quería ser madre adolescente, pero tuvo a Violet a los 16. Quería ser psicóloga, pero en lugar de eso ha acabado necesitando terapia y enganchada a los audio-libros de autoayuda. Se acuesta con su jefe, casado. Soporta los desplantes de su hija adolescente, que le culpa por no haber sabido ser una buena madre mientras intenta redimirse con su hijo pequeño.
Y, por si fuera poco, tiene que lidiar con Bonnie (Allison Janney), su madre, ahora que está sobria y quiere volver a su vida. Y con su ex (Matt L. Jones, uno de los colegas de Jesse en 'Breaking Bad'), un adulto con mente de niño con el que comparte paternidad. Y con un chef (French Stewart) narcisista enganchado a la cocaína. Y con el novio tonto de la hija (un personaje que recuerda mucho al Dylan de 'Modern Family'). Y con los ligues de la madre, a los que suele doblar la edad... Demasiado para una Christy que vive en perpetuo estado de ansiedad.
Los incentivos
Lorre ha hecho una gran apuesta en 'Mom'. Aunque éste es el debut televisivo de Anna Faris como protagonista (sí ha participado como secundaria en 'Friends' o 'Entourage') en este nuevo trabajo borda su papel de madre ansiosa y al mismo tiempo contenida, sin tener que recurrir a la sobreactuación y convertirse en un personaje histriónico. Por su parte, Allison Janney apenas necesita presentación. Fue la secretaria de prensa en aquella Casa Blanca ficcionada por Aaron Sorkin, un papel que le ha otorgado innumerables premios y nominaciones. La acabamos de ver en 'Masters of Sex', lo nuevo de Showtime. pero ha picoteado en más de una serie (fue la madre de Jacob y Humo Negro en 'Lost', por ejemplo).
No harían falta esas odiosas risas enlatadas, porque lo cierto es que los diálogos de 'Mom' son frescos, inusuales y divertidos, huyendo de los tópicos que tanto chirrían en 'Dads'. La visión sarcástica de Christy ante los desastres de su vida o el personaje de Bonnie, muy alejada de lo que entendemos por abuela, funcionan bien per se. Y casi se diría que sustentan la comedia, tanto como para poder llegar a salvarla en los momentos de hastío. Algo muy parecido a lo que pasa en 'The Big Bang Theory' con Sheldon. 'Mom' podrá no ser LA comedia, pero podría encajar en nuestras vidas, como una de esas confortables y agradables rutinas. Aunque sólo sea para llenar el hueco de 'Cougar Town' hasta su vuelta. O quizás para sorprendernos con una adecuada evolución. Si está Lorre detrás, es más que factible.
En ¡Vaya Tele! | Upfronts 2013 CBS
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