Hacer humor no es fácil. En televisión, con la guadaña de las audiencias siempre afilada, menos todavía. Los programas de parodia son una buena golosina para la cadena que sepa cocinarla. ¿Os acordáis de ‘Palomitas’? Era un programa en el que se hacían parodias de cine y televisión, una buena idea a priori, pero que no funcionó. Muchos buscaron la causa de su fracaso en el público, que no estaba preparado para un espacio que tenía referentes demasiado cinéfilos. Que era un poco culto, vamos. Pero el éxito que tiene cada viernes ‘La hora de José Mota‘ parece desmentir esta idea. Entonces, ¿cuáles son las verdaderas causas?
Para ser justos, hemos de decir que los dos programas no nacieron en los mismos contextos. ‘Palomitas‘ era un espacio muy deseado. El Terrat tiene un largo recorrido en programas de humor “de calidad” y las expectativas de su nuevo show eran muy altas. La productora ya había triunfado con ‘Homo Zapping‘ y repetir el éxito no debía suponerles pues ningún problema. José Mota no tenía esa presión. Él venía de hacer un humor más ligero en Cruz y Raya, una pareja graciosa pero sin pretensiones. José Mota partía con la ventaja de que nadie le “exigía” un éxito rotundo.
Los gags
Pero vamos al meollo de la cuestión, a las diferencias que los convirtieron en vencedores y vencidos. Una de ellas es, sin duda alguna, la premisa cómica. Hay una diferencia de base que marca radicalmente la identidad de los programas. ‘Palomitas’ recreaba una secuencia famosa dotándola, sin más, de un tono humorístico. De alguna forma, parecía esperar que los espectadores nos pusiéramos de su parte por el simple hecho de que se les había ocurrido hacer un gag sobre, por ejemplo, ‘Harry Potter’, sin que importara si ésta era buena o mala.
‘La hora de José Mota’ sí que va más allá y busca una vuelta de tuerca en sus sketches: parodia noticias de actualidad y utiliza la “coartada” de la serie, programa o película para darle un vestido, para hacerla más atractiva. Pero siempre prevalece la crítica social por encima de la parodia. Como ejemplos, tenemos el sketch de ‘REC’, en el que se aprovecha para hablar de los desahucios inmobiliarios o el de ‘Regreso al futuro’, que sirve para criticar a la generación “nini”.
Tal vez éste fue uno de los puntos más flojos de ‘Palomitas’, que nunca profundizaban en la parodia. Jugaban una baza única, un único golpe de humor y con ello trataban de mantener historias de dos minutos y medio. Se alargaban demasiado los sketches. Ejemplo: en el ‘Barco’ aprovechan la mínima ocasión para magrearse o en ‘Física y Química’ los adolescentes exageran problemas menores. No había giros en la estructura, sólo la repetición de la misma broma, y aunque tengas buenos actores, no siempre pueden levantar un sketch al que le falta miga. Si planteas una situación muy golosa y luego no rematas, tu primera ventaja se convierte en tu propia condena.
Y es que cuando un sketch empieza con la aparición de Kate, Jack y Sawyer, las expectativas se sitúan muy arriba. Los fans de ‘Lost’ empezamos a salivar, a imaginarnos todas las posibilidades de comicidad… Cuando el único punto humorístico del sketch es que aparece Hugo y se suelta una ventosidad, es bastante difícil no sentirse defraudado. Éste era otro de los problemas de ‘Palomitas’, que acudían demasiado al recurso sexual y escatológico. Recursos que mejor usar con cuentagotas.
Los personajes
La creación de personajes es otro de los puntos que los diferencia. José Mota tiene un abanico de individuos fabricado con esmero, a través de modelos reconocibles y cercanos. Y una vez que tiene a estos personajes, a los que ha testeado en parodias más breves y sencillas y a los que los espectadores ya conocemos, los lanza a universos de cine en los que la fusión entre las dos realidades, en principio tan diferentes, provoca el humor. Ejemplo: el Capitán Fanegas protagoniza ‘Pactar con el diablo’ para poder vencer al Tío de la Vara.
En ‘Palomitas’ construían personajes un tanto planos. No sólo inventaban sin demasiada justificación cualidades para personajes de ficción que todos conocemos (Por ejemplo: Jack Sparrow tiene pluma y baila por Locomía), sino que no le daban la vuelta a la situación, se quedaban con el recurso más rápido y lo explotaban una y otra vez, sin darle progresión.
A los personajes hay que quererlos, por muy cómica y de un minuto y medio que vaya a ser tu historia. José Mota lo consigue de una manera muy sencilla: les hace ganar. Los personajes son “héroes” con un final feliz, por muy rocambolesca que sea la situación que viven. Tienen fuerza y creen en lo que están diciendo. En ‘Palomitas’ se burlaban de sus propios personajes y eso es una idea (como diría el otro) un poco regulera. Los personajes solían aparecer como seres grotescos que se mofaban unos de otros, quedando siempre en muy mala posición.
Y, en fin, para mí ésta es la clave más importante. En ‘Palomitas’ los sketches se hacían mirando la ficción siempre desde arriba, con poco cariño en las imitaciones y, en algunas ocasiones, casi con un punto de soberbia. No puedes pensar que eres mejor que aquello que imitas porque, entonces, tú mismo estarás menospreciando tu propio trabajo.
En ¡Vaya Tele! | ‘Palomitas’, intento frustrado de emular a ‘Homo Zapping’
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