La irrupción de 'The Sinner' en el panorama de series policiacas fue un soplo de aire fresco dentro de un género ya de por sí muy manido. Era difícil no engancharse a la primera temporada tras ver ESA escena del capítulo 1 (si la has visto ya sabes de lo que hablo, si no, te animo al menos a ver este episodio) y las interpretaciones de Jessica Biel y Bill Pullman ponían la guinda del pastel.
Fue un gran éxito y su renovación estaba cantada, aunque tocaba lidiar con el inconveniente de que tras adaptar la novela homónima de Petra Hammesfahr, era necesario dar nuevas aventuras al lacónico detective Harry Ambrose.
Como no podía ser de otra forma se trató de replicar la fórmula mágica, mezclando un crimen con un trasfondo tenebroso y sórdido. La segunda temporada tiraba del modelo "niño asesino que vive en un pueblo con secta" para darle consistencia a una historia que no era más que repetir la anterior en su esquema más básico.
Ambrose, agotado
Carrie Coon salvaba los muebles, pero el bajón fue considerable. Aun así tuvo el éxito necesario para llegar a una tercera entrega, la más vapuleada, donde se cambiaba un poco el tercio introduciendo un peligroso juego entre Matt Bomer y Chris Messina. En mi modesta opinión no merecía tanto odio, mejoraba la anterior.
En cualquier caso, estas tres primeras temporadas conseguían entrelazar decentemente el típico procedimental con elementos del cine de misterio, añadiendo un plus de calidad en su factura que elevaba el producto por encima de la media. Y así llegamos a esta cuarta y, dicen, última temporada, donde los guionistas, quizás tan cansados como el personaje protagonista, no han arriesgado mucho.
Ahora toca adentrarse en el territorio de "Misterio en pequeña isla de pescadores, con rencillas entre familias, tensiones raciales y supersticiones marineras". Si añades una parroquia, Mike Flanagan te hace ese monumento que es 'Misa de Medianoche', pero no desafortunadamente no es el caso en 'The Sinner 4'.
Esta vez encontramos a Harry Ambrose ya jubilado y viviendo con Sonya (Jessica Hecht), su interés amoroso de la anterior temporada. Ambos van de vacaciones a una pintoresca isla de pescadores para que él pueda desconectar de sus numerosos traumas. Una noche de insomnio, Harry sale a pasear y ve a una chica que tras una discusión sale corriendo por el bosque. Preocupado, la sigue hasta un acantilado y observa con sorpresa cómo ella salta.
Este suicido desencadena una investigación en la que él pasa de testigo a detective y donde todo gira en torno a la víctima, su familia y un extraño rito marinero. No voy a engañaros: la premisa puede sonar bien pero esta última entrega es la que peor ha resuelto el equilibrio entre la investigación criminal y el thriller.
Nada nuevo para 'The Sinner', que siempre ha jugado a contarnos una historia que de ser planteada de forma lineal y sin ambages carecería prácticamente de interés, sabiendo que si añades elementos de misterio te metes al espectador en el bolsillo. La diferencia en este caso es que cuando vas por la mitad ya te queda meridianamente claro que el misterio es un macguffin de manual y que lo que resta por saber es bastante predecible.
'The Sinner 4': terminar con 8 horas de bajona
Esto sería incluso perdonable si se hubieran tomado en serio terminar de alguna manera el arco del protagonista. Porque lo importante ahora era despedir a Ambrose, terminar de comprender a este hombre destruido, respetado por todos menos por él mismo. Y esa parte nos la han negado porque le dejamos en un cruce de caminos, tan perdido como al principio. Hubiera sido bonito una despedida más directa al corazón y con menos clichés.
Durante tres temporadas hemos acompañado a Ambrose como policía, como adicto, como padre, y ahora como un jubilado, muy a su pesar. Se intentan rescatar algunos elementos anteriores, como el personaje de Sonya o el trauma dejado por el personaje de Matt Bomer, pero no consiguen darle una resolución a ningún conflicto.
Por el lado positivo, en cambio, tenemos una estupenda Frances Fisher, que tiene un personaje con suficiente peso como deleitarnos con unas cuantas escenas muy intensas con Ambrose. El resto del reparto se completa con muchos rostros televisivos pero competentes, destacando a Alice Kremelberg, la Percy que da título a esta historia.
Así que si me preguntáis si merece la pena volver a 'The Sinner' diría que, si has visto las anteriores temporadas y te han gustado, sí, adelante, aunque sabiendo de antemano que poco nuevo vas a encontrar. Si por el contrario nunca fue plato de tu gusto hay mucho catálogo en el que emplear ocho horas de tu vida.
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