Nunca parece haber manera de dejar clavado un final perfecto cuando se trata de Hollywood. A veces incluso en niveles inferiores podemos ver la tendencia a llevar una franquicia más lejos de lo que igual debería, provocando una irregularidad entre sus entregas que van a dificultar la tarea del que quiera entrar en la misma.
Hay unas pocas franquicias que, incluso con cierta irregularidad, logran ser una fabulosa sorpresa con películas que suelen ser mejores de lo que uno espera. Es algo que ha mantenido casi siempre la saga de 'El planeta de los simios', incluso cuando esperas un regreso totalmente innecesario terminas encontrando detalles que sobresalen con respecto al blockbuster medio. Es algo que consigue 'El reino del planeta de los simios'.
Un legado expandido
La última película de la longeva franquicia de ciencia ficción volvió a estrenarse en cines con un éxito comercial notable. Wes Ball es encargado de coger el testigo de Matt Reeves tras cerrar por todo lo alto la trilogía de César, tratando de expandir ese legado con una secuela que ya se puede ver en streaming a través de Disney+.
Varias generaciones después de que César hiciese el sacrificio supremo por la liberación de los simios, estos se encuentran dominando el planeta y disgregándose en diferentes tribus mientras los humanos quedan reducidos a la clandestinidad. Un joven de la región de las águilas verá cambiado su destino al toparse con una humana diferente, y también con el creciente reino del terror del que se autodenomina heredero de César.
Esta manera de comprobar cómo se asientan las enseñanzas de un personaje que claramente ha significado bastante (en esta línea temporal de la saga, pero también en el cine espectáculo reciente) son uno de los aspectos interesantes de esta película. Las facciones distintas que surgen en torno a la figura, desde los que intentan forjar un sistema de creencias en torno a un mito mesiánico hasta aquellos que quieren explotarla para justificar sus delirios de grandeza.
‘El reino del planeta de los simios’: esquivando la debacle
Son aspectos más potentes sobre el papel que una tesis realmente sostenida. Ball ya nos mostró que era un cumplidor director de distopías de Hollywood con una trilogía de ‘El corredor del laberinto’ con inicio sólido y resultados decrecientes. Aquí ofrece más detalles puntuales interesantes en lugar de un blockbuster ejemplar, a menudo cayendo en excesiva autocomplaciencia en una duración excesiva para lo poco que tienen que ofrecer algunas escenas.
Podría haber sido perfectamente una película desechable, pero consigue despertar la curiosidad con su tramo final que lanza la siguiente historia principal para la saga. Un clímax muy en la línea de la mentalidad cínica y crítica de la franquicia para con la raza humana, cuestionando su posibilidad de coexistir con otras especies o de aprender de sus errores. Ofrece un detalle prometedor que necesitará, eso sí, de una mayor claridad de ideas o unas manos más expertas.
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