Esta pasada madrugada el actor asturiano Frank Braña, cuyo verdadero nombre era Francisco Braña Pérez, falleció en el hospital Puerta de Hierro Majadahonda debido a una insuficiencia pulmonar. Tenía 77 años.
Braña empezó muy joven el cine siendo especialista, trabajo que consiguió después de ser chófer y minero. Su primera aparición fue en 'Café de Chinitas' (Gonzalo Delgrás, 1960), a la que siguieron muchas intervenciones en coproducciones filmadas en España, tal es el caso de 'Rey de reyes' ('King of Kings', Nicholas Ray, 1961) o los cuatro westerns de Sergio Leone 'Por un puñado de dólares' ('Per un pugno di dollari', 'La muerte tenía un precio' ('Per cualche dollaro in più', 1965), 'El bueno, el feo y el malo' ('Il buono, il brutto, il cattivo', 1966) y 'Hasta que llegó su hora' ('C´era una volta il West', 1968), convirtiéndose en un rostro muy popular dentro del injustamente subvalorado género del spaghetti western, rodando infinidad de films, siempre de secundario y a veces ni acreditado.
Tal y como me lo ha definido Carlos Aguilar, un auténtico experto en el subgénero:
Braña, mediante su rigidez corporal y expresión granítica, con esas cejas inmensas y pelo prematuramente encanecido, contribuyó con dignos papeles de reparto a configurar la tipología de un período irrepetible del cine europeo: las coproducciones de género de los años sesenta-setentaY así fue, su presencia, inolvidable por su físico era de las que se quedaba retenidas en la memoria. Escribió un libro titulado 'Morir con dignidad en el cine', por la cantidad de veces que tuvo que morir en la ficción. Cuando se le preguntaba el porqué de su nombre en inglés decía que era porque lo español no estaba bien visto en aquellos años y lo de fuera sí. Su última aparición en cine fue en 'Tiovivo c. 1950' (José Luis Garci, 2004), tras lo cual se retiró debido a la silicosis, herencia de sus años en la mina.
Hasta siempre Frank
Vía | ABC
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