A pesar de su título, y de adaptar un libro de PD James, no nos llevemos a engaño; 'Death comes to Pemberley' no es una historia de detectives en la Inglaterra de principios del XIX, sino una mirada a todos esos personajes que Jane Austen creó en 'Orgullo y prejuicio' y cómo reaccionan ante la adversidad, seis años después del final de aquel libro. La venerable "dama del crimen" británica quería rendir homenaje a una de sus autoras y de sus novelas favoritas escribiendo una secuela que, casi inevitablemente, tenía que tener alguna de las características de su obra, pero aunque hay efectivamente un cadáver, y hay una investigación sobre quién pudo ser su asesino, a James y a la miniserie le interesa más la exploración psicológica de los protagonistas.
Pongámonos en situación. Elizabeth Bennett lleva casada ya seis años con el señor Darcy y tiene un hijo con él, así que es la dueña de Pemberley, una gran casa anclada en una larga y orgullosa tradición familiar que su marido se toma muy en serio. Con ellos vive Georgiana, la hermana de Darcy, y están preparándose para un gran baile anual que reunirá a lo más granado de la sociedad rural de los alrededores. Al baile, sin embargo, no está invitada Lydia, la hermana menor y muy alocada de Lizzie, que se fugó y se casó con Wickham, un tipo encantador pero bastante embustero y que hasta intentó seducir a Georgiana en su búsqueda de una mujer de buena posición que pueda mantenerlo. En 'Orgullo y prejuicio' ya queda establecido el daño que Wickham hace tanto a los Darcy como al buen nombre de la familia Bennett, así que no es extraño saber que él no es bienvenido en Pemberley. Pero van a ocurrir unas circunstancias que volverán todo ese mundo del revés.
Una miniserie cuidada
Lo que llama mucho la atención de 'Death comes to Pemberley' desde el principio es su aspecto visual. Los bosques, en los que se cuenta que hay un fantasma, se muestran como parte de una historia de miedo y el interior de Pemberley, enorme y señorial, siempre está bañado en luz, como indicándonos la felicidad de quienes viven allí. Las escenas nocturnas en la casa, iluminadas por incontables velas, son realmente notables, jugando con esa luz como si Daniel Percival, su director, estuviera pintando un cuadro. Es curiosa la elección de Percival como director de la miniserie porque en el Reino Unido es más conocido por thrillers conspiranoicos como 'The State within', series policiacas o la acción de 'Strike back', pero en otra adaptación literaria, en este caso de 'Place of execution' y la investigación, décadas más tarde, de la desaparición de una niña, encontramos el mismo tratamiento visual del entorno y la misma participación de personajes que guardan secretos de diversa índole.
Como decimos, aunque estemos en el mundo de Jane Austen, PD James y la guionista de la miniserie, Juliette Towhidi, se meten en mayor profundidad en algunos de los asuntos que 'Orgullo y prejuicio' tocaba, como el hecho de que, socialmente, Elizabeth tuviera una posición inferior a la de Darcy cuando se casaron, y también resulta muy curioso ver cómo toda la investigación del asesinato y el juicio posterior está basado siempre en pruebas del carácter del acusado, más que en pruebas tangibles de si pudo ser el asesino o no. La personalidad de los protagonistas crados por Austen se mantiene, y también que Lizzie sea la persona inteligente que no se deja llevar por prejuicios, sino por lo que ve delante de ella y por su sentido común.
Un buen reparto
Como es de esperar en estas adaptaciones de época de la BBC, no sólo la ambientación y el look de la miniserie están muy cuidados, sino que el reparto rinde también a la perfección, empezando por unos Matthew Rhys y Anna Maxwell Martin que, al principio, pueden no parecer las mejores opciones para dar vida al matrimonio Darcy, pero que están realmente muy bien y, además, funcionan bastante bien juntos. Es la relación entre ambos lo que 'Death comes to Pemberley' explora en realidad, incluso con algunos momentos más íntimos que quizás indignen a los más puristas, pero que nos ofrecen el retrato más completo de esa pareja que no sólo tenía que superar sus reticencias causadas por los prejuicios y el orgullo, sino también las suscitadas por esa diferencia en clase social entre ambos.
Quienes también vieran el día anterior el especial navideño de 'Doctor Who' tuvieron un dosis extra de Jenna Coleman, que aquí interpreta a Lydia, la hermana pasada de rosca y egoísta de Elizabeth, y su marido está en manos de Matthew Goode, otro de los actores más fácilmente reconocibles del reparto. Todos ellos forman un conjunto muy eficaz, dando vida a este tapiz de secretos y, por supuesto, de prejuicios e ideas preconcebidas que no les dejan ver realmente lo que está pasando, y donde averiguar quién es el asesino es lo de menos. Y eso que la miniserie mejora ese aspecto con respecto al libro, presentando los diferentes avances en el caso de una manera más ordenada y fácil de seguir.
'Death comes to Pemberley' es una continuación de la obra más famosa de Janes Austen que mantiene el esquema básico de sus personajes y los temas que trataba, y añade una capa de retrato psicológico de dichos personajes y va un poco más allá en mostrarnos cómo son algunos de ellos. Destaca por una dirección muy notable, con un aspecto visual que es a veces un espectáculo, y por un grupo de actores muy en sus papeles, destacando unos Matthew Rhys y Anna Maxwell Martin que forman una buena pareja, compleja y con sus problemas, pero que se apoyan mutuamente al final. Es una miniserie que enseña cómo hacer una obra dentro del mundo de Austen sin necesidad de añadir zombies ni monstruos marinos.
En ¡Vaya Tele! | Trailer de 'Death comes to Pemberley', la secuela de 'Orgullo y prejuicio' de BBC para Navidades
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