La ruptura de la cuarta pared es un fenómeno peculiar de la ficción. Nos asomamos a todo tipo de historias (literatura, cine, televisión, cómic…) buscando entrar de lleno en esos universos artificiales que nos hagan partícipe de todo tipo de dramas y aventuras. Desconectar. Salir de la realidad y entrar en la ficción. De hecho, no es raro oír frases de halago que señalen lo mucho que consiguió atrapar tal o cual historia; entrar en ella por completo y dejarse arrastrar. Y con todo, aún nos sentimos atraídos y estimulados por esas narrativas que rompen la cuarta pared.
Romper la cuarta pared significa dotar consciencia a los personajes de su propio carácter ficcional. Se puede hacer de forma indirecta –descubriéndole lo que es- o yendo un paso más allá y reconocer la existencia y presencia del espectador comunicándose con él de forma directa. Otra forma de romper la cuarta pared es hacer que el juego se establezca entre autor-creador y creado, o entre el narrador y el protagonista ('Jane the Virgin' es tan autoconsciente que sólo le falta eso, que Jane llame la atención al narrador en algún momento). Romper la cuarta pared es quebrar esa barrera invisible que separa al espectador de todo lo demás, pero basta con evidenciar la existencia de un director, de un narrador o de un nivel superior para manifestar la presencia del espectador aunque la interacción no se realice directamente con él.
Anoche se emitió el episodio 100 de ‘La que se avecina’, en el que los guionistas aprovecharon para hacer guiños y homenajes a sí mismos, a ‘Aquí no hay quien viva’, a las series e incluso a Mediaset (por ahí aparecía un sospechoso italiano de pelo blanco). El reparto de repente fue consciente de que eran personajes de ficción cual Truman Burbank y la red se llenó de comentarios, cachondeo y algo de cabreo en referencia a este juego.
A pesar de que como receptores somos uno de los activos esenciales de la narrativa y se nos tiene en cuenta en cada uno de los pasos de la creación de un relato, este tipo de recursos narrativos nos estimula, nos hace sentir más partícipes al subrayarse y evidenciarse nuestra existencia. Quizá sea ese el motivo por el que en televisión es más habitual encontrarnos la ruptura de la cuarta pared en la comedia.
La comedia, género predilecto de lo meta

En un género donde la intención final es obtener una carcajada, la presencia del espectador es mucho más notable; de hecho, recordemos que el formato de sitcom clásico ha incluido siempre la presencia del público en la grabación, ya que esa interacción inmediata es muy valiosa en el humor. Ahora que la comedia ha cambiado, ha salido del plató y ha dinamizado su puesta en escena, no creo que sea casualidad que uno de los subgéneros más de moda actualmente sea el del mockumentary.
El falso documental habla directamente al espectador, establece un juego con él y acusa chistes o momentos relevantes con miradas fugaces a cámara. Lo hacía ‘The Office’ (incluso revelando al equipo de filmación hacia el final de la serie), lo hace ‘Modern Family’ (aunque en éste caso las miradas de reojo son más preciadas y la interacción está más en los testimoniales), lo hacen ‘Episodes’ y la divertidísima 'Miranda' con esa complicidad que le caracteriza y también ‘The Comeback’, que se adelantó a la moda. Alguna vez lo hizo ’30 Rock’ (aquel gag del product placement de Verizon Wireless no tiene precio), pero la brillante sitcom de Tina Fey jugaba más en la liga de la meta-referencia, de los guiños al mundo real a través ese universo ficticio en las oficinas de NBC.
Los guiños meta son también una parte esencial de ‘Community’, que más de una vez ha sido consciente de su cualidad de serie de televisión a través de menciones de Abed, en ‘Seinfeld’ lo meta estaba desde el concepto y ‘Padre de Familia’ vive de lo referencial. ‘Supernatural’ es una rareza y es que es menos habitual encontrar este recurso en el drama. Pero el gamberrismo de las desventuras de los Winchester es de sobra conocido, y cuenta con alguno de los juegos meta-referenciales y de rupturas de cuarta pared más memorables de la televisión, como aquel French Mistake (en el que se daban cuenta de que ‘Sobrenatural’ era una serie), el Changing Channels (con Sam y Dean paseándose por todo tipo de programación televisiva) o los propios guiños de la trama al fanfic a través de un profeta que escribe libros sobre ellos.
Como decía, en el drama es menos habitual encontrar éste recurso cuando hablamos de televisión. No tendría por qué, al fin y al cabo es una versión narrativa del mito de la caverna de Platón. Esas siluetas y sombras impresas sobre la pared de la cueva representaban la verdad del hombre hasta que fuese consciente de que no eran más que un reflejo de la realidad, una alegoría empleada con fines metafísicos y filosóficos que se pueden aplicar (y han aplicado) a relatos de ficción, sobre todo en temáticas existencialistas.
Sin embargo, parece que es algo demasiado intenso para la pequeña pantalla y, sobre todo, es un recurso que dilatado en el tiempo quizá pierda su atractivo y resulte reiterativo, cosa que no ocurre con una narración finita como es el cine. Al final, las rupturas de cuarta pared en el drama las encontramos también en tono de guiño cómico al espectador, como es el ejemplo de ‘House of Cards’, donde el personaje de Kevin Spacey hace partícipe de su venganza al espectador a través de esos pequeños contactos, y se aprovecha para subrayar el humor negro o la ironía de las situaciones.
Sea como fuere, la ruptura de la cuarta pared no sólo hace a los personajes conscientes de su carácter ficcional sino que arroja una luz sobre nuestra propia existencia, algo que no es plato de buen gusto de algunos espectadores, que prefieren abandonarse a ese universo sin ningún tipo de interrupción cómica o dramática. Ya que algunos hasta se sienten estafados y molestos con este recurso, quiero cerrar este artículo con una pregunta: vosotros, ¿sois partidarios de romper la cuarta pared o preferís que la ficción quede tras esa pantalla invisible?
En ¡Vaya Tele! | Los códigos narrativos, el contrato con el espectador y ‘The Affair’
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boone
A mi me encanta, desde Funny games; no recordaba una ruptura de la 4ª pared tan buena, como la que estamos viviendo en la televisión actual.
Recuerdo el 2x01 de House of Cards en la que Frank decidía hacer caso omiso al publico en todo el capitulo... hasta el final donde decía "¿Creíais que me había olvidado de vosotros? si en el fondo yo no puedo vivir sin vosotros".
Creo que es de los mejores guiños que he visto en una serie
Jm
Yo me siento molesto y estafado cuando se usa como recurso fácil y simplón, como el de Funny Games. Tampoco soy muy partidario de su uso de manera habitual, pero si lo hacen, me gusta que pongan las cartas sobre la mesa desde un principio. El creador, por muy creador que sea y muy Haneke que se apellide, se convierte en un "estafador" si rompe la cuarta pared en el momento que le interesa para cambiar la historia a su antojo, sólo con el fin de dar una lección (o bofetada) al espectador.
Soy de los que piensa que una buena historia debería poder contarse por sí sola, incluso sin voz en off. Es como un puntal para reforzar un edificio mal construido. Ahora bien, eso es un ideal, y hay casos en los que está bien usada, pero cualquier historia con voz en off o que rompa la cuarta pared ya me hace entrar en ella con la pregunta de si es necesario o no.
lroque86
No se olviden de Better of Ted
blacklynx
Pues como comentan algunos, depende de la serie en que se haga, y como se hace. Los referencias meta que hacen en Supernatural me encantan, casi es lo mejor de ahora, y en Modern Family está muy bien integrado, pero hay series que se nota muy forzados, y no sólo te saca de la historia que cuentan, sino de la serie.
i-chan
Jean-Luc Godard decía que "el cine es la verdad, 24 veces por segundo". A mucha gente no le gusta que nada rompa la ilusión de que lo que está viendo es verdad, y la ruptura de la cuarta pared siempre enfatiza el carácter ficticio de lo que estás viendo. Sin embargo, yo siempre he sentido una particular predilección por los narrativas autoconscientes, porque por mucho que las ficciones audiovisuales simulen la realidad, están tan gobernadas por convenciones narrativas que cualquier simulitud con el mundo real es pura coincidencia. En ese sentido, siempre me he sentido más cercano a la filosofía de Brian De Palma, quien afirmaba todo lo opuesto a Godard: "el cine es la mentira, 24 veces por segundo". En definitiva, que a priori me posiciono claramente a favor de la ruptura de la cuarta pared, aunque obviamente, como todo recurso narrativo puede ser utilizado bien o mal (en este segundo caso, mejor no usarlo).
fandeseries12
No es de los recursos que más me gusten porque le restan realidad a la serie.
Lo recuerdo en muchas sitcoms como por ejemplo "Salvados por la campaña", que el protagonista se dirigía a la cámara en múltiples ocasiones para contar algo al espectador, incluso inmovilizaba al resto de los protagonistas con el tiempo muerto.
En "Los problemas crecen" no se dirigía ningún narrador a los espectadores pero llegó a haber guiños en algunos episodios, sobre todo uno que soñaba que su vida era una serie.
adriangondar
Depende mucho de cómo se realice. En el piloto de House Of Lies, por ejemplo, me resultó chirriante (aunque también es verdad que la serie no me hizo nada de gracia y ya no estaba yo por la labor), pero en House Of Cards me parece absolutamente maravilloso, cada vez que Jim en The Office hacía cómplice a la cámara de sus reacciones o sus bromas a Dwight... Como todo: bien hecho, nunca es un estorbo.
Pablo Sanz
Para mi lo más importante que tiene que saber una serie cuando incluye la cuarta pared en su historia es cómo jugar con ella. Normalmente, cuando suele esconderse y aparecer de vez en cuando consigue captar la atención. O también, al ser tan madura que se puede permitir el "lujo" de usar el recurso.
Que en 'Supernatural' hubiesen emitido 'French Mistake' en sus primeras temporadas... no habría tenido apenas éxito. Es más, hasta puede causar al espectador una sensación de desconcierto. En cambio, una vez que sabemos más que de sobra quiénes son los hermanos Winchester, verlos en esa situación en la que se cuestionan si están dibujados o son de verdad, da una simpática impresión.
Por otro lado tenemos a 'House of Cards', que desde el principio crece con este recurso y, sin embargo, hace que nos sintamos más relacionados con el personaje que cada vez que quiere echarse unas risas nos mira y suelta el comentario sarcástico. O nos cuenta sus planes. E incluso si te cae mal el pavo, al menos no puedes decir que sea el más cercano.
Por eso y, salvo contadas excepciones, soy pro-cuarta pared. Pero, como el alcohol, se considera que su consumo sea moderado.
ennui
No hablar en este artículo de Arrested Development y Parks and Recreation tiene tela. Son los mockumentary que mejor provecho han sacado a este formato y la primera además tenía un plus al tener una voz en off que narraba lo que sucedía. Aún y todo si hablamos de lo meta la serie por excelencia es Community, dudo que haya alguna otra serie que alcance las cotas de genialidad de ésta y no se reducen a los comentarios de Abed ni mucho menos.
Por ejemplo al comienzo de la segunda temporada cuando se ve despertarse a los protagonistas para acudir al primer día de clases, el personaje que encarna Donald Glover estaba durmiendo con un disfraz de Spiderman. Broma muy meta ya que el actor tuvo por aquel entonces una campaña muy grande en la redes sociales para interpretar a Spiderman en el reboot que estaba en trámites de producirse, papel que finalmente obtuvo Andrew Garfield.