Por fin llegó el día. Después de varios meses de espera, ayer viernes FOX estrenó Dollhouse, la esperada vuelta a la televisión de Joss Whedon, a quien muchos conoceréis por ser el creador de series como Buffy y Firefly. Recordemos que el camino que ha tenido la serie no ha sido nada fácil: además de haber sido condenada a la noche de los viernes de midseason, FOX desechó el piloto original y los responsables de la serie tuvieron que crear otro adaptado a lo que pedía la cadena. ¿Cuál ha sido el resultado? Pues, en mi opinión, y a la vista del primer episodio, puede que de momento no sea una gran serie y le falte algo de intensidad, pero sin duda promete y no es tan malo como decían algunas críticas.
El argumento gira en torno a Dollhouse, unas instalaciones en las que un misterioso equipo “imprime” diferentes personalidades a un grupo de personas, llamadas “activos” o “dolls”, que se han prestado voluntarias para ello… o eso es lo que parece. Por poner un ejemplo, en el episodio piloto vemos cómo Echo, la protagonista, ejerce tanto de novia perfecta para un joven universitario como de negociadora con secuestradores para un poderoso empresario. Después cada misión, esos recuerdos y habilidades son borrados y el “activo” queda almacenado hasta que llegue un nuevo encargo. El problema llega cuando el proceso de programar no es perfecto, y mete en apuros a los propios “activos”.
A pesar de que se trata de una organización tan ilegal como secreta, Paul Ballard, un agente del FBI, tiene claros indicios de que existe y dedica todos sus esfuerzos a conseguir información. No es fácil, pero al parecer alguien importante de su departamento está muy interesado en que lo haga, y además cuenta con la colaboración de otro misterioso personaje (¿otro “activo”, quizás?) que podemos ver al final del episodio y que le entrega información sobre Echo. El argumento puede sonar algo extraño, pero en el episodio piloto tan sólo se nos presenta esta situación y no se deja muy claro hacia dónde va a ir evolucionando esta historia.
En cuanto al reparto, hay alguna que otra cara conocida. Tenemos, obviamente, a Eliza Dushku, que hace un trabajo pasable como protagonista pero a la que es imposible ver fuera de un papel de chica dura como el que hizo en Buffy. Otro al que muchos conoceréis es Tahmoh Penikett, Helo en Battlestar Galactica. En Dollhouse da vida al agente Paul Ballard, encargado de investigar todo lo relacionado con los “activos” y los trabajos que desempeñan. Por último, aunque ya en un papel más secundario, tenemos a Amy Acker, de Angel. Sin duda es uno de los personajes más enigmáticos de la serie.
En líneas generales, me ha parecido una serie muy correcta, pero le he encontrado un par de pegas importantes. La primera, los diez primeros e innecesarios minutos al comienzo del episodio, donde vemos persecuciones de motos y a una Eliza Dushku bailando ligerita de ropa. Está claro que fueron un requisito de la cadena, que al ver el piloto original se quejó de la falta de acción, pero me imagino que mucha gente cambiaría de canal al verlo. Entiendo que con ello hayan querido enganchar a los espectadores que justo antes acababan de ver Terminator: The Sarah Connor Chronicles, pero personalmente me parecieron metidos a calzador. Afortunadamente esas imágenes no tienen nada que ver con el resto del episodio.
La segunda característica que me sorprendió bastante es que el episodio piloto no parecía haber sido escrito por Joss Whedon. Los que hayáis visto alguna de sus series habréis notado que los diálogos suelen ser divertidos, inteligentes y con su toque característico de humor. Este episodio piloto, sin embargo, carece de esos momentos por completo. No es algo que me preocupe, porque si echamos la vista atrás a la carrera de Joss, éste no se caracteriza por hacer geniales episodios piloto (sino más bien todo lo contrario), pero sí que me llamó la atención y, para que engañarnos, lo eché algo de menos.
Pero Dollhouse también tiene varios aspectos positivos que me parece interesante destacar. El primero de ellos, lo bien que presentan la situación, explicando qué es Dollhouse y, al mismo tiempo, planteando preguntas sin responder al espectador. ¿Quién está detrás de Dollhouse? ¿Por qué Echo entró a formar parte del equipo? ¿Qué hizo para arrepentirse de esa forma? ¿Qué falla en Echo? ¿Quién es Alpha? Y, sobre todo, la escena final. ¿Quién envía a Paul Ballard la información sobre Echo y por qué aparece rodeado de cadáveres? El episodio piloto ha sido perfecto en ese aspecto, gran presentación que deja con ganas de más, y eso al fin y al cabo es clave de cara a enganchar a la audiencia.
Además, el “caso de la semana” ha estado también bastante interesante. Ver a Echo con otra personalidad totalmente distinta a la de su anterior misión nos da una idea de por dónde va a ir la serie. En cuanto al caso en sí, es curioso el giro que da al final. También destacaría el hecho de que, si bien es verdad parece que la estructura de los capítulos va a ser un caso de la semana más algo de mitología sobre Dollhouse, parece ser, a la vista del piloto, que no va a ser tan procedimental como podríamos pensar en un principio y como la FOX pidió en su día. Ojalá sea así.
Por último, y ya para terminar con los aspectos positivos de la serie, me gustaría destacar tres cosas que me parecieron interesantes. La primera de ellas, los decorados, que son impresionantes. Por un momento me recordaron a las oficinas de Wolfram & Hart en Angel. La segunda, lo interesante que me parece el personaje al que da vida Amy Acker, que a pesar de tener la cara llena de cicatrices sigue estando fantástica y transmitiendo la misma energía de siempre. Y, por último, me ha parecido interesante que Dollhouse también haya seguido la estrategia de Fringe de emitirse con menos anuncios, aunque esto signifique que cada capítulo dure casi 50 minutos y que la cabecera no haga acto de presencia hasta el minuto 12.
Aunque a la audiencia no le ha convencido (no llegó a los 5 millones, aunque fue primera en la franja demográfica comercial), el recibimiento que ha tenido el piloto de la serie entre los fans ha sido de lo más variado. Los hay que alaban el episodio, mientras que algunos lo han dejado por los suelos. Yo, personalmente y con tan sólo el primer episodio piloto, he de reconocer que no me parece ni para tanto ni para tan poco. Sí, hay muchos detalles por pulir, pero es sólo el episodio presentación en el que, recordemos, la cadena ha influenciado quizás demasiado. Tengo confianza en que cuando Joss tenga más vía libre, en futuros episodios, esto acabe de despegar.
En definitiva, el episodio piloto ha cumplido bien con su cometido: presentar la serie, el argumento y sus personajes, y además con su final ha dejado la puerta abierta a tramas bastante interesantes. Sin ser el mejor capítulo que he visto últimamente, personalmente me ha gustado lo suficiente como para estar deseando ver el siguiente y cómo se desarrolla la historia que Joss Whedon ha creado. Aunque eso será si la audiencia lo permite. Crucemos los dedos.
En ¡Vaya Tele! | Dollhouse: Primera reseña (y es más bien tibia), Especial Dollhouse: la historia
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