Cuando Telecinco compró Cuatro supimos que iban a hacer muchos cambios. Uno de los más visibles fue la terminación prematura de ‘Fama Revolution‘ y la organización deprisa y corriendo de una nueva edición de ‘Fama ¡a bailar!‘, argumentando que iba a volver a los inicios para volver a tener la audiencia y el éxito que había tenido el reality en le pasado.
Muchos han sido los cambios que hizo Telecinco en el programa, pero parece que estos no han sido suficientes para que el programa levante cabeza. Y es que si se mira bien, estos cambios realmente no han sido nada positivos, ya que encima de no mejorar los datos, han hecho bajar al programa unos cuantos enteros en cuestión de calidad.
El cambio de presentadora
Uno de los cambios que nunca entenderé. Dejaro que Paula Vázquez se fuera para poner a Tania Llasera, una presentadora que aunque no es primeriza en esto, le faltan las tablas suficientes para hacer lo que hacía Paula, implicarse en el programa, interesarse por él y transmitirte toda la emoción que sentía ella al vivir al frente de un programa de esas características.
La adición de un jurado
Para darle un poco más de competición y dinamismo, se decidió introducir la figura de un jurado externo para comentar las actuaciones de los concursantes. A mí personalmente me gustaba mucho más cuando lo hacían los profesores, ya que se notaba que sabían de lo que hablaban, no solo de baile, sino de como era cada concursante y lo que podía dar de sí.
La composición del jurado
Si la adición del jurado fue una mala idea, la elección de sus miembros fue aún peor. Es completamente lógico que la directora de la academia, Lola, esté presente pero ¿qué pintan Javier Gurruchaga y Vanexxa? Aunque sean artistas y conozcan el mundo del baile (aunque dudo mucho que Gurruchaga lo haga), no entienden ni por asomo a los concursantes ni el espíritu del programa. Y no hablo ya del protagonismo y las excentricidades que han estado haciendo, porque ese sinsentido es para darles de comer aparte.
Demasiadas ediciones
Con esto no me refiero a que llevan demasiadas ediciones del programa celebradas (que también puede ser), sino que el formato de esta nueva edición es muy extraño y hace que te pierdas. A la 17:00 tienes una parte, pero luego a las 21:00 tienes más actuaciones. Luego hay días que el expulsado es a las 21:00 pero luego, el salvado lo pueden decir a veces a las 17:00 un martes… es decir, un lío que consigue que alguien que no sigue todos los días el programa, se sienta más perdido que Wally en el Frente Atlético.
El nuevo escenario
Aunque lo que se dice nuevo, no es, que utilicen ahora únicamente ese escenario grande para todas las actuaciones es un error, y bien grande. Los bailes se ven demasiado separados y parece como si se le restara importancia a lo que están haciendo sobre él. Incluso ver al público tan alejado le quita la familiaridad y cercanía que tenían las otras ediciones, con los concursantes y el público observando lo que se hacía.
Y hasta aquí los cinco fallos. Lo malo de ellos es que aunque la mayoría son fáciles de corregir, el daño que le han hecho al formato es casi irreversible, por lo que a no ser que le den una vuelta de tuerca a la siguiente edición, el formato de ‘Fama ¡a bailar!’ está más que muerto y es difícil que lo volvamos a ver teniendo el éxito que tuvo en sus inicios.
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