Reconozco que sigo con pasión la carrera del francés Michel Gondry, y por eso temía especialmente que mi visionado de 'Rebobine, por favor', una película estrenada en nuestro país hace unos meses sin pena ni gloria, estuviese condicionado por el hecho de que me considero un forofo de este director. Se hace demasiado evidente que tocó techo con '¡Olvídate de mí!', una de las mejores películas de amor que un servidor ha visto, a pesar de su poco accesible desarrollo argumental, y lo primero que podemos decir es que a 'Rebobine, por favor' le ocurre lo mismo que 'La ciencia del sueño'. Llega un momento en el que el guión (y los personajes) vagan a la deriva, sacrificándose en pro del aspecto visual y la revolucionaria idea que esconde la película.
'Be Kind Rewind', título original, y como siempre, mejor, es también el nombre de un vetusto videoclub de un barrio periférico, que todavía funciona con cintas VHS. Su dueño, el viejo señor Fletcher (Danny Glover) se resiste a mudarse ante la insistencia del ayuntamiento de demoler el edificio e irse a una vivienda de protección oficial. Viendo que tiene la soga al cuello, viaja unos días con la excusa de que va a asistir al homenaje de Fats Waller, un pianista de jazz al que venera, cuando en realidad medita sobre cómo reinventar su negocio. Para ello, deja a cargo del establecimiento a Mike (Mos Def), su bondadoso aunque algo tonto empleado. Le advierte desde el principio que se aleje de Jerry (Jack Black), un experto en romper todo lo que toca. Al intentar asaltar una central eléctrica, Jerry se queda totalmente magnetizado y es una suerte de imán humano, por lo que borra sin querer todas las bandas magnéticas de las cintas VHS del videoclub. Desesperado, Mike no sabe cómo atender la petición de la señora Falewicz (Mia Farrow), una amiga de Fletcher con la que éste habla por teléfono cada noche para ver cómo va la tienda en su ausencia. Entonces aparecen las "suecadas".
Como la señora Falewicz ha pedido una copia de 'Los Cazafantasmas', Mike y Jerry deciden hacen una versión casera con ellos mismos como actores, y reinterpretando la película como buenamente pueden, grabando su propia versión encima de la cinta original para hacer creer a Falewicz que esa es la verdadera película. Al ver el éxito provisional de tan alocada idea, Mike y Jerry repiten experiencia con 'Robocop' y 'Hora Punta 2', por lo que cada vez necesitan más medios y actores (van a una lavandería en busca de una joven atractiva, en lo que aparece, a su pesar, una inmigrante llamada Alma), y se ganan la simpatía de todo el vecindario.
'Rebobine, por favor' es una película curiosísima que explora aquello del metacine, y que hace divertido un planteamiento que no tendría por qué serlo tanto. Gondry, con un guión propio con el que campa a sus anchas, como siempre sabe combinar algunas escenas algo irritantes e incómodas por lo absurdo de la situación, con otras desternillantes y que encuentran la complicidad absoluta de todo aquel que sepa pasar un buen rato viéndola. Todos los cinéfilos, cortometrajistas aficionados, estudiantes y licenciados en Comunicación Audiovisual, etc. deberían tener esta película como una de referencia, que se sabe reír de sí misma sobradamente y parodiar grandes hitos del cine mundial ('2001', 'King Kong' y un interminable etcétera) con ingenio y un humor único e irrepetible.
Por desgracia, este maremágnum de parodias pronto se transforman en una sucesión de gags sin apenas continuidad, en el que el guión se desvanece para profundizar en su verdadero mensaje: la irrupción de Internet como vehículo para que la obra cinematográfica de todo cinéfilo de a pie pueda ser vista por miles o millones de personas. En concreto, Youtube. Las "suecadas", ese término que antes he mencionado, no son más que las versiones cutres, por así decirlo, de las películas que Jerry y Mike deberían tener en su videoclub. Así puestos, los ejecutivos de la Propiedad Intelectual, en un cameo estimable de Sigourney Weaver, les paran los pies con una multa estratosférica. El último recurso para salvar el videoclub del señor Fletcher es hacer una película que honre a Fats Waller, algo que todo el mundo acoge con un espíritu participativo.
Si bien la verosimilitud del conjunto está por los suelos y SPOILER el final es muy pasteloso, por no hablar de lo predecible FIN SPOILER, el hecho de que la película sea tan complaciente es un punto a favor, lo que no se puede decir con frecuencia. La música, a todo esto, de Jean-Michel Bernard tiene sus momentos disfrutables, a pesar de que no se hace mucho eco. Jack Black y Mos Def cumplen, aunque hay que destacar mejor a Danny Glover en el único papel que le he visto en muchos años donde tiene vía libre para usar toda su gama de recursos actorales.
Es 'Rebobine, por favor' una película claramente inspirada en Youtube, que homenajea al cine como quien escribe un soneto a su amada, y que reflexiona sobre el futuro del séptimo arte de una manera optimista y entrañable. A menudo se compara con 'Cinema Paradiso', y evidentemente sale perdiendo. No obstante, un producto contracorriente, muy divertido y que sabe en todo momento hasta dónde puede llegar para no parecer pretencioso.
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