‘28 días después’ fue en su momento un gran punto de inflexión para el género zombie, no sólo por una personalidad visual desafiante que no tardó en quedar extremadamente feista sino también por cómo aborda de manera interesante las reacciones humanas tras el apocalipsis. ‘28 años después’ tenía muy difícil, casi imposible, igualar semejante hito, con un subgénero que ha evolucionado en diferentes direcciones.
Difícilmente será un punto de inflexión visual, a pesar de su inventivo uso de los iPhones, pero sí que se acerca bastante en plantear interesantes senderos para el post-post-apocalipsis, el momento donde la sociedad asolada por la crisis zombie encuentra un punto de convivencia medianamente sostenible con la masacre. Danny Boyle y Alex Garland buscan explorar la reorganización jerárquica y social a través de infinidad de detalles que dan para examinar con lupa, haciendo de ‘28 años después’ el mejor regreso posible en lugar de mero masaje nostálgico para los fans.
Lo que lo hace especialmente interesante es que exploran este mundo a través de los ojos de un joven protagonista, interpretado por el debutante Alfie Williams, planteando un coming of age en medio del horror que busca cuestionar los impulsos de retorno a la barbarie y el aislamiento. Y qué mejor manera de plantear el fin de la inocencia de esta película que acabar destrozando un poco los clásicos infantiles.
A partir de aquí spoilers de ‘28 años después’
El sensacional prólogo de la película nos muestra a un grupo de niños, probablemente de diferentes familias, resguardados en el salón viendo la televisión mientras sus padres intentan preservarlos del desastre zombie. La burbuja no dura mucho tiempo, ya tan sólo porque los ruidos de la lucha se hacen muy presentes, pero no deja de ser curioso que la cámara de Boyle no deje de cortar a la pantalla donde se están viendo nada menos que los ‘Teletubbies’.
El cine de Garland nos ha acostumbrado a que no haya detalles puestos al azar, y pocos cineastas hacen mejor uso de detalles culturales que saca con bastante rigor de su época (véase el uso de la música en ‘Warfare’). La presencia del programa infantil resulta interesante por algo más que el mero hecho de que es lo más lógico que poner en aquella época a estos niños para distraerlos, y en cierto modo va asentando las cuestiones de la película sobre qué clase de sociedad puede edificarse tras un desastre como el de esta epidemia.
Hay que tener en cuenta las teorías que se han desperdigado a lo largo de los años sobre los ‘Teletubbies’, que como todos sabemos son cuatro criaturas que viven en un refugio bajo tierra que salen de vez en cada programa a un exterior soleado y colorido. La leyenda urbana más extendida es que esta aparente utopía en la que viven se trata del resultado de años y años de regeneración de la Tierra tras un desastre apocalíptico, posiblemente nuclear, y los Teletubbies son los únicos supervivientes gracias al refugio en el que viven. Siendo los únicos seres “superiores” que existen, crean un orden marcado por las emociones positivas como la amabilidad y la cordialidad.
‘28 años después’: atascados en la infancia y lo primitivo

Lo sociedad que se crea ‘28 años después’ del ataque zombie consigue ser sostenible, aunque es muy cuestionable que sea una utopía. No es que la vida en territorio zombie sea ideal, pero el joven protagonista no tardará en ver agujeros a su entorno a través de la falsa épica desaforada y las mentiras que suela su padre, mientras que su madre es dejada un poco a su suerte sin considerar la posibilidad de aventurarse a encontrar a un médico. El viaje de madurez del personaje busca poner en duda este retorno al primitivismo que no sólo se plantea como solución en este universo, sino que es parte del discurso que promueven los influencers de la masculinidad tóxica.
Cómo elabora estas ideas a través de detalles y de subtexto bien grueso es lo que está consiguiendo que ‘28 años después’ esté comentándose como una de las películas más fascinantes de lo que llevamos de año, aunque no sin cierta división. No es de extrañar cuando decide elaborar sus ideas también a través de momentos tan extremos como ese epílogo con patadas y parkour de un grupo de chavales ataviados con pintas que buscan emular a otro ídolo infantil como es Jimmy Savile. Un momento que no sólo impacta por ejecución, sino que revela cómo los niños que viven este desastre pueden quedarse estancados con sus referentes y crear cultos en torno a ellos, incluso aunque sean en torno a clandestinos pervertidos sexuales (aunque pobres, qué iban a saber ellos entonces, estaban todavía con los ‘Teletubbies’).
En Espinof | Las mejores películas de 2025
En Espinof | Las mejores películas de terror de la historia
Ver 3 comentarios
3 comentarios
Lynx939
Increíble lo que se esta hablando de una película tan mediocre.
lulud
No tiene nada de buena. La 1 y la 2 tienen un inicio potente, y esta tiene un inicio penoso, corto y que daba risa.
A partir de la mitad es infumable.
jmartgal
Despues de volver a verla tengo que decir que lo que menos me encaja es la llegada del militar, es un porque sí de manual. Que no aporta nada más que meter un momento random de acción.