Zoë Kravitz ha hablado sobre el debate en sobre si alguien puede ser fan de la obra de un artista polémico pero no aprobar sus acciones. En medio de la cultura de la cancelación y del movimiento #MeToo, en el que han salido a la luz acusaciones contra actores y autores, la estrella de 'The Batman' y ahora directora del estreno 'Parpadea dos veces' ('Blink Twice'), Kravitz, ha declarado a Esquire que no se avergüenza de seguir apreciando las películas de directores que podrían ser cancelados.
Polanski y el ardor cultural
Kravitz citó específicamente su admiración por el cine de Roman Polanski, quien ha dirigido dos de sus películas favoritas, 'La semilla del diablo' y 'El quimérico inquilino'. El problema es que el director abandonó Estados Unidos en 1978 tras declararse culpable del violación de una niña de 13 años, que desde entonces ha defendido al director. La actriz y cineasta es clara sobre la separación del arte y el artista.
"Está bien que alguien malo haya participado en algo bueno. ¿Qué se supone que tenemos que hacer, deshacernos de Estados Unidos? Aunque para algunas personas pueda ser considerado controvertido, se puede seguir apreciando las películas de Polanski, su vida personal no afecta a su fandom".
Otros directores en los que se inspira Zoe Kravitz son Quentin Tarantino, Martin Scorsese, Paul Thomas Anderson, Penny Marshall, David Fincher y los hermanos Coen. El debut como directora de Kravitz, 'Parpaea dos veces', también suscitó polémica con el título original del proyecto: 'Pussy Island' ("Isla de coños").
"Escribí un sueño febril de una novela. En cuanto al cambio de título, a instancias del estudio Amazon MGM, ¿me molesta que haya un espectáculo llamado 'Dicks: The Musical' ["Pollas: El musical"]? Algo así. Lo interesante es que probaron el título y las personas que más se ofendieron fueron las mujeres".
Ya antes había declarado a Entertainment Weekly que intentaba reivindicar la palabra "coño" con el guión. Sin embargo, el público de los test screenings no lo vio así.
"Curiosamente, después de investigarlo, las mujeres se sentían ofendidas por la palabra, y al ver el título decían: 'No quiero ver esa película'. Que es parte de la razón por la que quería tratar de usar la palabra, que es tratar de reivindicar la palabra, y no convertirla en algo que nos sentimos tan incómodos usando. Pero aún no hemos llegado a ese punto. Y creo que es algo que tengo la responsabilidad de escuchar como cineasta. Me importa que la gente vea la película, y me importa cómo hace sentir a la gente".
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