"Un perro tiene bondad en su corazón, y dignididad en su porte. Las mejores cualidades que cualquiera puede tener."
Un 13 de enero nacía Kay Francis —verdadero nombre: Katharine Edwina Gibbs—, conocida por ser la primera gran estrella de la Warner, y la actriz mejor pagada durante los años treinta, la de mayor gloria para Francis, quien tras esos fructíferos años vio cómo su estrella se apagaba poco a poco. Amigas como Carole Lombard intentaron echarle una mano en su recuperación artística. Al parecer Francis no tenía buen ojo eligiendo guiones. Con todo, fue una de las estrellas más míticas de la época dorada de Hollywood. En lo personal, su vida era un completo caos, sobre todo emocional y sexualmente. Intervino en 69 películas.
Títulos imprescindibles para hacerse un homenaje: 'Los cuatro cocos' ('The Cocoanuts', Robert Florey, 1929), su debut, nada menos que al lado de los locos hermanos Marx, cuando aún eran cuatro; 'Viaje de ida' ('One Way Passage', Tay Garnett, 1932), por ser una enferma terminal que se enamora de un condenado por asesinato en la piel de William Powell; 'Un reportaje sensacional' ('Scandal Sheet', John Cromwell, 1931), por ser la esposa del director de un periódico sensacionalista ante la noticia de su vida; 'Un ladrón en la alcoba' ('Trouble in Paradise', Ernst Lubitsch, 1932), por competir con Mirian Hopkins por el amor de Herbert Marshall; 'Dos mujeres y un amor' ('In Name Only', John Cromwell ,1939), por ser la pérfida esposa de Cary Grant, quien realmente está interesado en Carole Lombard.