'Candy, Candy', Nostalgia TV

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Si tenemos un espíritu romántico, si nos gustan las historias melodramáticas con tintes trágicos y momentazos muy tremendos, tal vez es porque en nuestra infancia vimos series como 'Candy, Candy'. O tal vez es al revés, y ya siendo niños estábamos predestinados a enamorarnos de series que nos colmaran con ese alma tan intensa, emotiva y penetrante. En fin, tal vez el Nostalgia TV de hoy nos ayude a redescubrirnos.

Telenovela para niños

'Candy, Candy' es un anime de 1976, producido por Toei. Consta de 115 capítulos y está basado en el manga creado por la escritora Keiko Nagita, bajo el seudónimo de Kyōko Mizuki y la mangaka (historietista) Yumiko Fijii, que usó el nombre de Yumiko Igarashi. La serie de animación se convirtió en un éxito absoluto en Japón y a nivel internacional. Su historia, sus personajes y su espíritu melodramático tuvieron buena culpa de ello.

Una de las características de este tipo de animación, por la que conseguían triunfar entre los niños (y, por supuesto, entre los adultos) era su tono. Los menores, acostumbrados a historias sencillas y blancas con héroes divertidos, que vivían sucesos que se resolvían de una manera agradable, se quedaban pegados a su sillón con las historias que venían del Japón, en las que se vivían auténticos dramas.

Así, se trataba a los niños no como esos seres a los que se sólo se pueden destinar historias optimistas con un final feliz, sino como pequeñas personas que ya son capaces de discernir el bien del mal, el esfuerzo, el sacrificio, los malos sentimientos... que saben que el sufrimiento forma parte también de los productos audiovisuales.

Una detrás de otra

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La historia de 'Candy, Candy' estaba llena de momentos traumáticos y demoledores para el alma de la protagonista pero, eso sí, bajo esos golpes tan dramáticos y exhibidos, había un río lento pero fuerte, sinuoso pero latente, que hacía que la protagonista "progresara" en una vida llena de calamidades. Todo comenzaba cuando Candy era un bebé y era abandonada en un orfanato, El Hogar de Pony, en una noche en la que nevaba.

Había que ver todos los sufrimientos por los que pasaba Candy, y cómo todos los aceptaba con una resignación un tanto malsana, pero lo cierto es que, finalmente, Candy conseguía ser adoptada por una de las familias más ricas del país. ¿Cómo? Demostrando su buen corazón, que conseguía enamorar a prácticamente cada personaje masculino que aparecía en pantalla.

Muchos no hemos podido olvidar algunos de los momentos de la serie, que nos dejaron tocados para siempre. La muerte de Anthony fue especialmente truculenta. Parece increíble que una serie destinada a niños tuviera una escena tan trágica, que afectaba tan profundamente a la protagonista (otra niña, también). Atreverse con esos giros era realmente arriesgado, y llevaron al anime al éxito más abrumador.

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El amor imposible es otro de los grandes temas de la serie, de tal manera que Candy vive dos grandes historias que son terriblemente truncadas. Incluso el final del anime causó una gran conmoción y mucha polémica pues no se había visto cosa igual: los dos enamorados, que se reencontraban una y otra vez, a pesar de los pesares, no acababan juntos.

Personajes cliché

El éxito de 'Candy, Candy' estuvo también sustentado por unos personajes que si bien podían estar estereotipados y resultar previsibles, recogían toda la tradición y pasión de las novelas del XIX, no en vano, la serie comienza su historia en el año 1898, y vivían, en su todavía faceta de niños, decisiones y aventuras de adultos.

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Candy, que era la bondadosa, noble y adorada protagonista, era una heroína de las que sufren y callan, que no quieren llamar la atención pero que resultan carismáticas sin ellas (al parecer) proponérselo. Los hombres/niños que la rodeaban, que la defendían y la protegían: Anthony, Alistair o Archi... son quienes la "descubren" al mundo. Su afecto hacia ella se mezcla con un enamoramiento que sucede casi como un hechizo al que los personajes parecen predestinados a caer.

Después, por supuesto, se tejía una inmensa maraña de antagonistas de los fastidiosos de verdad, que odiaban y envidiaban a Candy a partes iguales y que confabulaban de forma enfermiza contra ella, desatando tormentas e incluso provocando matrimonios. Pero siempre eran superados por los "buenos", como Albert, uno de los personajes más curiosos y que daría para hablar largo y tendido.

'Candy, Candy', tan desgarradora como cursi, melancólica, evocadora y, por supuesto, inolvidable.