Holly Hunter y Laura San Giacomo forman un equipo perfecto en Saving Grace, son algo así como el House y el Wilson de la policía. Mientras una se dedica a negar lo evidente a toda costa, la otra vive de la fe y, a pesar de su carácter científico, no duda. La química que hay entre ellas es perfecta pero mi simpatía por ellas va más allá de la serie en sí.
Lo cierto es que ambas actrices forman parte de algunos de los hitos culturales más importantes de mi generación (sí, sí, tengo más de treinta), y al verlas no puedo evitar que se me acelere la parte nostálgica del cerebro que contribuye de forma decisiva a que las vea con buenos ojos. Holly Hunter ganó el Oscar por El piano, una de mis películas preferidas, y Laura San Giacomo fue, entre otras cosas, la amiga de Julia Roberts en Pretty Woman, otra peli emblemática de una época.
Mucho se ha hablado de que la televisión es el reducto de las grandes damas que ya no encuentran un hueco en Hollywood pero esta es la primera vez que el pasado de unas actrices me hace conectar conscientemente con sus personajes presentes. Ejemplos recurrentes en este asunto son Glenn Close o Geena Davis. Con Sally Field me pasó justamente lo contrario: no me caía demasiado bien y me costó apreciar su personaje en Cinco hermanos, aunque ahora la adoro.
Hay veces, no obstante, en las que se riza el rizo. Por ejemplo, siguiendo con Cinco hermanos, ¿qué hace Ken Olin compartiendo planos con Patricia Wetting? Ambos salían en Treinta y tantos, aquella serie de yuppies, y verlos juntos otra vez me dio cierta lástima sobre todo por él, que sale con un aspecto muy avejentado. También jugaron con el pasado y perdieron la partida, desde mi punto de vista, en Beautiful People, serie en la que Grant Show y Daphne Zuniga compartían relación después de Melrose Place.
En cualquier caso parece que no pasa desapercibido para las cadenas que un actor y su trayectoria pueden influir en el éxito de una serie. Hasta hace poco recurrían a las estrellas invitadas en los episodios de sweeps pero ahora es cada vez más habitual que, si les dan una oportunidad, se queden con el personaje principal con excelentes resultados. Esperemos que no cunda el ejemplo con Britney.
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