Los fans de HBO y de la buena televisión deberían llevar tatuado el nombre de Amy Jellicoe en alguna parte de su cuerpo, ya fuese el cogote o el tobillo. Ella es la protagonista de ‘Enlightened’ y tiene el rostro de la musa de David Lynch, Laura Dern, pero pasó sin pena ni gloria per el canal y los Emmy. El público también le dio la espalda y fue cancelada tras su segunda temporada, que se estrenará el próximo 24 de junio en Canal + y que es una prueba más de que, más que una serie fallida, ‘Enlightened’ fue una joya incomprendida.
Su mayor error fue nacer en una época donde Showtime nos tenía acostumbrados a series de mujeres antipáticas o anti-heroínas que no iban a ninguna parte. Me refiero a ese despropósito de Diablo Cody con Toni Collette llamado ‘United States of Tara’ o el horror histriónico de Laura Linney en ‘The Big C’. También era normal que sucediera. Su primera escena parecía seguir esa línea, cuando Amy Jellicoe sufrió un ataque de nervios en su oficina y abrió las puertas de un ascensor con sus propias manos y el rímel corrido. Pero ‘Enlightened’ tenía otra idea en mente y lo demostró en todos los episodios que vendrían a continuación.
La serie fue creada por la propia Dern y su vecino en Los Angeles Mike White en una colaboración que surgió de forma espontánea cuando se dieron cuenta que los proyectos que cada uno desarrollaba por su cuenta podían fusionarse. Ella quería hablar de una mujer que luchaba por un mundo mejor y él quería quitarse de encima sus fantasmas personales. En 2004, FOX le encargó a White la comedia ‘Cracking Up’, le pidió que renunciase a su humor más negro y luego fracasó en las audiencias.
Esto le llevó a desconfiar de sí mismo, hizo que perdiera los estribos, se sumió en la depresión y acabó en un centro de terapia como Amy Jellicoe después de que la presión de su empresa acabara con su estabilidad mental. De aquí, en resumidas cuentas, salió ‘Enlightened’, una serie que Dern describió como “un estudio de media hora de un individuo”. En este caso, Amy, una soltera de mediana edad que quiere dejar huella en este mundo a través de algún buen acto y del que todos sus allegados desconfían.
Una protagonista difícil
Sí, Amy Jellicoe es un personaje antipático. Adrede. Cuando la encierran en el sótano de su empresa tras volver de sus forzadas vacaciones en Hawaii, es probablemente la trabajadora más inepta que haya trabajado nunca en Abaddonn, la empresa que no se atreve a despedirla por miedo a una demanda. Y no sabe leer a la gente que la rodea, no entiende su humor, ni les escucha. Pero esto permite que ‘Enlightened’ sea una obra muy estimulante.
La intención de Dern y White, entonces, es proponernos un experimento: intentar que queremos a una mujer por sus defectos. Porque Amy cometerá muchos errores y meterá la pata en más de una ocasión, pero también tiene una calidad que la redime: cree profundamente en el cambio y procura ser mejor persona. Puede que se den situaciones absurdas porque tiene tendencia a ignorar a sus seres queridos a favor de un bien mayor, pero es sincera y, si tuviera más carisma y más inteligencia, sería una especie de Barack Obama en 2004, cuando todavía se asociaba a la esperanza y el cambio.
Una serie conceptual
Todo ‘Enlightened’, además, se alimenta de la dicotomía de su protagonista. Es una comedia muy dramática, muy triste en algunas momentos, que explora lo absurdo y auténtico de la redención. Muestra los paisajes tranquilizantes de los libros de auto-ayuda de Amy y lo hace con sorna y también con respeto. Hay material saca-cuartos pero también discursos que pueden ayudar a las personas que pasan por un mal momento. No hará falta ir a un centro carísimo en Hawaii que vacíe tu cuenta del banco, pero sí hay situaciones que requieren desconectarse del entorno para encontrarse a uno mismo.
En esta línea la serie tiene imágenes que se bordean a la vergüenza ajena y acaban siendo muy poderosas, como la metáfora de los rascacielos de Los Angeles como los castillos del capitalismo con una tortura nadando en la negra noche. Y también episodios más desconectados de Amy, como el dedicado a su madre (interpretada por Dianne Ladd, también madre de Laura Dern), a su ex marido o a Levi, el personaje que Mike White se reservó.
Son pequeños estudios del individuo que demuestran cómo ‘Enlightened’ tiene un precioso tacto a la hora de hablar de personas anónimas. Pequeñas joyas dentro de este tesoro que es ‘Enlightened’, cuya cancelación le servirá para ser recordada con mucho cariño y la sensación que tuvo un recorrido pleno. Emitió solamente 18 episodios y todos fueron maravillosos. No todas las series pueden alardear de tener un camino creativo sin mácula.
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