Los programas de corazón buscan prestigiarse

Los programas de corazón buscan prestigiarse
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No tiene que ser fácil dar la cara un viernes o un sábado por la noche en los dos espacios estrella que tratan del colorín como si estuvieran diseccionando ranas vivas en un laboratorio. ¿Dónde estás corazón? (Antena 3) y La Noria (Telecinco), ofrecen semanalmente altas dosis de carnaza disfrazada y ahora, visto el panorama, compiten entre ellos por ser el programa más decente. La carrera, que sólo les incluye a ellos, tiene una meta absurda porque en este caso ninguno puede ganar pero siguen intentando entrar en quinielas que no les corresponden y hablan de información, de dignidad, de actualidad y de otros principios y géneros que se dedican a destrozar semanalmente.

Jordi González, presentador de La Noria, se pregunta en una entrevista por qué ningún político quiere ir a su programa. Supongo que es una pregunta retórica y obligada, pero de ahí a decir que si los políticos van a la radio a que les escuche poca gente no entiende porqué no quieren lucirse ante tres millones de personas me parece que va un paso. Comparar lo que se hace en La Noria con un programa de radio informativo y riguroso, sea cual sea su inclinación política, me parece que es tener el ego disparado.

Desde ¿Donde estás corazón?, en cambio, prefieren parapetarse en el estatus de programa del corazón al uso y desprestigian a La Noria a la mínima oportunidad. Chelo García-Cortés dice hoy en una entrevista que el suyo es un programa digno porque no se disfrazan de actualidad ni tiran del morbo, confirma que rechazaron entrevistar a Violeta Santander porque pedían mucho dinero por su presencia y afirma que ella no la crucificaría como hizo Jordi González. Francamente, yo no sé qué es peor. Pero lo mejor es que después de esta declaración de intenciones confiesa que se quedó con ganas de pegar al hijo de Andrés Pajares.

Yo no entiendo qué necesidad tienen estos programas de buscar una vía para respirar, si no engañan a nadie. Qué sentido tiene mostrar posturas éticas y morales si luego, semana a semana, se cargan cualquier código deontológico. Yo creo que lo mejor para el espectador sería que estos programas compartiesen franja horaria y acabasen el uno con el otro porque lo que está claro es que no hay público para los dos, pero eso no va a pasar nunca. Mientras tanto, sólo nos queda asistir boquiabiertos a esta especie de diálogo para besugos. Yo me pregunto qué tipo de programas se creen que hacen.

Vía | Diario de Navarra, Vertele En ¡Vaya Tele! | David Meca le saca los colores a ¿Dónde estás corazón?

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