La gran mayoría de películas bélicas que admiramos tienen una base anti-bélica, intentando plasmar los horrores del conflicto para concienciar de la necesidad de no repetirlos. Aunque hacer un glorioso espectáculo con esas escenas de guerra terminan haciéndola excitante y emocionante, menoscabando las buenas intenciones de sus autores. Al menos eso defendía François Truffaut declarando que "todas las películas sobre la guerra terminan siendo pro-guerra". Pero nada es tan categórico, y 'Senderos de gloria' consigue escapar en buena parte de esa afirmación.
Camino a la perdición
Una obra maestra del género bélica, y seguramente la mejor película que ha dirigido Stanley Kubrick en toda su carrera. Son palabras bastante mayores, ya que hablamos de uno de los mejores directores de todos los tiempos, que ha firmado infinidad de obras imprescindibles. Pero su gran cinta sobre la Primera Guerra Mundial, en perfecta sintonía con un magnífico Kirk Douglas, bien puede ser lo mejor que ha realizado, además de una de las cintas más cruciales para el desarrollo de su carrera.
En ella, un general francés manda a que las tropas vayan a una posición alemana bien defendida a intentar reclamarla, aunque sea una misión suicida. Cuando esta operación se desarrolla, se confirma la imposibilidad de su éxito, así que el regimiento realiza la retirada a las trincheras. Humillado, el alto mando decide colocar la responsabilidad del fracaso en tres soldados, que son juzgados por un tribunal marcial para ser castigados de manera ejemplar.
El coronel Dax, interpretado por Douglas, intentará que se haga justicia por los soldados, acusados de manera caprichosa por el alto mando para escurrir el bulto y salirse con la suya en su negligencia. Tras una primera mitad de relato donde se realiza una de las secuencias más desgarradoras y explosivas del género bélico clásico (justo la clase que los detractores argumentarían que glorifica el conflicto), la película se transforma en un monumental drama judicial donde está en juego más que el destino de tres hombres.
Kubrick hace un increíble relato sobre crímenes humanos del más alto nivel. Sobre ajusticiar a los que realizan el trabajo más duro en los escalafones rasos, ya que tan solo son números sobre el papel, y sobre intentar endiñarles la responsabilidad de un sistema fallido. Una destrucción de la individualidad y de la decencia más básica, que no se resuelve de la manera más convencional incluso aunque Douglas de una interpretación sobresaliente y digna de estar en el panteón de los abogados defensores del cine de juicios.
Su demoledor final es uno de los que te dejan compungido como espectador, llevando la película a una condición más allá de la perfección. La película fue clave para que Kubrick se estableciese como director en Hollywood, ya que venía de que 'Atraco perfecto', otra de sus grandes joyas, decepcionase en taquilla. Aquí entró en sintonía con Douglas, que contaría con él para 'Espartaco', y dio también el salto para volverse un cineasta imprescindible. Esta noche podremos disfrutar en La 2 a partir de las 22 de esta maravilla que es 'Senderos de gloria'.
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