Un grupo de vendedores recibe una amenaza durante una noche de lluvia: si no consiguen clientes, serán despedidos, y solamente los más ávidos y exitosos vendedores recibirán la lista "Glengarry" de anzuelos o potenciales clientes para poder continuar desempeñando su trabajo exitosamente. Pronto, se desatará la competición entre ellos.
Al teatro en el idioma inglés llegaron demasiadas tempestades, y todas llenas de talento, como para que pueda este crítico que os escribe resumirlas con el suficiente conocimiento o con la mesura y justicia que merecen tantos nombres. Digamos que ese irlandés que cautivó al mundo con su estilo elíptico (¡y que se pasó al francés!) llamado Samuel Beckett dejó arrasados los escenarios y en ese tránsito aparecieron grandes violentadores, como el magnífico Harold Pinter.
En las obras de Pinter cabe un lenguaje desnudo, violento, abrupto y no necesariamente amante de los finales. Son diálogos que hacen de su vulgaridad un arma llena de misterio. Y no hablo de Pinter porque sí, sino porque fue la influencia rectora de ese gigante de las tablas norteamericanas llamado David Mamet que irrumpió en los setenta y los ochenta para terminar haciendo carrera en Hollywood, primero como guionista y luego como cineasta al completo, sin perder de vista su carrera como dramaturgo.

Los personajes de Mamet son reconocibles desde el primer minuto. Hablan vulgarmente, y no es que parezca que quieran decir cualquier cosa, sino gritarla, hacer de su tiempo verbal una manera de ataque directo, al público y a sus congéneres. Yo creo que los diálogos son imposibles. Y una de sus obras maestras fue una historia, tremebunda y directa, de vendedores que no dudarían en cambiar su destino para huir de la desesperación. Parece una historia de oficina, pero, claro está, termina siendo algo más importante, porque si se trata de dinero, de la materia para pagarse la vida, hasta los corderos han de terminar ejerciendo, aunque sea de manera fatídica o hasta patética, de leones.
Dirige la película un magnífico James Foley, de manera vibrante e inspirada, con largas tomas laterales, movimientos de cámara en una noche iluminada solamente por los neones de una ciudad cuyo centro se intuye alejado de las ventanas y que hace inhóspita todas las habitaciones. Y cuenta con un plantel de actores que hace de su trabajo algo inmaculado, válido, inolvidable.
Tenemos a un inspirado Al Pacino. Está en un registro no demasiado habitual: él es Ricky Roma, el vendedor estrella, que a ojos de sus compañeros tiene que ocultar algún que otro secreto. Y después tenemos a Kevin Spacey, en uno de sus papeles iniciales, llevándose la función como el jefe de oficina, en aparencia un feliz secundario de su jefe de las oficinas centrales, encarnado por un violento y descarado Alec Baldwin.
Por supuesto, inspiradísimo resulta el redescubrir el talento inmenso de Jack Lemmon, en su papel más frágil y desesperado, el del hombre veterano que permanece ajeno a los grandes discursos de liderazgo y competencia y que lucha solamente por llegar a casa con algo de pan y salario bajo el brazo. Y aparentemente cobijado en el cinismo de quien desconfía de los discursos grandilocuentes está un poco habitual Ed Harris, que hace de su personaje una carga de matices y secretos en un registro que no ha cultivado con tanta generosidad después.
Todos ellos son los magníficos profetas del talento de un Mamet, que firma gustoso y glorioso el libreto que adapta su texto, y nos llevan a un universo, demasiado parecido al nuestro, que tal vez sea ese en el que hemos escogido vivir, en el que solamente hemos permitido vivir al que no se comporta de un modo sensato y en el que solamente ganan los rateros y los mentirosos y los tramposos y en el que todos, hasta los descarnados victoriosos, terminarán mordiendo el anzuelo. La inspiradísima banda sonora de James Newton Howard, de ecos jazzísticos que recuerdan a Elmer Bernstein o a Henry Mancini, hace el resto con gran efectividad y hasta ocasionales destellos de sentimiento.

Esta es una historia llena de rabia, traición, mentiras. Y toda ella en una oficina, con unos vendedores, con la más aparente de las normalidades. No se la pierdan o no dejen de volver a verla: ya no mirarán los ojos del respetable sector de este comercio contemporáneo nuestro de la misma manera.
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19 comentarios
Stephen
Este es sin duda un peliculón. Disfruto con cada genial línea de diálogo, brillantemente ejecutada por todos y cada uno de los actores. La puesta en escena, además de la comunicación verbal y no verbal de los personajes, dotan de dinamismo a una película con apenas tres escenarios. Estupenda y algo olvidada por los canales de televisión -por lo menos los que no son de pago-... por fortuna la compré hace un par de años temiendo no volver a encontrármela en televisión.
Para el que no la haya visto, hagan por verla. No tiene desperdicio.
Saludos.
Usuario desactivado
Magníficamente dibujado cada personaje, brillantemente interpretados todos y cada uno de ellos, un punto de partida muy simple del que se termina sacando todo el jugo y toda una lección de cómo fundamentar una película en los diálogos y hacer de ella uno de los paradigmas de estos en el cine. Se me ocurren pocos ejemplos de conseguir tanto con tan poco. A mí me encanta esta película.
bulldog_13
No tenía conocimiento de esta peli, y el texto me ha motivado a verla. A veces se os olvida que, os leemos gente sin tan dilatada experiencia cinematográfica. Lo digo porque me hubiera molado que hubieras puesto el año de estreno. Aunque gracias a Google, todo solucionado. Un saludo!
Hansel77
Es que la década de los 90 nos ha dado películas de una gran calidad.
jeinzu
Película durísima y asfixiante, con unas actuaciones y unos diálogos soberbios. Inmensos Jack Lemmon, Al Pacino y Alec Baldwin (¿en su mejor papel?). Parece que el director no hizo gran cosa después, pero con esta peliculota es más que suficiente.
agustin.lara.14
Solo por la escena de Alec Baldwin cantandole las cuarenta al resto del reparto ya merece la pena ver esta película.
loula2
Grande David Mamet!! Muy buen guionista, y también director, desde "House of Games" hasta "Cinturón rojo" he seguido todo lo que he podido ver de él.
Y un grupo de actores a cual mejor, con personajes muy bien definidos y diálogos magistrales.
pcerezo
No sé si en el blog existe, pero podiaís hacer una crítica de "Al Caer el Sol" de Robert Benton. No sé por qué pero al leer esta entrada me ha venido a la cabeza, aunque no tengan nada que ver. Un saludo.
darkvaider
El mejor cine/teatro que vi en una pantalla. Brillante desde la actuación a la iluminación.
darkvaider
El mejor cine/teatro que vi en una pantalla. Brillante desde la actuación a la iluminación. Gran retrato de la miseria laboral humana.
zevo
Peliculón sin lugar a dudas. Jack Lemon te encoge el corazón.
vibrafaccion
No he visto esta peli, y la verdad que el artículo me ha creado bastante interés, tendré que verla pronto.
curtis-jackson
Absolutamente infumable. Tediosas, largas y gratuitas conversaciones.