La ampliación de su mundo le ha sentado bien al tramo final de la segunda temporada de 'Fear the Walking Dead', del mismo modo que separar a sus personajes en tres grupos ha sido una buena decisión. No todas las historias han tenido el mismo interés, y no todas las motivaciones han estado bien armadas, pero hay que aprovechar las cosas buenas, vengan de donde vengan.
Porque ha habido bastantes problemas en la segunda temporada de 'Fear the Walking Dead', y el principal de ellos ha sido la necesidad de que algunos personajes tomaran decisiones francamente estúpidas sólo para justificar ciertos giros de guión. Hasta con su obsesión por encontrar a Nick, Madison es más inteligente de lo que la ha presentado la serie.
El hotel de los líos
Ha habido dos grandes focos de acción en estos ocho episodios: el hotel de playa adonde llegan Madison, Strand, Alicia y Ofelia, y la colonia que acoge a Nick. Las dos han presentado a los personajes con los dilemas de qué hacer con la gente que amenaza la convivencia y la seguridad del grupo, y cómo responder ante las acciones de tipos que ejercen la fuerza para conseguir lo que necesitan, como esa banda mexicana que controla las reservas de agua y alimentos a cambio de fármacos que puedan utilizar como drogas recreativas.
El hotel era el primer intento de los personajes por establecer un refugio más o menos seguro, aunque hubiera rencillas entre ellos por la manera en la que se "gestionó" el primer momento de la pandemia zombie. En ese aspecto, ha dejado un par de originales ataques de caminantes, y la evolución de la relación entre Madison y Alicia, pero no mucho más. Se ha forzado que fuera, al final, el foco de unión de las tramas de Madison y Travis al hacer que la primera encendiera de noche el rótulo luminoso del hotel para que Nick pudiera encontrarlo.
Es una decisión que resulta difícil de comprender. Sí, Madison no se ha rendido y espera poder reunirse con Nick, pero esa manera de ponerlos a todos en peligro no acaba de casar con el personaje que va mostrando la segunda temporada; alguien con sus momentos de debilidad, sí, pero más planificadora e inteligente, y más consciente de lo que tiene que hacer para sobrevivir en ese nuevo mundo.
Una muerte en flashback
Otro de los aspectos más extraños de estos últimos episodios ha sido la decisión de matar en un flashback a Chris. Su trama con esos frat boys estadounidenses, que creen que el apocalipsis zombie es como una fiesta salvaje en Tijuana en la que pueden hacer lo que les da la gana, ha tenido algunos de los momentos más interesantes de la temporada, aunque no dejara de ser un cliché enorme.
Travis es muy consciente de que las nuevas reglas de supervivencia los van a convertir a todos en muertos que caminan, mientras a Chris se le llena la boca diciendo que ahora hay que tener la misma frialdad que sus nuevos amigos. Enseguida descubrimos que éstos no son más que unos niñatos muertos de miedo con un gran desprecio por esa gente que consideran inferior a ellos (los mexicanos, directamente), que sólo se mueven por sus propios intereses y que optan siempre por la salida más rápida y en la que tengan que pensar menos. En cuanto Chris puede convertirse en un problema, se lo quitan de enmedio.
La evolución de la sociopatía de Chris, al final, ha estado sólo al servicio de la evolución de Travis. Chris no ha sido más que una herramienta para llevar a su padre al punto en el que se deje llevar por sus instintos más primarios, en el que se entregue a la venganza y a la violencia. Sus actos tienen consecuencias (que también sirven sólo para que se pongan a seguir los pasos de Nick), y muestran que los protagonistas ya han dejado de ser los mismos ingenuos que pensaban que todo se iba a arreglar.
¿Adónde va 'Fear the Walking Dead'?
AMC ha renovado la serie por una tercera temporada, y el final de esta segunda entrega deja las cosas muy abiertas. Madison, Alicia y Travis se marchan tras la pista de Nick; éste, por su parte, intenta cruzar, con la gente de la colonia, la frontera con Estados Unidos para ir a ese campamento que ha visto en la distancia, sólo para que los rechacen esa versión de la Arizona Border Recon de la serie, y Ofelia se marcha sola a Santa Fe en busca de su novio, un plan bastante endeble y que sólo sirve para que la secuestren.
Es bastante probable que estas tres líneas argumentales confluyan en la tercera temporada, cuando todos los personajes tengan que vérselas con esos paramilitares que "protegen" la frontera. Y luego está Strand, que se queda en el hotel. 'Fear the Walking Dead' ha estado jugando con los paralelismos con el trato que se da a los inmigrantes en Estados Unidos, y el aire de superioridad con el que se los mira, sin terminar de rematarlos del todo. ¿Se atreverá la tercera temporada a adentrarse por ese jardín?
'Fear the Walking Dead' no acaba de despegar como una serie que tenga algo más que contar que otra historia de supervivencia en un apocalipsis zombie. Su ubicación en la frontera entre Estados Unidos y México puede aportar cosas muy interesantes que, sin embargo, no parece que sus responsables quieran tratar de verdad, y que la diferenciarían por completo de 'The Walking Dead'.
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