Puede que Sherlock Holmes fuese creado hace ya más de 130 años, pero eso no ha sido nunca un impedimento para que tanto el cine como la televisión recupere al personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle cada poco tiempo. Su nueva encarnación llega de la mano de Netflix en 'Los irregulares', donde se retuerce este universo hasta el punto de que aquí tiene muy poco de genial detective, siendo los irregulares que dan título a la serie los que realmente resuelven los casos.
Estos irregulares tienen su origen en las novelas de Doyle, pero allí su presencia era menor, mientras que aquí acaparan el protagonismo en una serie que además introduce varios elementos sobrenaturales para intentar enganchar al espectador. Una vez vistos cuatro episodios de los ocho que dan forma a su primera temporada, sigo sin tener claro si me gusta o no la serie, pero la sensación que me queda es que hubiese funcionado mejor sin esa conexión con Sherlock Holmes.
Redibujando el universo del genial detective
Lo mejor de 'Los irregulares' son sus jóvenes protagonistas, tanto la definición de los personajes desde los guiones como el muy acertado casting, ya que, sin ser nada deslumbrantes, existe una química que te hace cogerles cierto cariño y sentir curiosidad por las aventuras a las que han de hacer frene tras ver cómo sus caminos de cruzan con los de un amenazante Watson -Royce Pierreson-. Sí, Watson y no Sherlock Holmes -aquí con el rostro de Henry Lloyd-Hughes-, ya que aquí el papel del detective está más en ser un drogadicto con muy poco que aportar a las investigaciones que le encomiendan.
Ese es uno de los motivos que lleva a Watson a contar con este grupo de sintecho, quienes no tardan en demostrar ser capaces de enfrentarse a todo tipo de casos, incluso aquellos en los que entran en escena diferentes fuerzas paranormales. De esta forma, 'Los irregulares' oscila entre el relato de detectives y la aventura de fantasía en una mezcla que nunca termina de cuajar del todo, ya que en lo primero se queda siempre a medio gas, mientras que en lo segundo se agradece algún pequeño toque siniestro aquí y allá, pero esa ampliación que propone del universo de Sherlock Holmes se sienten un tanto forzado.
Y es que cierto que en los guiones se preocupan en encontrar una conexión notable con esos personajes, pero a la hora de la verdad se siente que están algo desconectados. Bien podría haberles contratado Watson como algún detective anónimo, siendo cierto que con lo segundo se perdería gancho entre el público, pero también que no tendría que soportar el peso de décadas y décadas de adaptaciones de Sherlock Holmes, dentro de las cuales 'Los irregulares' no destaca especialmente.
Por un lado, los diferentes casos que plantea 'Los irregulares' no son lo suficientemente estimulantes, por lo que uno nunca se interesa realmente por ellos. Ni siquiera el fuerte elemento sobrenatural sirve para compensar un desarrollo un tanto perezoso de los mismos, y es que da la sensación de que los responsables de la serie están más preocupados por resolver cada episodio con un cliffhanger que realmente te incite a ver el siguiente capítulo que a plantear y ejecutar una satisfacción que te mantenga intrigado por lo que está por venir.
Falta empuje
A su favor tenemos que no se limita a ser un simple procedimental sin que los casos en sí estén especialmente logrados, ya que también va desarrollando poco a poco una trama de larga recorrido que da más entidad a la propuesta. Tampoco es que sea de esas que te hagan sentir la necesidad de devorar capítulos sin parar, pero sí es un gancho adicional para intentar seguir adelante con ella a ver si hay un salto de calidad cuando se pongan todas las cartas encima de la mesa.
Mientras tanto, los principales valedores de 'Los irregulares' son sus jóvenes protagonistas, en especial el desparpajo que aporta a la serie Thaddea Graham como Bea. Es cierto que no faltan recursos un poco sobados como un posible triángulo romántico, pero ahí la serie encuentra una frescura de la que carece en otros apartados. Es como si se les hubiese ocurrido primero esa idea y luego hubiesen visto que podía encajar como una revisión del universo de Sherlock Holmes.
Y es que no hay ni un personaje adulto que me interese tanto como ese grupo de irregulares, incluyendo aquí tanto a los que tienen una presencia recurrente como aquellos que hacen apariciones episódicas. No es que los odie, pero simplemente los responsables de 'Los irregulares' no consiguen que conecte con ellos, algo que ayuda a que siga sin saber si me ha gustado o no la serie. Está en una especie de limbo en el que ves algo y pasas el rato sin sacar gran cosa de ello, y hay demasiadas series como para que una curiosa tierra de nadie sea suficiente.
Tampoco ayuda que en el apartado visual alterne detalles concretos suculentos con otros en los que los retoques digitales dan tanto el cante que resulta difícil tomarse en serio lo que sucede en pantalla. Y es una pena, porque en lo referente a la ambientación sí se nota el suficiente esmero para sumergirnos en los barrios bajos de Londres. Quizá le falta un toque extra de suciedad a todo, pero aporta lo suficiente para invitar a que te dejes llevar.
Más allá de eso, se agradece que 'Los irregulares' no sea esclava del universo de Sherlock Holmes y que se atreva a volar libre, pero hace falta más que una idea y, por el momento, poco hay que rascar en esta nueva producción de Netflix. Mi gran duda es si no se estará tomando la primera temporada como una gran introducción, porque estoy seguro de que esa idea rondará en un momento u otro por la cabeza del espectador. No es inusual que algo así suceda en una serie de la plataforma, que proponga algo pero estire al máximo dar ese paso adelante para dejar claro lo que realmente quiere ser. Y eso es algo que 'Los irregulares' no ha hecho todavía, y me huelo esa jugada con la tendencia a usar los cliffhangers como reclamo.
En resumidas cuentas
'Los irregulares' propone un giro llamativo al universo de Sherlock Holmes pero no termina de saber cómo conseguir que la historia que cuenta te enganche. Es cierto que no hay nada que moleste especialmente en ella, pero tampoco que fascine, ya que lo mejor es ese grupo de chavales investigando en lugar de un bastante ausente Sherlock Holmes, pero tampoco esperéis que sean tan interesantes que ya justifiquen el verla.
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