Las IPs tiene un impacto más fuerte del que pensamos también en los parques de atracciones. Saber que una montaña rusa es de Batman, de Harry Potter o de 'Avatar' es un reclamo para los fans. En Universal lo intentaron hasta tres veces con 'Fast & Furious', y ninguna de ellas estuvo a la altura.
La razón principal era no tener mucha idea de cómo replicar las virtudes de la franquicia en ese terreno. Faltó una visión creativa clara en lo que eran mejunges poco inspirados que mezclaban algún que otro efecto práctico, sobredosis digital que no sentaba nada bien y poca adrenalina para los visitantes. Durante mucho tiempo se la ha considerado la peor atracción de los parques universal.
El primer intento fue en 2006, con la inercia de la tercera película de la saga. Fuera lo que fuera que los fans podían esperar en una atracción dedicada a Toretto y compañía, aquello no lo era. Se trataba de una simple demostración tecnológica en la que tras un recorrido en tram de apenas un minuto el climax era ver un par de coches hacer piruetas guiadas por un brazo robótico.
Un primer contacto decepcionante que no mejoró
La atracción aguantó 7 años en funcionamiento, cerrando en 2013 pero no sin pocas quejas de visitantes decepcionados. Se dice que el equipo detrás de las películas no estaba contento con el resultado, y esto hizo que pusieran en marcha un nuevo proyecto algo más espectacular.
En 2015 'Fast & Furious: Supercharged' fue el resultado y el segundo intento del decepcionante paso de la saga por los parques. Situada en Universal Studios Hollywood, era esencialmente un tour del parque hipervitaminado. Se apoyaba mucho en videos pre-grabados de los actores que aportaban algún tipo de narrativa desganada y contaban el enfrentamiento con Owen Shaw, el villano de la sexta película.
La pobre inmersión que se conseguía con los videos dentro del tram no mejoraba cuando llegaba el plato fuerte: una impresionante secuencia de persecución… proyectada por completo en pantallas que mostraban unas imágenes dignas de cinemáticas rescatadas de la era Playstation 3. Los efectos no engañaban a nadie, y en conjunto con el tranquilo paseo del tram, la atracción simplemente no era lo suficientemente intensa, rápida o furiosa para estar a la altura.
Y aun así era la mejor versión de si misma. Porque cuando se llevó a Universal Studios Florida terminó de perder el poco encanto que tenía. Era esencialmente la misma pero transformada en un dark ride (atracción interior), por lo que prescindía del tour físico y dependía aún más de las pantallas. Pantallas que además no habían sido originalmente ideadas para esa versión de la experiencia, y en la que se hacían referencias a elementos que ya no estaban como el conductor del autobús (ahora automatizado).
¿Pueden redimirse con la nueva atracción?
Las malas reacciones del parque de Florida fueron tan sonadas que llegaron a hacer que se cancelara la versión prevista para Universal Studios Beijing. El fracaso en la recepción reabrió también el debate de la sobreutilización de las pantallas en los parques de atracciones.
Parece que es lo contrario que se busca con la nueva atracción anunciada este año, que será el cuarto intento de llevar exitosamente la saga a los parques de Universal, y que busca una filosofía completamente diferente. Mientras los rumores aumentan sobre el cierre definitivo de 'Supercharged', Universal apostará ahora por una montaña rusa tradicional para por fin llevar la velocidad a la familia Toretto.
Imágenes: studiotour, Universal Studios Hollywood
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