Gracias a 'La Cenicienta' ('Cinderella', Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske, 1950), Walt Disney volvía a contar con la aprobación mayoritaria del público y eso le daba alas para poder dar salida a producciones que ya llevaban cierto tiempo desarrollándose en el seno de los estudios pero que, por diversas razones —que ya vimos durante el transitar por los años cuarenta— no había podido airear hasta entonces. Y de entre todas ellas, si había una por la que el visionario artista tenía especial interés, esa era la adaptación de la famosa novela de Lewis Carroll.
Cuatro años llevaba ya el filme desarrollándose en las mesas de los dibujantes de la casa cuando el éxito de 'La Cenicienta' permitió a Disney volver a incidir en un personaje que, curiosamente, se encontraba en los inicios de la historia de los estudios en aquellos cortos en blanco y negro dirigidos a principios de los años veinte por el fundador de la empresa, que mezclaban imagen real con animación y que tanto reflejaban lo mucho que al "tío Walt" le atraía el fascinante y surrealista mundo ideado por el literato británico a finales del siglo anterior. Poco podía imaginar Disney los problemas que su interés iba a acarrearle.
La producción de los "mil" guionistas
Hasta trece escritores aparecen acreditados como autores del libreto, un hecho cuanto menos insólito que habla mejor que cualquier otra disquisición acerca de los muchos problemas que Disney se encontró en el camino de trasladar a imágenes en movimiento destinadas a los más peques de la casa un libro que nunca fue dirigido a ellos. Apreciación ésta que cualquier adulto puede hacer al acercarse a la feroz crítica social que supone el texto de Carroll, resulta muy sorprendente que, sabedor de dónde residía el éxito garantizado de sus producciones, el máximo responsable de los estudios insistiera como lo hizo en llevar a cabo esta producción.
Una producción cuya escritura, como decíamos, pasó por trece pares de manos no sin antes encontrar la insólita colaboración de Aldous Huxley. El autor de la magistral 'Un mundo feliz' había acudido en ayuda de Disney por expreso deseo del artista, que creía que el trabajo que el escritor había realizado para las adaptaciones de 'Jane Eyre' y 'Cumbres borrascosas' lo convertía en el nombre idóneo para tratar el complejo material que dimanaba de las páginas de Carroll. Pero el tratamiento de Huxley, cargado de humor adulto y segundas lecturas, se apartaba —y mucho— de lo que Disney quería para el filme.
Y así fue como, de mano en mano por escritores de la casa, 'Alicia en el país de las maravillas' ('Alice in Wonderland', Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske, 1951) terminó por convertirse en ese monstruo de Frankenstein cosido a base de pequeños retales que es un filme que recuerda sobremanera en su desarrollo a aquellos que componen los títulos de los cuarenta, elaborado como está a base de pequeños segmentos sin prácticamente ninguna relación entre ellos más allá de contar con la presencia constante de ese irritante personaje central que es Alicia.
En ausencia de princesas, infinidad de secundarios
Lejos de encontrar aquí la compleja definición que Carroll aportaba al personaje —y que se veía reflejada en esos incontables y magníficos soliloquios que aparecen con recurrencia en las líneas del libro— la Alicia de Disney es una mocosa caprichosa que se echa a llorar por nada y con la que resulta muy complicado conectar debido a su asombrosa carencia de carisma: a fin de cuentas, era esta cualidad la que hacía entrañables a Blancanieves o Cenicienta y, al despojarla de todo y convertirla en una niña común, es normal que la chavalería de la época —de cualquier época— nunca haya sentido del todo a esta rubia algo maleducada.
Quizás sabedor de que el personaje central que da título a la cinta no iba a poder contar con las simpatías naturales del público, Disney y los responsables del filme se volcaron completamente en plagar el metraje de cuántos más secundarios mejor, contando para ello con el increíble glosario que a tal respecto era la obra original, claro está. Y aquí hay donde elegir hasta hartarse considerando que cada uno de esos citados segmentos que comentábamos antes cuenta con varios protagonistas momentáneos que sirven de constante impedimento a Alicia para conseguir su objetivo de encontrar al conejo blanco.
Con los gemelos Tweedledee y Tweedledum, el citado conejo blanco, la morsa, la reina de Corazones o el gato de Cheshire entre algunos de los muchos que llegan a aparecer en pantalla, es indudable que si 'Alicia...' es recordada por algo es por el Sombrerero Loco y la Liebre de Marzo, dos surrealistas personajes que convierten la celebración del no-cumpleaños de Alicia en la escena más memorable de la cinta: plagada de recursos visuales y preñada de un ritmo demencial que no da descanso alguno al espectador, dicha secuencia tiene además la mejor de las ¡catorce canciones! que contiene un metraje de 75 minutos de duración.
'Alicia en el país de las maravillas', la película Disney menos Disney
Me parece que 'Alicia...' ha quedado tan bien como puede esperarse. Creo que va a ser un espectáculo emocionante. Aunque es cierto que tiene el ritmo de un circo de tres pistas, hay en ella bastante entretenimiento y ha de satisfacer a todos, menos a aquél pequeño puñado al que uno nunca puede complacer. Walt Disney
Con el exceso musical que acompaña a Alicia en el transitar por el laberíntico mundo que hay después de la madriguera, si algo pone de relieve la cita que acompaña a estas líneas es que, en última instancia, a Disney no le quedó más remedio que admitir, aunque fuera a regañadientes, que 'Alicia...' no es el filme que él hubiera querido hacer. Y si aquí podríamos aducir múltiples razones, una fue la que de forma mayoritaria alejó a la cinta del cuento "a la Disney' que el "tío Walt" habría querido producir: la presión de los puristas del texto original.
Éstos que, como siempre, pensaban que no había que cambiar ni una coma de libro de Carroll, encontraron injustificados los cambios que en un momento u otro se plantearon para hacer más accesible al público infantil el relato del británico, algo que habría provocado sin duda en última instancia el que la Alicia animada se hubiera parecido aún menos de lo que ya vemos aquí a su contrapartida impresa. Claudicando pues ante las presiones, lo que el artista y su equipo terminaron plasmando en 'Alicia en el país de las maravillas' son ideas por momentos inconexas que, eso sí, se apoyan en una espléndida animación.
Y aquí no hay queja posible por parte del que esto suscribe. La belleza plástica que construye el fantástico mundo por el que se pasea la protagonista es tan a prueba de bombas como lo son los múltiples diseños de unos personajes que, inspirados en las ilustraciones originales del libro, se terminaron adaptando al "factor Disney" ante la aparente imposibilidad práctica de trasladar de forma "literal" los dibujos que John Tenniel había creado para acompañar a la prosa de Lewis Carroll. Una lástima de oportunidad perdida, la verdad.
Sin mucho a lo que asirse, el público de la época rechazó casi de pleno la propuesta que 'Alicia...' le planteaba, y la cinta fue un fracaso de taquilla que ocasionó pérdidas a los estudios de casi un millón de dólares. Vista hoy, lo que queda muy claro es que de no ser por su protagonismo en parques temáticos e incontables operaciones de mercadotecnia en la que ha estado implicada, 'Alicia en el país de las maravillas' no pasaría de ser un filme relegado al mismo "olvido" al que han se han visto abocadas otras muchas producciones de la compañía.
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epic
No estoy de acuerdo con esta crítica. Como aficionado a Carroll creo que es una adaptación razonablemente fiel, y que Disney arriesgó mucho (y perdió) para conseguirlo. No llega al nivel de clásicos como Blancanieves, Pinocho, La Bella Durmiente o El Libro de la Selva, pero es altamente disfrutable y muy digna.
Hay que decir, primero, que malinterpretas los libros cuando dices que el libro "no estaba dirigido a los niños" o que es una "feroz crítica social". Carroll sí dirigió el libro a los niños (o más bien a una niña concreta) y nunca mostró ningúna conciencia social (aparte de la adoración por la nobleza y el desprecio a los inferiores). El libro refleja el mundo personal del autor, un hombre amable pero inmaduro y excéntrico, una especie de Michael Jackson victoriano con la mente de un matemático.
Así que actualizar el relato poniendo haciendo a la protagonista más "normal" y cambiando aspectos sociales no me parece ninguna traición, puesto que Carroll intentó reflejar lo que él pensaba que era una niña de su época en la sociedad de su época, que para nosotros ahora serían más exóticas que las de China o Irán.
El carácter fragmentario de la narración tampoco es ajeno a los relatos de Carroll, cuya lógica, si la tienen, es la de los sueños. Consciente de ello, en el segundo libro intentó dar coherencia al relato y lo único que se le ocurrió fue organizarlo como una partida de ajedrez, con lo que no consiguió más que privarlo de la frescura que tenía el primero.
Los demás defectos que sacas, o sea la relativa indefinición del personaje protagonista, las canciones y la "blandura" de los dibujos, son características comunes a (casi) todas las películas de Disney. Si eso no te gusta, no te gusta Disney.
La mejor manera de comprender lo buena que es esta película y lo fiel que es a los relatos de Carroll es compararla con el vomitivo engendro que perpetró Tim Burton en 2010.
Lindsay Lohan
"Es una mocosa caprichosa que se echa a llorar por nada"
Si yo me quedase atrapada dentro de un hoyo seguramente también me echaría a llorar.
Tú es que eres frío y duro, como los filetes de Alcalá Meco.
Antonio
Completamente de acuerdo con tu contra critica Epic.
Me recuerda mucho a las criticas que hacen del cuento original del Mago de Oz, cuando los “expertos” sacan tantas lecturas y matices como comas hay en el relato, olviando por completo el carácter y estilo profundamente infantil que hay en el mismo.
En mi opinión, se pueden sacar dobles lecturas y cargas sociales a casa cualquier relato de mas de dos paginas, pero “Alicia... ” no deja de ser en ningún momento un cuento infantil (más oscuro y duro que los de ahora) y como él hay que tratarlo en todo momebto .
Usuario desactivado
Muy de acuerdo con el comentario de Epic. A la "Alicia..." de Carroll se le atribuyen muchas lecturas que no se corresponden con la realidad, por lo que creo que esta es una buena adaptación, aunque le falte algo para ser grande.
Sin ir más lejos, recuerdo ésta con más cariño que otros clásicos de Disney mejores.
fandeseries12
Tal vez no es el personaje que haya hecho sentir a más gente identificada, pero la película es un gran clásico Disney y el conjunto de todos los personajes han hecho una obra maestra inolvidable. Genial queda el gato de Chesire cuándo va desapareciendo y sólo le queda la sonrisa.
loula2
De pequeña me tenía fascinada esta película, y no precisamente por la protagonista. Son los personajes que van apareciendo en ese mundo loco y espectacular a lo largo de la historia los que la hacen estupenda, en especial el gato de Chesire, una gozada!!
Y si que en principio era un relato escrito para una niña en concreto, pero como tantos cuentos en origen infantiles, permite interpretaciones variadas. Y la de Disney a mi me parece perfecta para los niños....
El Fabuloso Dr. Manga
Uno de mis clásicos favoritos. Y por encima de la fiesta de no-cumpleaños, está ese gran gato de Cheshire que aúna locura y lógica a partes iguales.
princecharming
Pues que quieres que te diga.....para gustos colores....yo crecí viendo hasta 74 veces la película de Alicia, hasta empapármela de manera que me sabía de memoria hasta el último suspiro que por ahí se oía y hasta la última nota musical que salía de la pantalla....me volvía loco ese mundo que no tenía ni pies ni cabeza....a veces el resultado no es lo que uno buscaba, pero eso no quiere decir que no sea bueno...Me fastidia que la gente de la época de su estreno no supiera ver mas allá...
rencka
A mi siempre me ha gustado, yo creo que lo que pasó en taquilla es que estaba adelantada a su tiempo. Sin generalizar, no creo que muchos adultos que visitaron el cine en esa época disfruten mucho de la creatividad de las historias de hoy. Además ese circo de secundarios como dices, de maravilla.
plcuervo
fracaso en taquilla pero años despues fue salvada por los hippies, curiosamente odiados por el tio Walt