Fabrice Du Welz se obligó a sí mismo a permanecer durante seis años sin dirigir una sola película, concretamente tras el fracaso de taquilla de ‘Vinyan’ (id, 2008), film que no merecía tal desprecio. El autor de la enfermiza ‘Calvario’ (‘Calvaire’, 2004) ha vuelto durante el pasado 2014 con dos películas que sufren los problemas de la distribución actual, que si no hablamos de un blockbuster no saben cómo vender todo lo demás. ‘Alléluia’ está protagonizada por nuestra Lola Dueñas, y ahí sigue la película perdida en el olvido.
La citada película y ‘Colt 45’ (id, 2014) pasaron por el Festival de Sitges, el único reducto que parece acoger films y darles una oportunidad para ser vistos en pantalla grande en nuestro país, aunque luego nadie vuelva a saber de ellos. Con la presente, un thriller de acción, el belga se revela como un perfecto orquestador de set pieces frenéticas, de una violencia seca y contundente, muy superiores al falso cine de acción que nos llega de USA.
‘Colt 45’ posee una duración de 83 minutos, algo impensable en muchos de los thrillers estadounidenses de acción actuales, que deben marear la perdiz hasta límites inimaginables. Va directa al grano sin ningún tipo de contemplación ni reserva. Perset da vida a un increíble tirador de la policía francesa, un auténtico experto en armas. Enseguida llama la atención del gobierno americano para operaciones de alto secreto en las que poder utilizar su talento con las armas. Un talento para reinar en el infierno y no ser un sirviente en el cielo, tal y como reza el film en un determinado momento.
Contundente violencia
Du Welz enfrenta al personaje a dos tipos de situaciones muy diferentes. Por un lado, el entrenamiento, en el que no comete un solo fallo y sus resultados están muy por encima de la media. Por otro, la vida real, llena de policías corruptos, pasados borrosos, deudas pendientes y criminales que no se andan con juegos. El personaje central, con el dato de que es muy joven, será empujado literalmente a un mundo duro de hombres con sangre en las manos. El cordero lanzado a los lobos, sin oportunidad de elegir, hasta que tenga que tomar sus propias decisiones con determinación, y un arma.
(D'ici à la fin, spoilers) Llama poderosamente la atención el hecho de que el personaje central fabrique unos cartuchos que son la envidia de todo tirador, y los mismos acaben circulando en operaciones secretas. El talento de un joven emprendedor en un mundo hostil y cruel lleno de adultos (jefes) obsesionados con un mundo que quieren controlar a base de fuerza. La inexperiencia del joven en el mundo real se verá saldada con un gran sentimiento de decepción y tristeza, más tarde convertida en violencia y rabia imparables.
Las secuencias de acción de ‘Colt 45’ cortan la respiración por su contundencia, porque no hay filigranas ni movimientos imposibles. La cámara se llena de sangre al impacto de un proyectil en un cuerpo. Du Welz tal vez flojee en las transiciones de escenas, demasiado bruscas y atropelladas, pero una vez metido en materia, lleva al espectador a un verdadero infierno en el que la predicción del oficial que quiere reclutar a Vincent (Perset) se hace realidad.
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