Esta semana ha habido fallecimientos y fallecimientos. Entre los menos publicitados está el de Charles Napier, rostro muy familiar entre los cinéfilos que crecimos en los 80. Roger Ebert le definió como el actor de carácter con una sonrisa de ‘Tiburón’ (‘Jaws’), descripción bastante acertada de un intérprete que se hizo famoso obre todo por sus papeles de villano. Su andadura dio comienzo a principios de los 70 en el mundo televisivo, en numerosas series, hasta que empezó en el cine haciendo pequeños papeles para directores como Russ Meyer —‘Supervixens’ (1975)—, o Jonathan Demme, con el que colaboró varias veces, siendo una de ellas ‘El silencio de los corderos’ (‘The Silence of the Lambs’, 1990), en la que daba vida a un teniente de policía.
Seguramente muchos de vosotros le recordareis por el personaje que interpretó en ‘Rambo’ (‘Rambo: First Blood Part II’, George Pan Cosmatos, 1985), uno de los más famosos de Napier, antagonista de Sylvester Stallone, sobre todo en una escena final muy conocida. Aunque sus facciones y porte le hacían idóneo para personajes cabrones como el mencionado, al actor también se le puede ver su vena cómica en films como ‘Granujas a todo ritmo’ (‘The Blues Brothers’, John Landis, 1980) o las dos primeras entregas de ‘Austin Powers’.
Nunca dejó de alternar sus trabajos cinematográficos con los televisivos, donde tal vez consiguió más relieve. Su última aparición en una película fue en ‘Quemando ruedas’ (‘The Goods: Live Hard, Sell Hard’, Neal Brennan, 2009), y en televisión en la serie ‘Archer’ (2009- ).
Hasta siempre Charles.
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