Callie Khouri ganó un merecido Oscar por su guión para 'Thelma & Louise'. Un trabajo lleno de matices, en el que el mundo de la mujer quedaba perfectamente reflejado, y el que el hombre no queda precisamente bien parado. Hace seis años Khouri debutó como realizadora con la mediocre entre las mediocres 'Divine Secrets of the Ya-Ya Sisterhood', de cuyo título en español no me acuerdo ni quiero acordarme. Ahora hecha mano de actrices de distintas generaciones y estilos para su 'Tres mujeres y un plan', que es el brillante título que se le ha puesto en nuestras tierras a 'Mad Money'.
Una vez más, Khouri intenta retratar el mundo de la mujer moderna. Al igual que en sus anteriores films, los acontecimientos más significativos que se narran en la historia, están inducidos por una mujer. El hombre siempre permanece en un segundo plano, quizá complementario, pero siempre de menos importancia vital que el de ellas. Y lo que en 'Thelma & Louise' era equilibrio, coexistencia, compenetración, aquí se torna alejamiento, desavenencia. Género, el de mayor fervor y respuesta popular, la comedia. El público objetivo: todo Dios.
Bridget Cardigan es una mujer que se ve forzada a trabajar de limpiadora después de que su marido pierda su trabajo y su nivel de vida acomodado se vea amenazado. Consigue trabajo en el Banco de la Reserva Federal, donde todos los días ve como se deshacen de cantidades industriales de dinero. Pronto empezará a maquinar un plan para cometer un robo, pero necesitará aliadas. En el mundo de las limpiadoras siempre encontrará a mujeres como ella, necesitadas de un buen montón de pasta.
'Tres mujeres y un plan' es una comedia sin más pretensiones que las de entretener, y tal vez esa falta de pretensiones sea lo mejor de un film que hace aguas por todos lados. Para empezar, el perfecto, yo diría más que perfecto, plan, no hay Dios que se lo crea. Y todo porque Khouri cae de nuevo en querer subrayar su condición de feminista, haciendo pasar a todos los hombres del film por tontos de remate. Los que trabajan en el banco, o son gilipollas integrales, o sólo piensan en copular, o simplemente caen rendidamente enamorados ante los encantos de una de las protagonistas. El marido de Bridget es presentado como un auténtico miedica, al que le cuesta arriesgarse, pero que no dice no a una buena suma de dinero. Y la pareja de otra de ellas, es lo suficientemente idiota como para dejar rastro a la hora de invertir.
Menos mal que tenemos a tres tipas con razones más que suficientes para hacer lo que hacen. Esto es, tener un nivel de vida envidiable, dar una buena enseñanza a sus hijos, y ser libres. Tan diferentes como iguales, las tres actrices terminan pareciéndose más de lo deseado, no aportando absolutamente nada a unos personajes que deberían haber tenido una mayor gama de matices. Diane Keaton hace tiempo que se olvidó de interpretar, y su presencia en las películas se ha tornado literalmente insoportable con sus eternas muecas. Queen Latifah es el punto afroamericano que en estos films no puede faltar (de no haber sido ella una de las protagonistas, tened por seguro que la hubieran cambiado por una actriz asiática). Y Katie Holmes intenta caer simpática a la audiencia con un personaje extravagante y raro. Hay que reconocer que es la que ha salido mejor parada de las tres.
'Tres mujeres y un plan' viene a contar que en este mundo si no se tiene dinero, no se es nadie ni se es respetado (gran y triste verdad), y hasta puede que ni se alcance la felicidad, tal y como se entiende de su desenlace. El guión y la dirección de Khouri son de lo más anodino, sin sorpresas, con una puesta en escena que tira hacia el telefilm. Algunas gotas de denuncia social, no demasiadas para que no se note, y muchos intentos de querer provocar la carcajada. Evidentemente no lo consigue, ni siquiera es entretenida. Que termine poniéndose del lado de los delincuentes, con la treta de pintarlos como buenas personas, es algo en lo que no entro ni a considerar. El cine norteamericano es grande, muy grande, pero cuando hace productos como éste, por muy inofensivos que parezcan, dan ganas de darle la espalda.