Cuando hablamos de grandes estrellas que, además de lucir palmito en pantalla y mostrar sus mayores o menores dotes interpretativas frente a la cámara, hacen sus propias escenas de riesgo sin necesidad de dobles, es prácticamente cuestión de segundos que aparezca Tom Cruise en la conversación. Pero este adicto a la adrenalina que eleva aún más si cabe el listón de temeridad a cada entrega de la saga 'Misión: Imposible' que estrena, no es, ni mucho menos, único en su especie.
De profesión: no tan duro
Puede que uno de los grandes ejemplos de este tipo de actores polivalentes y sin miedo a partirse el cráneo en un set de rodaje sea el tristemente desparecido Patrick Swayze, quien antes de demostrar su pasión por los deportes de riesgo surfeando y saltando de un avión en la genial 'Le llaman Bodhi' —'Point Break'— de Kathryn Bigelow, dejó claro que sabía repartir estopa en la icónica 'Road House' de 1989.
En ella Swayze dio vida James Dalton, un hombre que termina trabajando como portero en un convulso garito de Missouri llamado Double Deuce, donde tiene que demostrar sus dotes para las artes marciales noche sí y noche también para mantener el local limpio de criminales. Lejos de tirar de especialistas, el actor optó por protagonizar él mismo todas las escenas de acción de la película; pero no pudo cumplir su deseo al 100%.
Entre todos los stunts más desafiantes de la 'De profesión duro' original, se encontró uno que el director Rowdy Herrington consideró demasiado peligroso como para que lo interpretase el bueno de Patrick, exigiendo reemplazar a la estrella y a su compañero de reparto Marshall R. Teague por dobles de riesgo. Este no fue otro que el momento en el que James tira a su rival Jimmy de una motocicleta en marcha para abrir paso a una pelea tan campy como memorable.
Está claro que nunca llueve a gusto de todos, y es comprensible que cuando hablamos de intérpretes de primera línea con sueldos tan abultados como, probablemente, lo sean sus seguros de vida, las productoras prefieran curarse en salud y ahorrarse potenciales millonadas en indemnizaciones y en dinero malgastado teniendo que paralizar un rodaje. Por suerte, Tom Cruise encontró la clave para puentear esto: sé el propio productor de tus películas.
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