Hablemos por un momento del Péplum, las películas de espadas y sandalias que de tragedias bíblicas exageradas creaba espectáculos sin mayor intención que serlo. Algunas de esas películas tienen alta consideración, muchas de ellas (incluyendo una ingente cantidad de producción italiana) se denostaban críticamente o se les hacía mofa pública, sobre todo por parte de espectadores más cínicos que las ven con perspectiva. Sin embargo, se veían.
Se podría hacer un argumento de que el blockbuster medio actual es una regurgitación del péplum, del espectáculo porque sí sin verdaderos aspectos que rascar y hasta fácil de desmontar, cambiando la artesanía de decorados y vestidos por exuberancia de pantalla verde. Con todo, hay una saga que realmente ejemplifica el divertido delirio al que podía llegar a veces el péplum, y ha llegado hasta las diez películas subiendo cada vez más la apuesta.
Arranquen motores
La última de ellas, 'Fast & Furious 9' acaba de llegar a Amazon Prime Video para dinamitar la plataforma de igual manera que lo hizo en su eufórico estreno en cines. Su desmelenado (e incluso descerebrado) espectáculo fue recibido con los brazos abiertos tras un año de encierro por la pandemia, y supuso una catarsis colectiva a través de recordar lo bien que sienta la diversión sin complejos en una sala grande.
No vale la pena recordar cuestiones argumentales, siempre fueron lo de menos en una saga que ha disfrutado del trazo grueso en sus conflictos familiares. "La familia" liderada por Vin Diesel se enfrenta a un nuevo desafío internacional con otra amenaza de ciencia ficción y la única manera de resolverlo es con coches y con destrozos a vista de todo el mundo.
Persecuciones por la jungla a toda velocidad, colgándose de lianas si es preciso, conducción por calles europeas estrechas, uso indiscriminado de imanes para peleas sobre ruedas y hasta un enajenado viaje hacia el espacio exterior. Justin Lin encadena secuencias que siguen subiendo la apuesta absurda de 'Fast & Furious' y encuentra el gozo profundo en todo ello.
'Fast & Furious 9': el nuevo péplum
Además de hacer medianamente comprensible una acción descomunal e imposible, Lin consigue darle una interesante base a la película que, si bien no necesita, explota un factor emocional que cumple la misma función que las secuencias más exageradas. El conflicto del Dom Toretto de Diesel con su hermano desaparecido, interpretado por John Cena, tiene los mismos rasgos de tragedia bíblica que tanto ha explotado el péplum, y que da un esqueleto funcional pero lo bastante disparatado para no desentonar con el ruido de las otras escenas.
Ese trabajo que muchos verían totalmente prescindible es justo lo que aporta Lin a una saga que, por suerte, nunca necesita de coartadas de ningún tipo para ponerse a funcionar. Puedes pretender desmontarlas, pero 'Fast and Furious 9' es el enésimo ejemplo de cómo disfrutar con la algarabía, de cómo abrazar el absurdo y hacer cómplice al espectador para hacer un viaje entretenidísimo. En ese sentido, saben hacer su trabajo como pocas franquicias de acción.
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