La teoría del autor ya impuesta en cómo discutimos diariamente del cine nos ha llevado a primar al director como voz principal y final sobre la que recaen las intenciones y resultados de una película. El Hollywood clásico no favorece tanto esa lectura a menos que la apliquemos también a los productores como David O. Selznick, con una autoría notable en ambiciosas producciones como ‘Duelo al sol’.
Un sol ardiente
Protagonizada por Jennifer Jones y Gregory Peck, con King Vidor como director acreditado (aunque llegaron a pasar casi una decena de directores por ese rodaje), la producción de Selznick, que también escribió, buscaba ser la gran sucesora de su exitosa ‘Lo que el viento se llevó’. Con un épico romance aplicado al western, la película se puede ver en streaming a través de Filmin y gratis en PlutoTV.
Una joven mestiza llamada Pearl Chavez es destinada a vivir en el racho texano de un importante y estricto senador que busca encauzarla. Allí, Pearl cautivará la atención de dos hombres, el cortés Jesse y el impulsivo Lewton, que empezarán una competición por la atención y el amor de la visitante.
Sin duda es fácil ver el sello O. Selznick en esas ambiciosas formas, con una amplia obertura que acerque artificialmente la película a las dos horas y media, un ambicioso valor de producción en decorados y vestuarios, un reparto potente y, ante todo, el baile continuo de directores. Unos cambios creativos que se notan, aunque por otros motivos.
El productor buscaba exponer al espectador a una visión del salvaje Oeste marcada por el deseo y la pasión sexual, de ahí que se considerase que el título llevase la palabra “lujuria”. Pero la película se topó con las restricciones del código Hays, teniendo que eliminar metraje más provocador y lascivo hasta despojar a la obra de un necesario equilibrio en el tono. Incluso con ciertas mutilaciones, la película tuvo su estreno vetado en las regiones del Sur de Estados Unidos.
Una muestra de cómo las restricciones morales conservadoras y la caza de brujas afectaron el potencial de una película con cierta épica pero imperfecta. Tuvo sus posibilidades en los Oscars, aunque sólo a través de nominaciones a Jennifer Jones y Lillian Gish. Podría haber aspirado a más gracias a sus pericias técnicas notables, aunque su exuberancia melodramática pueda llegar a ser demasiado.
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