Aunque el estreno en España de la nueva versión de 'Hellboy' viene envuelto en una sensación agridulce, ya que será una versión con la violencia extremadamente suavizada, hay aspectos del film que permanecen inamovibles, con cortes o sin ellos. El principal es la composición de David Harbour como Hellboy, un personaje al que consigue inyectar un carisma demoledor y brutal, pese a haber tenido que trabajar bajo asfixiantes capas de maquillaje.
Hemos tenido ocasión de hablar con el actor, popular gracias a su interpretación del sheriff Hopper en 'Stranger Things', pero dueño de un carisma capaz de competir con el de Ron Perlman, su predecesor en el papel del demonio cazafantasmas de cuernos afeitados. Le hemos preguntado por ese ilustre precedente, por supuesto, y por otras cuestiones relacionadas con la creación del personaje.
- ¿Cuál fue tu primera reacción al guión cuando te llegó?
Por encima de cualquier otra cuestión, era un gran proyecto, así que ha sido muy emocionante. Creo que es un personaje que merecía una voz propia y personal más allá del cine de superhéroes que se hace hoy, más oscuro y con una personalidad individual. Así que me encantó abordar el proyecto.
- La primera interpretación del personaje, de Ron Perlman en las películas de Guillermo del Toro, es muy querida por los fans por su fidelidad al original. ¿Te ha influenciado a la hora de abordarlo?
Me gusta mucho su interpretación, creo que es extraordinaria. Al ser el mismo personaje, obviamente hay elementos en común, pero luego hay diferencias que proceden de la forma en que cada uno de los actores ve a Hellboy. La visión de Ron está más cerca a la sensibilidad de Guillermo del Toro, y la mía más cercana a cómo lo entendemos Neil Marshall y yo. Supongo que visto el resultado, está claro que somos artistas algo más oscuros. Nuestra forma de entenderlo es más brutal, propia de que estamos en 2019 y no en 2007 o 2008, como ellos.
Lo que más interesante me resultó del personaje, y que creo que diferencia nuestra versión de la de ellos, es la lucha de Hellboy por encontrar una identidad. Creo que la mejor idea de nuestra película es la del atractivo del mal, y la lucha interior de Hellboy por desatar o no el apocalipsis, o si es capaz de sacrificarse para salvar a la gente. Entender qué es el amor, personificado en la figura del padre que lo adoptó cuando era pequeño es lo que hace crecer al personaje, y eso es lo que hace especial nuestra historia. Lo cierto es que bajo toda su brutalidad es la historia de un niño que tiene que madurar.
- ¿Conocías los cómics de Mike Mignola? ¿Te influyeron a la hora de componer el personaje?
Sí, los descubrí cuando tenía unos veinte años, a través de un amigo. Lo que hice fue crear una especie de recopilación de grandes momentos del cómic, como un álbum de recortes, y fui recogiendo expresiones, momentos, viñetas que me gustaban. Del personaje intenté captar distintos aspectos de su movimiento, de su presencia física, su mandíbula, su ceño, su mirada, su lenguaje corporal, y luego a través de todo ello intenté entender su psicología.
Me gusta mucho el humor de los cómics, y también cómo reformula los mitos: el Rey Arturo, Baba Yagá, las criaturas... me encanta la paleta de color que usa Mignola, y también fue estupendo hablar con él acerca de qué inspira su obra, por qué creó Hellboy y por qué es importante para él.
- Siendo Hellboy un antihéroe más que un héroe al uso, ¿qué crees que resulta tan atractivo para los fans?
Me gusta la idea del destino, pero sobre todo que se contemple desde un punto de vista casi genético: Hellboy está genéticamente predestinado a desatar el fin del mundo, y tiene que luchar contra esa identidad todo el tiempo. Creo que hasta cierto punto todos somos animales, todos consumimos a otros seres vivos, matamos, nos comportamos como bestias... tenemos que pasar por un proceso para controlar ese super ego, y vivir en sociedad respetando a los demás, porque también somos animales sociales.
También me gusta la idea de que se sacrifique para llegar a ser una buena persona, que sacrifique una parte brutal de sí mismo que le impide ser un héroe. Con héroes como Superman, sabes que siempre va a hacer lo correcto, porque es inmortal e infalible. Es complicado crear drama con él, porque tienes que crearle enemigos aún más poderosos. Pero con Hellboy, es a él mismo a quien tiene que vencer.
- ¿Qué desafíos te ha presentado una interpretación que ha necesitado tanto maquillaje?
Fue muy exigente, nunca había hecho algo semejante. Es complicado expresar emociones, dar vida a la psicología del personaje con las prótesis. Para ensayar me hice un traje casero con material deportivo, y andaba por todas partes con él puesto, viendo qué podía aportar a los gestos y los movimientos. En última instancia ha sido muy liberador porque es muy distinto de mí y he tenido que tomar muchas decisiones creativas: la voz, la forma de caminar, de moverse, la forma en la que da puñetazos... todo eso es una creación de cero. Muy difícil, pero también muy divertido.
- Y finalmente... si se presentara el fin del mundo, ¿te gustaría afrontarlo como Hellboy o como Jim Hopper?
Muy difícil y muy buena pregunta. Si los dos se enterasen de que va a llegar el fin del mundo lo recibirían muy borrachos (risas). Pero posiblemente apostaría por Hellboy.
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