Ya llevamos diez días con el estreno de 'El Ultimátum de Bourne', y las reacciones son prácticamente las mismas en todos los lados, estamos ante la mejor película de la saga Bourne, y ante el mejor film de acción en lo que va de año. Yo incluso me atrevería a decir que estamos ante una de las mejores cintas de acción de toda la historia de este género, porque lo que ha hecho aquí el más que inteligente Paul Greengrass es simplemente deslumbrante, sirviéndonos un film que no ofrece ningún respiro al espectador, al que por cierto se trata con sumo respeto, algo difícil de ver en los tiempos que corren dentro de este tipo de películas.
El argumento de esta tercera entrega enlaza directamente con el de la segunda, produciéndose una especie de montaje paralelo con aquélla, mostrándonos las cosas que no vimos al final de la anterior película, e incluso repitiendo alguna de las secuencias. Bourne prosigue su escapatoria de aquellos que quieren eliminarle e intenta por todo los medios decubrir todo el tinglado que se ha formado alrededor de su persona. Contactará con un periodista que está publicando cosas al respecto que son ciertas, sacadas de una fuente secreta que conoce todo acerca de Bourne. Pero nuestro carismático agente amnésico no tendrá las cosas fáciles, aunque tampoco aquellos que osan cruzarse en su camino.
Se podría decir de 'El Ultimátum de Bourne' que es igual que 'El Mito de Bourne' pero elevado a la enésima potencia. Sin embargo, y al contrario de lo que sucede en 'La Jungla 4.0', que es un exceso (eso sí, entretenido) a todos los niveles, bajando con ello la calidad, aquí ocurre todo lo contrario: no sólo es más, sino mejor. Greengrass demuestra ser otra vez un perfecto conocedor de la palabra ritmo, y ofrece CINE con mayúsculas de primerísima calidad. Y preguntarán algunos: ¿y esto puede ser posible tratándose de una cinta de acción?, y sin contestar pregunto yo como buen gallego que soy: ¿por qué esa manía de subvalorar el cine de acción?
Cierto es que el guión es casi esquemático, estamos ante una superpersecución que dura prácticamente toda la película, moviéndose ésta por distintos países, otra vez en la mejor tradición del género de cine de espías. Pero el director aprovecha al máximo todos sus elementos, construyendio el film a base de varias set pieces, algunas de las cuales alcanzan niveles magistrales. Sería injusto no señalar la extraordinaria secuencia de la estación, al inicio del film, cuando un periodista se pone en contacto con Bourne (más bien, a la inversa), toda una lección de montaje y suspense; o como no, esa persecución por encima de los edificios de Tánger que culmina en una impactante pelea cuerpo a cuerpo de cierta dureza. Y qué decir de la impresionante persecución de coches del final del film, resuelta de maravilla con algún que otro pequeño detalle que ayuda a su credibilidad.
Porque una vez más estamos ante una película de acción donde todo es creíble. Y esto sucede gracias a la impecable labor de Greengrass y también de todo un elenco de actores entregados a sus roles. Matt Damon es el único Bourne posible, el agente perfecto que no tiene rival y que pasará por encima de quien sea para averiguar la verdad. Joan Allen repite su personaje de la anterior entrega, esa superior que cree en Bourne sobre todas las cosas. Por cierto, qué bien se conserva esta mujer a sus recién cumplidos 50 años. Julia Stiles vuelve a salir bastante poco como para que no nos cabreemos con ella (muy bien, chica, sigue así), y las novedades en el reparto cumplen a la perfección: Paddy Considine como un asustadizo periodista; David Strathairn como el que quiere dar caza a Bourne para que no desenmascare a quien no tiene que desenmascarar, y que además protagoniza un momento muy bueno, tal vez algo previsible, pero altamente disfrutable. Albert Finney en un rol parecido al de Brian Cox de las anteriores; Scott Glenn simplemente para mostrar al público otra cara conocida, y un Daniel Brühl en un cameo que parece responder a que debe ser coleguita de Damon o de Greengrass, o del que llevaba los cafés en el rodaje, vete tú a saber.
Una película estupenda, que junto con 'Ratatouille', se convierte en el film del verano por excelencia. No busquéis más. Si deseáis pasar un rato entretenidísimo, servido con inteligencia y buen hacer, 'El Ultimátum de Bourne' es vuestra película. Una gozada de principio a fin, y que me hace intuir que sus ventas en dvd van a ser estratosféricas. El film termina argumentalmente lo iniciado en la primera entrega, pero no sería de extrañar que la saga continuase con el personaje metido en nuevas aventuras. Eso sí, que se lo den a Greengrass.
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