Así pues, vista 'Terminator: Génesis' ('Terminator Genysis', 2015) me hago una pregunta, bien pedestre para muchos de vosotros. ¿De qué demonios trata esta película? Quiero decir, la primera e incluso la segunda, que nunca me ha parecido tan buena como cuando era yo niño, tratan de unas cuantas cosas. Y la tercera, incomprendida como pocas, también.
¿Pero cuál es el tema de esta película? Es tan ajetreada que ni siquiera es posible que trate de Hollywood en sí mismo. Sabemos de quien se trata - los estudios, la escasa implicación del director con el desaguisado, las interpretaciones nada ajustadas al material - pero no de qué trata. ¡Lo que es peor! Voy con revelaciones de toda la trama así que... SPOILERS.
Con el tiempo, mi aprecio por 'Terminator' (The Terminator, 1984) ha ido en aumento. Por decirlo llanamente: me flipa Terminator. Rodada con presupuestos mínimos, estéticamente impecable y directa como la serie B que es, lo único que me sobra es la escenita ochentera de sexo con luz suave.
Y ni siquiera me sobra tanto. Es solo que las posteriores historias de amor de James Cameron me gustan más: ya sea Sigourney Weaver cargando el arma con su marine, ya sea Ed Harris en las profundidades del divorcio, ya sea Schwarzennegger en los bombazos del matrimonio y el striptease programado, ya sea Kate Winslet en los directos y flotantes placeres de la juventud.
Aún así, me gusta la historia. Sarah Connor se hace guerrera, le gura las heridas a su soldadito (del futuro) y se hace madre a hostias con androides. La poética de Jim Cameron ahí estaba: afianzándose, a lo grande.
Esta quinta entrega, elimina al hijo concebido, por aquello de liderar la resistencia, y lo convierte en androide. Pone a la pareja de vuelta, pero sin que el amor los una, y los manda al futuro. Y el viejo Terminator reaparece porque...Porque toca. O sea, que alguien ha viajado en el tiempo.
Bien, también está el T1000 de vuelta por alguna otra extraña razón. Todo sucede a un ritmo insensato, pero nada tiene la incomparable gracia del Arnold con las gafas homosexuales de la tercera y crepuscular aventura de su androide.
Mitologías
Es probable que 'Star Trek' (id, 2009) de JJ Abrams estuviera en la mente de alguien. El problema nunca ha sido, al menos para mi, qué pasa si. Así que no había problemas - me doy cuenta - en hacer otra historia de Terminator en vez de regurgitar las dos primeras.
No es que las set pieces no funcionen, es que los saltos temporales, propios de un deshilachado y cansado tebeo de superhéroes, tampoco son convincentes. Y con todo, hay algo divertido en la película.
Precisamente por esa sensación de tonta, aparatosa y deshilachada improvisación. Y por lo incomprensible que resulta. ¿De qué trata? ¿Cuál es la amenaza? ¿Dónde está...?
En ninguna parte, probablemente.
O sí: en las cabezas de los mitómanos de cultura de masas.
Schwarzennegger encuentra la dignidad aparatosa en su androide todavía viejisimo y ninguno de los novatos protagonistas tiene rasgo de implicación alguna.
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