Desde que Russell T. Davies asumió la renovación de 'Doctor Who', en 2005, la veterana serie familiar de ciencia ficción ha dado pie a un par de spinoffs, ha hecho famosos de la noche a la mañana a actores prácticamente desconocidos y ha destacado por su falta de prejuicios sexuales y raciales en prácticamente cualquier aspecto que tocara. Como buen, y reconocido, fan de 'Buffy, la cazavampiros' y del trabajo de Joss Whedon, Davies ha poblado 'Doctor Who', 'Torchwood' y 'Las aventuras de Sarah Jane' de mujeres fuertes y decididas, presentadas al mismo nivel que los protagonistas masculinos.
En la estupenda miniserie 'Children of Earth', que ha servido de tercera temporada para 'Torchwood', es Gwen Cooper la que asume buena parte de la acción y la toma de decisiones, y son mujeres las que toman las riendas en los momentos difíciles en los que ningún hombre quiere mancharse las manos, demostrando que pueden ser más duras e implacables que ellos si se lo proponen. La evolución de Gwen ha sido, desde luego, de las mejores noticias de la serie a lo largo de sus tres entregas.
En 'Doctor Who' (y a lo mejor lo que sigue podría considerarse spoiler), las tres acompañantes que ha tenido en las cuatro temporadas supervisadas por Davies han compartido siempre la característica de ser decididas y no arredrarse ante la adversidad, aunque lo parezca. Un ejemplo de esa falta de prejuicios que comentábamos antes es que, de las tres, la única con una carrera universitaria y un trabajo con una aceptación social más alta (es médico) es Martha Jones, la única que no es blanca. No obstante, tanto ella como Rose Tyler y Donna Noble son siempre entes independientes del Doctor, responsables de sus propias decisiones y que limitan muchas veces el poder del Señor del Tiempo.
En bastantes ocasiones, el destino del mundo queda en sus manos y no es tan extraño el capítulo en el que, casi ellas solas, han de salvar al Doctor de algún apuro. Siempre se presentan como iguales a él y, del mismo modo, Donna representó también un importante punto de inflexión en estas parejas de aventureros por no tener ninguna atracción hacia el Doctor y, de hecho, quizás sea la mejor representante de las personas corrientes que, de golpe, se ven lanzadas a algo extraordinario y, usando su sentido común y no dejándose intimidar nunca, logran mantenerse a la altura.
No sería raro que Steven Moffat continuara con esta línea en la quinta entrega de 'Doctor Who'. Al fin y al cabo, de su pluma salieron personajes femeninos tan interesantes como la Madame de Pompadour de 'Girl in the fireplace', Sally Sparrow en 'Blink' o River Song en 'Silence in the library'.
En ¡Vaya Tele! | Una guía para ver 'Doctor Who'
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