‘The Big Bang Theory’ se despidió anoche de todos sus seguidores con un episodio doble que apostó por la emotividad como principal arma para intentar conquistar al público. Una decisión acertada dado que está duodécima temporada de la serie casi nunca había llegado a sentirse como una despedida para la comedia número 1 de la televisión norteamericana durante más de una década.
Hasta ahora solamente había pequeños detalles como la posible marcha de Raj a Londres que finalmente se quedó en nada, pero el verdadero hilo conductor era la posibilidad de que Sheldon y Amy consiguieran un premio Nobel por la teoría de la superasimetría, algo que se había explorado mejor con fines cómicos con las divertidas apariciones de Sean Astin y Kal Penn. Pero ahora había que darle cierre y la serie ha optado por ser consecuente con lo que la había definido hasta ahora -cuidado con los spoilers de aquí en adelante-.
Nada cambia, todo se transforma
‘The Big Bang Theory’ comenzó siendo una comedia sobre un grupo de científicos inadaptados que encajaban en el perfil de frikis para luego ir girando y centrarse más en el humor resultante de una historia de parejas. Fue un cambio paulatino que nunca dejó de lado sus señas de identidad primarias, permitiendo que destacasen más cuando la serie volvía a centrarse en ellas.
De eso, por desgracia, no ha habido prácticamente nada en este final de serie, donde el protagonismo ha virado de forma casi completa hacia Sheldon. Fue el personaje interpretado por Jim Parsons el que realmente conquistó al público y la decisión del actor de no seguir delante en la serie la que supuso que ‘The Big Bang Theory’ no siguiera adelante más allá de esta duodécima temporada, así que es razonable que hayan optado por ello.
El penúltimo episodio gira alrededor de sus dificultades para amoldarse a los cambios repentinos, sobre todo cuando llegan varios de golpe. Eso dio pie a instantes simpáticos como todo lo relacionado con la reparación del ascensor o el ansia de protagonismo de Howard y Bernadette, pero a priori parecía una forma de seguir esquivando el hecho de que la serie se acababa.
No era el caso, ya que la despedida de ‘The Big Bang Theory’ ha servido para que Sheldon sea consciente de la influencia que sus actos ejercen sobre los demás y de las malas maneras con las que ha tratado a sus amigos a lo largo de los años. Una parte cómico esencial en la serie, no la única, pero sí clave para que sea lo que ha sido. Es obvio que ese “respeto” recién descubierto no eliminaría las bromas entre ellos en el futuro, pero ese cambio es el verdadero final para la serie.
Otros detalles del final de ‘The Big Bang Theory’
Alrededor de eso hemos tenido alguna gran revelación como el embarazo de Penny. Un poco sacado de la manga para que el desenlace resultase más emocionante pero bueno, ya abordaron el tema a su manera cuando ella comentó que no quería ser madre hace no tantos episodios. ¿Sentido que eso suceda ahora? Tampoco mucho, pero bueno, así es la vida y en los finales hay que darlo todo porque no se tiene más tiempo. Eso sí, esto sí que precipitado y no todo lo que se comenta sobre el tramo final de ‘Juego de Tronos’.
Además, Amy y Sheldon han ganado el Nobel. Una conclusión obvia pero satisfactoria a su trama que ha sido bien empleada para que la primera explicite que ella también acaba harta de él en ocasiones por mucho que le quiera. Al final, casi todos los arcos han ido encaminados a Sheldon -¡si hasta tiene que decir que Buffy la cazavampiros está entre el público en lugar de limitarlo a una curiosa anécdota para Raj!-.
Lo que sí tengo claro es que en una serie tan estática como ‘The Big Bang Theory’ difícilmente iba a hacer un final mejor que todo el grupo de amigos reunido de nuevo en una charla animada mientras cenan. Buen detalle la versión del tema de inicio que suena de fondo para despedir a una serie que rara vez fue brillante sí es que alguna vez lo consiguió, pero a cambio consiguió entretener a una cantidad de público a la que muy pocas series pueden aspirar.
No puedo decir que vaya a echar de menos a ‘The Big Bang Theory’, pero sí que incluso en sus momentos más bajos cumplía su función de hacerme pasar el rato, normalmente mientras comía o cenaba. Ha habido muchas comedias televisivas mejores en todo este tiempo y seguramente han tardado más de la cuenta en darle cierre, pero su despedida deja con buen sabor de boca.
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