Después de esa bella pero vacua tomadura de pelo llamada 'El Bosque' y su posterior ida de olla de nombre 'La Joven del Agua', tediosa como pocas, el cineasta de origen hindú M. Night Shyamalan tenía en 'El Incidente' una oportunidad de oro para conectar de nuevo con el público y ya de paso, con la crítica. El hecho de que esta película pudiera remontar su carrera se veía de soslayo en su estupendo trailer.
'El Incidente' comienza con una escena verdaderamente magistral, perfecta en cuanto a su tono sombrío, con tintes de terror puro y un suspense condicionado por la convencional banda sonora de James Newton Howard. Enseguida el espectador puede darse cuenta de lo que va a ver: un Shyamalan más libre que de costumbre, más rebosante aún del ego que impregna de pedantería sus películas. La propuesta desvela rápidamente la vuelta a las obsesiones temáticas que marcan su filmografía. El suspense efectista, el tratamiento del miedo, la paranoia social, la incertidumbre.
A partir del primer cuarto de hora, de forma cada vez más palpable, el film comienza a fallar al no saber determinar cuál es su verdadero objetivo: ¿narrar una historia coral? ¿Película de catástrofes con aroma a serie B? ¿O ambas cosas? Lo que más molesta desde el principio es su uso del suspense, demasiado convencional, y que la película demasiado pronto da tumbos entre otros títulos de su director, en concreto 'El Protegido' y 'Señales'. Es decir, que lo que anteriormente había sido un sello personalísimo, aquí es una lamentable recopilación que no descarta el autoplagio.
Dentro de su flojo guión, escrito por el propio Shyamalan, podemos extraer la siguiente sinopsis: en la costa este de EEUU, se están produciendo suicidios colectivos que no se sabe si se deben a un ataque terrorista, un virus tóxico... El profesor Elliot Moore (Mark Wahlberg) vive en Nueva York y se plantea irse de la ciudad con su mujer Alma (Zooey Deschanel), su hermano Julian (John Leguizamo) y la hija de éste, Jess (Ashlyn Sanchez). No busquen más argumento, porque no lo hay. La idea, unida a su desarrollo narrativo, recuerda a las novelas 'Cell', de Stephen King, 'Ensayo sobre la Ceguera', de José Saramago, 'La Guerra de los Mundos', de H. G. Wells o la película 'Los Pájaros', de Hitchcock.
Aunque está rodada con solvencia y la fotografía es notable en algunas escenas, la película hace aguas por todas partes a partir de la primera media hora, con unos fallos que ya en la segunda mitad del film se hacen intolerables. Para empezar, 'El Incidente' desaprovecha totalmente su premisa, con trucos de guión que no cuelan, un uso del suspense basado en manidos recursos que llevan utilizándose décadas, y con un ritmo narrativo desarrollado muy lentamente, de una manera muy particular, provocando la desesperación del espectador.
Es análoga a 'Señales' en cuanto a que se presenta un acontecimiento de nivel colectivo de una manera intimista, bajo la perspectiva exclusiva de los personajes principales. Pero 'El Incidente' sale perdiendo en la comparación. Entre otras muchas cosas, porque Mel Gibson y Joaquin Phoenix son mejores actores que Mark Wahlberg y Zooey Deschanel, por no hablar de que John Leguizamo está totalmente desaprovechado. La pasividad general de Wahlberg y Deschanel, basada en no poseer un registro de expresividad facial ni en implicar al espectador en sus adversidades. Esto hace, indudablemente, más cuesta arriba su ya mal desarrollada historia de amor, que al parecer es necesaria para dar mayor perfil psicológico a los protagonistas. Y es que a Shyamalan le gustan los personajes traumatizados, aunque en 'El Incidente' no importan mucho. La película revela un tratamiento emocional de los personales arquetípico, con una frialdad molesta, con su correspondiente falta de empatía suscitada al espectador.
La falta de tendencia clara hacia un género en particular, hace que las escenas puramente de terror, que son las que mejor están rodadas con muchísima diferencia, se hacen previsibles y redundantes. La mezcla con el gore es grotesca y chocante.
Shyamalan pone a prueba la paciencia de su público. A partir de la primera hora, consigue que el espectador desee con toda su alma que los protagonistas avancen en su investigación, en su racionalización de las cosas, en lugar de seguir haciendo toda clase de hipótesis y conjeturas infundadas e inverosímiles, que vienen a puñados aburriendo a más no poder. Todo esto con unos diálogos que rayan el topicazo, a ráfagas, pero que atentan seriamente contra la seriedad del conjunto, unido a un sentido del humor marciano, manchado por la tensión del momento. El director no intenta explicar el origen intrínseco del incidente, pero se recrea en mostrar sus consecuencias, con todas las variaciones que pueden existir, intentando, sin éxito, hacer un tratamiento analítico del miedo y a la mencionada paranoia del colectivo.
Se meten con calzador tantos elementos narrativos que es imposible comentarlos todos, pero SPOILER todo lo que rodea a la casa de la vieja es sobradamente gratuito, en lo que parece que va a ser una reflexión sobre la soledad y la incomunicación, y resulta que todo son artificios para provocar forzadamente una situación terrorífica, añadiendo a esto el hecho de que esta historia dentro de la película la alarga innecesariamente, y acentúa sus carencias de desarrollo en el guión FIN SPOILER.
De todas formas, si hay alguna palabra que resuma 'El Incidente' en cuanto a su argumento es la incoherencia. Shyamalan combina con una alternancia temporal casi matemática las escenas de terror y las de "respiro", con muchos planos que no sirven absolutamente para nada, excepto para lastrar su ranqueante ritmo narrativo. El uso de la TV o de la radio como focalizadores de la "verdad" se hace excesivo e innecesario. Pero por supuesto, lo que más cansa es lo que estamos hablando: tanto sustito fácil, tanta tensión vista mil veces, de la misma factura y con el mismo tono.
Con esta segunda mitad más aburrida y lenta que 'Stalker' de Andrei Tarkovski, la película parece que va a desembocar en un final ultratópico, incluso para los que han seguido la filmografía de Shyamalan, que saben que las piruetas de guión en los últimos 15 minutos son en el cine de este director el pan de cada día. SPOILER Y en este sentido, 'El Incidente' no decepciona. Los suicidios se van tal como vinieron, elipsis temporal al canto y vuelta a lo mismo, pero esta vez en París. Fundido en negro e inevitable sensación del espectador de haber sido engañado. FIN SPOILER
'El Incidente' es un bluff que por desgracia sí tiene precedentes, más risible que serio (lo del viento es para llorar), con ese recurrido simbolismo inconexo que Shyamalan añade en sus películas, un título que pretendidamente homenajea a la serie B, pero que termina siendo precisamente de serie B, de forma voluntaria, con mala dirección de actores, guión sin consistencia y sin aprovechar lo más mínimo su potencial. La conclusión que queda es que 'El Incidente' podría haber sido una grandísima película de terror insinuado, que despertase verdadera inquietud en el espectador, pero claro, si hubiera estado mejor rodada, mejor interpretada, mejor escrita y mejor desarrollada. Vamos, si hubiera sido otra película. 'El Incidente' es un robo, un intento de acercamiento al gran público de una forma torpe y antipática, una película más destinada al propio Shyamalan que a un amante del cine de terror. Engañosa, decepcionante, tramposa e insustancial.
Más información en Blogdecine sobre 'El Incidente' y M. Night Shyamalan.
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