Dice Coppola que cada vez que ve de nuevo esta película, se da cuenta de la audacia que llevó a cabo, pues armar dos líneas paralelas, cada una con un protagonista distinto, separadas por más de medio siglo de existencia, no es algo que uno vea todos los días, y mucho menos en una segunda parte de un filme de éxito. Pero por aquel entonces el genio creativo de Coppola ya había explotado, incontenible, y hasta parece que los logros, inalcanzables para la mayoría, de esta película, los alcanza él con facilidad en el apogeo de su talento, y crea obras maestras con una serenidad pasmosa.
La misma serenidad de la que hace gala Michael, sólo puesta en evidencia por momentos de sobresalto que le ponen a uno la carne de gallina, y es que parece que el pequeño Pacino es una fiera cuando se enfada. El ataque en la supuestamente inexpugnable fortaleza de los Corleone a orillas de Lake Tahoe (la hermosa finca Kaiser, de la que Coppola se enamoró nada más verla), pone en jaque los nervios de Michael, pero sabe rehacerse y comenzar a buscar a los culpables. Y es sintomático que el único con el que hable a solas sea Tom, al que él echó de la primera línea de negocios mafiosos. Desde luego, algún enemigo poderoso de Michael ha orquestado todo, y desde luego, hay un traidor en su familia que ha hecho posible que dos tiradores acribillaran nada menos que su dormitorio.
Michael, de hecho, es poco más que un autómata. No queda nada de aquel muchacho afable y sonriente de los primeros compases de la primera película. Pacino parece impertérrito, si bien sus ojos poseen una energía devastadora. En cuanto sufren el ataque, su mente privilegiada comienza a funcionar a toda velocidad, planeando su venganza. El trabajo de Pacino con su mirada es colosal, intimidatorio. Sus movimientos, pausados. Su voz, casi siempre susurrante y tranquila. Es un digno sucesor de Vito, al que vamos a tener la oportunidad de conocer a fondo gracias a los saltos temporales. Coppola estaba seguro de que cada uno de los segmentos por separado no funcionaba igual de bien sin el otro. Y tenía razón. Tal como está estructurada la historia, uno tiene la sensación de que comprende cosas, interiormente, de parentesco, de sentimiento filial, que nunca habría comprendido con otra estructura.
Y esto sucede porque Coppola es capaz de otorgar a cada espacio su tiempo, un tiempo interno definido. Así, a la secuencia de la despedida de Michael (que se dirige a ver a Hyman Roth) con su hijo, se superpone la secuencia de la presentación de Vito adulto, interpretado con gran elegancia por un soberbio Robert De Niro. Resulta maravilloso observar cómo Pacino observa a su hijo, envuelto casi en sombras, demostrando cariño por él pero gélido e inexpresivo, marcando el ritmo interno de la secuencia con sus pensamientos, sus sentimientos acerca de un hijo que un día puede sucederle, encadenando a un plano medio de Vito, que observa también a su hijo (el bebé Santino, de infausto destino) de manera más sencilla, sin preocupaciones ni traumas en su corazón, marcando a su vez el ritmo de una nueva secuencia que es casi la misma, pero diferenciándola por el momento histórico en que está enclavada.
Francis Ford Coppola seguramente es un poco inconsciente de todo ello, pues a él le sale natural, y eso es lo fantástico de este momento irrepetible, que no parece sujeto por una puesta en escena preconcebida, sino arrancado de la misma vida. Hay muy pocos artistas en la historia del cine capaces de lograr esto. Coppola, transformado en demiurgo, nos traslada, con total facilidad, desde una época a otra. Primero de forma suave, para, en sucesivos saltos, olvidarse de convenciones narrativas tales como encadenados y fundidos, confiando plenamente en la capacidad del espectador para situarse correctamente en el marco temporal correspondiente. De esta forma, en el tercio final de la película, por acumulación, uno tiene la sensación de que ambos tiempos coexisten, uno dentro del otro, tal como existe el tiempo en el interior de un personaje: incapaz de sustraerse de él.
Dado el tremendo esfuerzo que supuso la reconstrucción de LIttle Italy en las calles de Nueva York (a las que regreseríamos en una importante secuencia de ‘El padrino, parte III’), quizá se esperaría que Coppola, del mismo modo que otros directores antes y después que él, cargara las tintas en demostrar con su cámara la fidelidad y el mimo histórico. Pero nada de eso sucede. La sobriedad es casi ascética. El famoso plano en el que el joven Vito transporta una caja de alimentos (es un honesto ayudante de tienda) y cruza la calle, deja en el espectador esa sensación de estar caminando (con un travelling de seguimiento no tan rápido como Vito) por una calle de principios de siglo. Puede olerse el ambiente. Imagino la misma secuencia dirigida por el Kubrick de ‘Barry Lyndon’ y la veo recargada de efectos de luz que nada aportan al momento. O por el Martin Scorsese de ‘Gangs of New York’ y me imagino grandes movimientos de grúa. Aquí nada de eso. Cámara a la altura de la mirada humana. Contención, humildad.
En una secuencia eliminada del corte para salas, Vito es testigo de un intento de asesinato contra el representante de la mafia local, el infame Don Fanucci, un tipo alto y enorme, pero que no posee la clase del último descendiente de los Andolini, por mucho que vista trajes caros. Esa misma noche, un vecino, por nombre Clemenza, le pide ayuda: que esconda unas armas robadas. Aunque Vito vive una existencia tranquila, humilde y honesta, el mundo del hampa parece llamar a su puerta con insistencia. El altivo Clemenza le agradece el gesto llevándole a casa de un supuesto amigo. En realidad entran por la fuerza y roban una alfombra. Vito observa cómo Clemenza estaba dispuesto a disparar a un policía si este llega a entrar y les descubre. El mundo de Vito se dibuja con precisión y oscuridad. Cuando el propio Fanucci enchufa a un pariente suyo en la tienda y él se queda sin trabajo, termina por comprender que su estabilidad depende de los antojos de los poderosos, y sin exteriorizarlo en ningún momento, toma la decisión de ser también él uno de ellos.
Del mismo modo que su padre, las decisiones más importantes de Michael nunca son exteriorizadas. Su rostro es una máscara imperturbable, inaccesible. Michael, maestro conspirador, visita sucesivamente a los dos hombres que más se beneficiarían con su muerte. Primero a Hyman Roth (espectacular Lee Strasberg, anciano y pequeño, pero peligrosísimo), luego a Frankie Pentangeli. A ambos les dice exactamente lo mismo, que fue el otro el que le traicionó y va a vengarse de él. Pero sabemos que, al ser Pentangeli el segundo al que se lo dice, es a él a quien dice la verdad. Lo grave es que siendo Hyman Roth el culpable, ha necesitado a un traidor en la familia Corleone, que es lo que realmente preocupa a Michael. Podemos darnos cuenta de cómo Pacino escruta a cada personaje sospechoso con la mirada durante toda la película. Parece un infalible buscador de la traición. No puede, sin embargo, ni sospechar la terrible verdad.
Ya hemos hablado de con qué precisión se mueve el operador Gordon Willis entre tan distintos y numerosos ambientes, y logrando la complejísima unidad entre ambos segmentos temporales. Pero sería una terrible injusticia no comentar el trabajo del máximo responsable de los elementos puramente físicos que aparecen en pantalla (e iluminados por Willis), el gran Dean Tavoularis. Amigo íntimo del director y probablemente una de las grandes leyendas norteamericanas de su profesión. Sin en proyectos ambiciosos un director de producción ha de dar vida, verdad, a un mundo de objetos y formas coherente, en este caso Tavoularis tiene la obligación, además, de ofrecer esa coherencia a traves de varias décadas de separación entre ambientes. ¿Se resiente la atmósfera, el acabado formal? En absoluto. Y a mi juicio esto es resultado de una vigorosa y concienzuda averiguación de los resortes de la memoria. Me explico.
Tavoularis, y su director artístico Angelo Graham, así como su diseñadora de vestuario Theadora Van Runkle, además de lograr la soñada cohesión y homogeneidad plástica entre los distintos departamentos y para las distintas épocas, tienen en cuenta, ayudados claro está por Willis, la memoria del espectador en ambientes como el remodelado despacho de Don Vito. Allí las telas de los sofás, por ejemplo, remiten a otros que veremos en secuencias del joven Vito; del mismo modo que la luz amarillenta de esa secuencia con Pentangeli trata a la dirección artística de Graham de un modo que la emparenta con el filtro amarillo empleado en las secciones del pasado. Se establece con facilidad una línea temporal, tan creíble como la vida misma, y que colabora tanto como la fidelidad al carácter de los personajes en la creación de esa “mitología Corleone”. Más ejemplos: el tratamiento de los materiales de construcción como la madera o el mármol se integra perfectamente en ambos núcleos temporales; también los colores del vestuario y la paleta de color de cada ambiente, que se repite, como en las variaciones de una partitura, en cada bloque.
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zpendiuz
Gracias 4cietosgolpes por esos detalles. Como verás, no soy de España, sino de Perú, Lima, y hasta donde tengo entendido, el montaje del cual hablas jamás se llegó a ver en este lado del Nuevo Mundo. Ahora entiendo por qué hay cortos en Youtube respecto al Padrino II, donde se ve a Diane Keaton encendiendo un conjunto largo de velas en medio de créditos a todas luces finales, donde se consigna al inicio "Participaron esta noche...", como si el Padrino II fuera una serie para la televisión. Al inicio me pareció extraño, pero ahora que lo explicas (que Coppola hizo un montaje especial para la tele) todo adquiere ya sentido. En efecto, gracias a estas nuevas escenas, se ve el inicio de Genco y su muerte (es curioso: el joven actor que hace de Genco en la parte II es el cuñado de Adam Sandler en "The Wedding Singer"), del propio Hyman Roth (presentado por Clemenza a don Vito en la parte II), el final de Fabrizio, y la participación de ese niño quien toca la flauta muy dulcemente, y que tiene el nombre y el apellido del padre de Coppola. Aunque no he comprobado eso de que Carmine Coppola actúa en la parte III (y del cual no dudo que tengas razón) también hay que recordar que CARMINE COPPOLA aparecería en EL PADRINO PARTE I, al instante nomás que Michael Corleone mata al Turco, cuando salen las fotos de crímenes en los periódicos (filmadas por GEORGE LUCAS) y allí nomás, enfundado con un arma en la espalda, un señor mayor tocando un piano dulce en plena reunión de la Familia. Ese era CARMINE COPPOLA. Finalmente, hasta ahora sigo creyendo que EL PADRINO PARTE II fue hecha con la cabeza y EL PADRINO PARTE I con las tripas y el corazón.
Adrián Massanet
golo, ya está corregido, tenías toda la razón con tus precisiones a mi texto.
En cuanto a los que me llaman elitista, pues no sé para qué me molesto, de verdad. Muchas gracias por los ánimos...
Adrián Massanet
Vaya, gracias por las ganas, chitamelon, eso significa que algo estaré haciendo bien.
Sobre 'Apocalypse Now' hablaré en breves días, una vez concluya, como es natural, 'El padrino, parte II'. La otra aún tardaré un tiempo.
Saludos!
David 92
No le hayo sentido de las criticas hacia Gangs of New York, me pareció en todos sus sentidos una película muy buena. Saludos.
golo
Excelente Gabriel ^^
Si me permites un par de anotaciones sobre erratas por si las quieres corregir y dejar el texto redondo (erratas ortográficas o gramaticales):
-"Y es sintomático que el único con el que hable a solas sea Tom, al que él hecho de la primera línea de negocios mafiosos". Aquí si no me equivoco querías decir "él echó de la primera línea de negocios mafiosos".
-"Dado el tremendo esfuerzo que supuso la reconstrucción de LIttle Italy en las calles de Nueva York (a las que regreseríamos en una importante secuencia de ‘El padrino, parte III’, quizá se esperaría que Coppola, del mismo modo que otros directores antes y después que él, cargara las tintas en demostrar con su cámara la fidelidad y el mimo histórico." El paréntesis está sin cerrar y da lugar a confusión.
Espero que no te moleste, sólo intento ayudar y dejar sin errores tan excelentes textos.
Saludos y sigue así (ni caso a algunos comentarios XD)
golo
Macho, no veas como te vota negativo la peña xddd Como sigas así te veo con -4 estrellas xd
En fin, vengativos que son algunos...
naxxxos
Sr. Elitista, hacer post es muy parecido a hacer cine, no cree? Humildad y contensión, que buenas palabras para las imprima en sus posts. Nadie duda que el buen cine, con películas como el Padrino, es un deleite, sin embargo para hacer crítica la humildad es un instrumento que permite conectar, tal cual como se realiza el mejor tipo de arte, sin presumir, sin arandelas, al grano, sin juzgar.
Logas
¿"Barry Lyndon" "recargada de efectos de luz"?
zpendiuz
Están circulando en Youtube algunas escenas eliminadas de El Padrino Parte II. De todas ellas, si bien es cierto carecen de importancia esencial, la que más me costó trabajo asimilar fue la muerte de Fabrizio, el traidor guardaespaldas siciliano que coloca la bomba en el coche de Apolonia. Como se recuerda, el traidor huye asustado mientras Michael le grita por su huida y voltea al mismo tiempo para solo ver cómo su reciente esposa muere en una espantosa explosión. Si bien en el Padrino I no se ahonda más en esa parte de la historia, quedó para la duda (de algunos como yo) de qué había sido de ese tal Fabrizio. Pues bien, en las deleted scenes de El PAdrino II, se observa cómo el guardaespaldas de Michael, Al, le va mostrando un riel de fotos al jefe de los Corleone, explicándole paso a paso las circunstancias del traidor: dejó Italia, llegó a América ilegalmente, y se alojó hasta ser protegido por la familia Barzini. Al final, lo encontraron trabajando como logístico en un negocio de varieté, vengándose de él tal y como fue muere Apolonia. Entra a su coche y este estalla. El Padrino II es una exacta pieza de relojería. Racional, pensada al milímetro, ajustada en cada parte y con cada parte hecha para la otra. A dos tiempos simultáneos, pero distantes históricamente, se dice que fue superior incluso a El PAdrino I. Puede ser cierto, aunque no tiene un punto climático trágico como si lo tuvo El Padrino I (la muerte de Santino, por ejemplo, o el asesinato de El Turco)), que fue hecho, más que con la cabeza, con el corazón y las tripas. Aunque por aquí se van descubriendo más pistas. Se sabe por fin quién era ese tal Genco, nombre que aparece cuando Santino le grita fuertemente a Hagen, de que "si tuviera a un siciliano, a un siciliano de verdad... Papá tenía a Genco, yo no tengo a nadie". ¿Quién era? Pues el jovenzuelo que acompaña al joven Vito a una pieza teatral (por cierto, en las escenas borradas de El PAdrino I se puede ver
los400golpes
Esas escenas de las que se habla en comentario anterior, son el grueso de las "novedades" que Coppola añadió al montaje que hizo para la televisión a finales de los 70. En la serie se veía cronológicamente la historia, empezando con la infancia de Vito Andolini, desde el funeral de su padre hasta la llegada América, siguiendo con la parte de Vito joven (De Niro), continuando con el fin del Don (Brando) y acabando con la historia de Michael (Pacino) hasta el asesinato de su hermano Freddo. Son alrededor de 70 minutos adicionales que complementan y desarrollan algunas secuencias que en el montaje de cine habian sido recortadas. Así veremos como Don Vito vista con sun hijos al Consigliere Genco, que está moribundo en un hospital y se confirma el reciente "nombramiento" de Tom Hagen para ese "cargo". Coppola, en estas secuencias se permitirá un pequeño homenaje a su familia. La pequeña historia de las armas que guarda Vito (De Niro) a Clemezza a través de la ventana, y que éste le agradece robando una alfombra (un "tappetto"), termina en una secuencia inédita en cine, en las que Vito y Clemenzza llevan esas armas a un armero llamado Coppola. Allí en la armeria hay un niño al que el armero presenta como su hijo y al que le hace tocar una pequeña melodia en la flauta travesera: "Carmine, toca algo para estos señores...". No hay que olvidar que el padre de Francis, Carmine Coppola ("autor"-adaptador de la musica de Nino Rota para las partes 2 y 3) fue un virtuoso de ese instrumento además de un prestigioso director de orquesta, y que saldría años mas tarde realmente como director de la orquesta de la fiesta inicial de "El padrino III". (También el hermano de Carmine, y tio de Francis, Antón Coppola, es el personaje que dirije la orquesta en la "Caballeria Rusticana").
los400golpes
ZPENDIUZ, tus comentarios amplían y complementan lo que yo humildemente he escrito. No conocía esa participación de Carmine en "El Padrino". En lo que se refiere a la intervención del padre de Coppola en la 3ª parte, es el personaje que dirije la orquesta al principio, en la fiesta de celebración de los honores que le ha dado el Vaticano. Allí aparecerá Toni Montana (Al Martino), el cantante italoamericano de la primera parte, y cantará un tema bajo la batuta de el padre de Coppola. Y como ya he explicado, el director que se ve al final en el teatro de Napoles, en las secuencias de Caballeria Rusticana, es el tio Antón.
Geroge Lucas también dirigió la secuencia de la primera entrega en la que Michael va a ver a su padre herido en la clínica. Allí se encuentra con que sospechosamente le han retirado la protección, y con una emfermera cambian al Don de habitación. Con la ayuda de un concido que le trae flores a Don Vito, simularán empuñar unas armas dentro del abrigo, en la puerta de la clínica, para disuadir a los que quieren intentar asesinar al Don. Esos planos exteriores también fueron rodados por Lucas.
De sobra son conocidas las "aventuras económicas" de Francis Ford Coppola. Sus salidas de presupuesto en "Apocalypse Now" y su fracaso con los estudios Zoetrope y el fiasco (económico que no artístico) de "One from the hearth" (un musical hecho en época que no le interesaban los musicales a nadie, con una historia anodina, pero visual, musical y técnicamente fascinante). Sólo la realización de la "Parte III" le ayudaría a salir de esa catástrofe económica, y ese fue el motivo de esa nueva entrega. Así que si me permites seguir por tu geografía "humana" de esta saga (corazón,tripas y cerebro) "El Padrino III" está hecha con la "cartera" -billtera-; aunque esto no desmerezca el film, que es una gran película y complementa la historia de los Corleone (Se quedó para la lista de películas imposibles una cuarta
los400golpes
(Se quedó para la lista de películas imposibles una cuarta parte, de la que Coppola y Mario Puzo habína empezado a desarrollar el guión, justo antes de la muerte de el segundo).
zpendiuz
Gracias por tus aclaraciones 4cietosgolpes. Aunque debo decirte que no estoy seguro que GEORGE LUCAS haya dirigido esa escena del hospital que refieres. Hasta donde sé, LUCAS le recomendó a COPPOLA cómo ahorrarse tomas y aprovechar algunas de ellas durante la escena del hospital (sobre todo las tomas de los pasillos y las escaleras sin gente). Por supuesto, y aclaro ahora, ningún dato que he dado es gratuito: están en los comentarios del director para el DVD de El Padrino. Volviendo al tema de El Padrino Parte II, esta tiene escenas realmente notables, extraordinarias, pero por alguna extraña razón (que yo justifico debido a mi ignorancia más que por razones estéticas o ideológicas) no me engancho del todo con la segunda parte de la saga de los Corleone. Será porque la duplicidad de historias (técnicamente genial, eso sí) a la larga aparecen como puntos anticlimáticos que le roban minutos al presente de los Corleone. Para mi gusto la historia de Vito de joven a veces me dio (y no tengo miedo de decirlo) un poco de sueño, sobre todo las conversaciones cotidianas entre Clemenza, Genco, Tessio y el propio don Vito. Son correctas, funcionales, e incluso necesarias para la propuesta de Coppola, pero no tienen esa tensión dramática que fluía a cada rato en EL Padrino. No soy crítico de cine, sin embargo respeto enormemente cada virtud ofrecida a El PAdrino II (cómo olvidar la actuación del gran Lee Strasberg), sobre todo la historia presente de Michael, golpeando a su esposa, asesinando a su hermano, humillando a su concilieri, respondiendo "no" tan cínicamente cada vez que el gran jurado le pedía por una respuesta que afirmara su culpa. Allí es cuando El PAdrino II gana y se equipara al nivel trágico y dramático de la Parte I. Sin embargo, la historia de Vito puede ser correcta y hasta genial cuando es reducida al análisis, pero no le encontré ese gusto (repito, intuitivo y propio de mi ignorancia) que me hacía quedarme clavado a El Padrin
zpendiuz
... las casi 3 horas de proyección. A diferencia de esta, durante el PAdrino II solía poner pausa, levantarme a veces para ir a la cocina, servirme algún refresco y regresar luego a la película. (Curioso, pero esos momentos eran durante el transcurso de la vida de don Vito). Finalmente, sobre el Padrino Parte III, según varios, la más floja de las tres, solo hay que decir: ¿Qué culpa tiene esta de que sus predecesoras hayan sido obras maestras? Superar a ambas era casi imposible, aun para el genio de Coppola y Puzzo. Y si se hizo por "la billetera", qué más da. EL cine será arte, pero es también, al final, tristemente, negocio.
chitra
espero con ganas un post sobre apocalypse now y el padrino III